Cuando la vi irse de la mano de Malfoy, comprendí que T/n ya era feliz. Luego del torneo me dedicaré a buscar mi propia felicidad, aunque no sea con ella. Pero no es momento para pensar en T/n, es momento de pensar en mí y que salga con vida de este laberinto.
Entre al laberinto simultáneamente con Harry no sin antes mirar por última vez a los ojos a la persona que más amo en este planeta.
El laberinto era un arma mortal, me enfrente a miles de criaturas peligrosas. Tuve que salvar a Fleur delacour de las manos de Viktor Krum y luego salvarme a mí mismo. Invoque un patronus con un recuerdo de mi infancia para alejar a un dementor y tuve que correr mas y mas.
Luego de tanto correr y de alguna que otra herida pequeña en mi rostro, lo encontré, encontré la copa de los tres magos, la copa me haría el campeón.
Fui corriendo hacia ella pero para mi sorpresa Harry Potter también lo hacía. Corríamos muy parejo y de repente sentí como algo se abalanzó sobre mi.
-Cedric! -grito Harry.
Una araña gigante estaba encima mío a punto de devorarme y yo no tenía mi varita a mano.
-Harry ayudame!
-¡Desmaius! -volvió a gritar Harry.
El encantamiento dio de lleno en el gigantesco cuerpo, negro y peludo, pero fue como si le hubiera tirado una piedra: el bicho dio una sacudida, se balanceó un momento y luego corrió hacia Harry
-¡Desmaius! -grite cuando pude recuperar mi varita- ¡Desmaius! -volví a gritar pero nada funcionaba, al mismo tiempo Harry hacía lo mismo.
Pero no servía de nada: la araña era tan grande, o tan mágica, que los encantamientos no hacían más que provocarla. Finalmente la araña lo levantó en el aire con sus patas delanteras. Forcejeando como loco, Harry intentaba darle patadas, pero su pierna se incrustó en una de las pinzas del animal haciendo que Harry gritara del dolor.
-¡Desmaius! -grite- ¡Impedimenta! -volví a gritar.
Pero nada servía, parecía que la araña era inmune a todos los encantamientos, hasta que finalmente escuche un: ¡Expelliarmus!
Funcionó: el encantamiento de desarme hizo que el bicho soltara a Harry, pero eso supuso una caída de casi cuatro metros de altura sobre su pierna herida, que se aplastó bajo su peso. Sin pensarlo apunte mi varita a la barriga del animal y grite: ¡Expelliarmus! al mismo tiempo que Harry.
Combinados, los dos encantamientos lograron lo que uno solo no podía: el animal se desplomó de lado.
—¡Harry! —grite—. ¿Estás bien? ¿Cayó sobre ti?
—¡No! —respondió Harry, jadeando.
Su pierna sangraba mucho y cuando trató de incorporarse, la pierna que aún tenía sana le temblaba. Lo ayudé a levantarse y ahí estábamos, ambos enfrente de la Copa.
-Tómala -dijo- anda tómala, te lo mereces.
Pero no me moví. Me quedé ahí mirando a Harry. Y luego volví a admirar la Copa, tenía tanto anhelo para tomarla.
-Tómala tú. Tú mereces ganar: me has salvado la vida dos veces. -dije.
—No es así el Torneo —replicó Harry- El primero que llega a la Copa gana. Y el primero has sido tú. Te lo estoy diciendo: yo no puedo ganar ninguna competición con esta pierna.
-No -dije firme.
—¡Deja de hacer alardes de nobleza! —exclamó Harry irritado—. No tienes más que tomarla, y podremos salir de aquí.
-Tú me dijiste lo de los dragones —recordé—. Yo habría caído en la primera prueba si no me lo hubieras dicho.
—A mí también me lo dijeron —espetó Harry, tratando de limpiarse con la túnica la sangre de la pierna—. Y luego tú me ayudaste con el huevo: estamos en paz. —También a mí me ayudaron con el huevo.
-tomémosla los dos.
-¿Qué? -pregunte.
—La tomaremos los dos al mismo tiempo. Será la victoria de Hogwarts. Empataremos.
-¿seguro?
-completamente. ¿Estás listo? a la cuenta de tres.
Uno... dos... tres..
Tomamos la copa inmediatamente.
Al instante, sentí una sacudida en el estómago. Mis pies se despegaron del suelo. No podía aflojar la mano que sostenía la Copa de los tres magos: lo llevaba hacia delante, en un torbellino de viento y colores, y Harry iba a mi lado.
Y finalmente tocamos el piso, soltamos la copa y estábamos en un cementerio.
-Qué extraño -dije incorporándome del suelo- ¿te habían dicho que la Copa era un traslador?
-Nadie —respondió Harry, mirando el cementerio. El silencio era total y algo inquietante—. ¿Será esto parte de la prueba?
-Ni idea -dije algo inquieto- toma tu varita por las dudas.
-si -dijo Harry quien ya estaba sacando su varita con anticipación.
Tengo la sensación de que no estamos solos.
-Alguien viene- digo cuando empiezo a escuchar unos pasos.
Tratando de acostumbrar mis ojos a la oscuridad vislumbramos una figura que se acercaba caminando derecho hacia nosotros por entre las tumbas. No podía distinguir la cara; pero, por la forma en que andaba y la postura de los brazos, pensé que llevaba algo en ellos. Quienquiera que fuera, era de estatura pequeña, y llevaba sobre la cabeza una capa con capucha que le ocultaba el rostro. La distancia entre nosotras se acortaba a cada paso, permitiendo ver que lo que llevaba el encapuchado parecía un bebé...
Harry me echó una mirada de desconcierto y finalmente aquel hombrecillo y nosotros nos quedamos unos segundos mirándonos. De un momento a otro Harry comenzó a retorcerse del dolor tocándose la frente.
-¡Harry! estas bien? -pregunte.
Desde lejos logre escuchar un vocecilla algo aguda que decía:
—Mata al otro.
Sin tiempo de nada, en el aire silencioso se escuchó un.
-¡Avada Kedavra!
Choque con el frío suelo y mis ojos se cerraron, no sin antes pensar una y otra vez en todo. Recuerdos de mis padres venían a mi mente, mi madre, mis amigos, T/n...
No, esto no puede terminar, no así, no ahora.
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Nuestro Camino: El comienzo[PARTE 1]
FanficUna historia ambientada en el universo de J.K Rowling, sobre Draco Malfoy y tu.