[Es tuya, Yoongi | 1]

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ฅ^•ﻌ•^ฅ(Uno)

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(Uno)

—¡JungKook! ¿Puedes bajarle a esa mierda? ¡Es de madrugada! —se quejó el pelinegro, tratando de tapar sus oídos lo más posible con una vieja almohada.

Sí, su humor no era el mejor, pues ¿Quién desea ser despertado por una canción de Cristian Castro y de volumen altísimo?

—¿Madrugada, hyung? Van a dar las doce de la tarde.—rió el menor, alborotando sus cabellos tintados de color cereza.—De hecho con Hoseok pensábamos echarte cal, creímos que habías muerto. Tuve que echar a los zopilotes por la ventana.

—Muy chistoso, mocoso.—bufó, tirando de nuevo de la frazada estampada de los Avengers hasta lo que daba.

Anhelaba poder dormir otras diez horas sin pausa alguna.
La Universidad le estaba trasquilando el cerebro con tanta información en tan poco tiempo.
En tan solo una semana debió entregar ocho diferentes proyectos para áreas de complejidad comunicativas, y agradecía al Buda de su habitación que había acertado en cada maldito punto de las bitácoras para calificar, por obviedad, pasando el semestre con un intachable diez destellante por séptima vez en su pasantía.

—¡Vamos, hyung! ¡Levántese, debemos hacer la limpieza del hogar! ¡Parece un inmundo basurero! —inscentivó Hoseok, entrando a su habitación con una bandana azul que daba a juego con sus cabellos rubios, atada por la frente, y un tierno mandil repleto de Pikachus.

—¿Desde cuándo putas hacemos aseo? —gruñó en voz alta, y de mala gana. Mientras que bajo las mantas dibujaba un puchero regordeto.

Los quehaceres eran sus peores enemigos y justamente no deseaba afrontarlos.

—Desde que debemos repartir el dinero justo entre renta, luz, agua, mercado, cable, y no da para contratar servicios de limpieza.—rió el cabeza de cerezo, imitando el estilo del rubio.—¿Conoces a alguien que limpiaría nuestro cuchitril gratis?

De nuevo, un suspiro pesado fue expulsado por los labios del pelinegro, agotado hasta los diantres.

—Los odio, realmente lo detesto con mi alma entera, se atrevieron a privarme de mi sueño rejuvenecedor.
Son unos irrespetuosos, es más cortalas, ya no me aman.—dramatizó.

—Si, si, vamos, mueve ese trasero, uno, dos, uno, dos.—el mediano jaló las sábanas enredadas en las piernas del chico perezoso, invitándolo 'amablemente' a abandonar su descanso y comodidad.—Te toca el baño.

—¡¿Qué?! ¡Nooo! —chilló pataleando, como todo un niño por entrara a guardería.—¡No quiero poner mis manos dónde tú y ese adefesio mal parido de mono ponen su trasero, mucho menos dónde expulsan sus graciosadas! ¡Jeon tuvo un encuentro de apareamiento ayer y estuvieron horas ahí encerrados! ¡No es justo, no quiero!

Papá en Entrenamiento © | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora