Cruel epifanía

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Después de la alegre y tierna escena, sin embargo, el ambiente cambió a unos aires un poco más serios y preocupados. Harry se había llevado a Phoenix al despacho de Madame, para distraerle. Ahora estaba allí. Se oían unos chillidos; no sabían si jugaban o era un berrinche.

Albus estaba explicándole lo que había descubierto la enfermera. Le había explicado que la escuela, como institución, debía reportar eso. También, qué procedimientos implicaría cuando fueran a informarlo. Que el colegio se había tomado la libertad de averiguar y había contactado con las personas allegadas, candidatas a posibles tutores en reemplazo de los padres, porque en esta situación, ellos no eran fiables para notificarles sobre su salud. Sabía que era mucha información repentina, que era un gran golpe. Que sentiría que debió consultarlo con él antes...

En ese momento, con lágrimas en los ojos y su rostro transparentando las ganas que tenía de gritarle, golpear, encapricharse, no obstante, mientras escuchaba, Hulderic había hecho algunos ejercicios de respiración y en cuanto empezó a oír ese hilo, lo cortó.

"Por favor, pare. No siga", dijo. "Sé que de todos modos, hasta los trece años, ni siquiera se nos considera... personas capaces. Y que es una forma de decir que varios... derechos... están... postergados, hasta que poseamos la madurez requerida..." Sus padres se lo habían recalcado bastante. No habló más porque las ganas de llorar estaban por inundarlo...

Aunque no pudo contenerlo de todos modos. No cuando...



Remus lo destapó repentinamente. Lo sentó, se acomodó a él mismo en medio de sus piernas, que enredó alrededor de su cintura, y de un saltito lo sentó sobre sus brazos, que acomodó a modo de banco hasta que lo afirmó y pudo sostenerlo con uno, echándose un poco hacia atrás, mientras con el otro acariciaba su cabello, su espalda... 

Hulderic solo pudo rodearlo también con uno de sus brazos entorno a su cuello, posicionar su rostro entre este y sus hombros, y con el otro taparse y agarrar al otro... Es decir, acomodarse. Después...

Después se largó a llorar. Lo hizo varios minutos mordiéndose el labio hasta sangrar para hacerlo en silencio. Pero cuando, sin dejar de acariciarlo, Remus dijo...

"Puedes soltarlo todo".

No supo qué pensó y qué dijo en voz alta. Un tiempo después ni siquiera podría decir qué tanto pasó por su cabeza en ese momento.



Harry había arrullado a un Phoenix ahora dormido después de tanto llanto y pasada la hora de la siesta. Oyó a su hermano de fonfo. Cuando no lo oyó más, solo pudo pensar... Él sí lo quería. Él sí lo iba a querer. Ellos, se corrigió. Porque entraría a la familia. Por eso Sirius y Remus fueron juntos ese día y llevaron incluso al bebé. No podía ser de otra forma, se dijo.

Y es las palabras que, hacia el final, exclamó Hulderic, quedaron sonando en su mente...

>> No me quieren, no me quieren, no me quieren más... Hice todo lo que pude y no me quieren más. Y la psicóloga me mintió... Mi psicóloga me mintió... Me hizo cortarme... más... sirve como castigo pero nada más.... Yo siempre prometí ser un niño bueno y nadie nunca me quiso... Nunca tuve a nadie... Nunca pude salir, no podía jugar... Yo no quería, no quería... Odiaba estudiar... Pero papá y mamá me decían... me hablaban de Voldemort, me mostraban las fotos del profeta en tiempos de guerra, me decían que yo iba a terminar así sino... y los decepcioné, terminé siendo un doncel... un doncel... y ellos ya no me quisieron más... duele mucho... por qué...<<


{ N / A : fuerte el capítulo, eh; cargado. Pero creo que me gustó como quedó. Inserte su opinión aquí (?) }

Reencarnaciones y mellizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora