2021---------------1984
Livie nunca hubiera pensado que algo así sucedería.
¿Qué pasaría si alguien lograra viajar en el tiempo?
¿Qué pasará cuando Livie descubra algo que la atrapará en el pasado?
¿Y si eso es una persona?
Livie, 16 años, estudia...
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(♫︎♪♫︎)
Olivia se encontraba plácidamente dormida aquel día por la mañana. Probablemente soñando con algo como ratas mutantes a punto de gobernar la galaxia o lagartos voladores que se alimentan de azúcar y aterrorizan vampiros. Al fin y al cabo, Livie tenía una mente "privilegiada". De alguna forma era cierto. Aunque puede que la palabra correcta fuera "retorcida" o "liberal", pero existen muchos puntos de vista y, no cualquiera tiene la capacidad de imaginar cosas tan extrañas. Seguramente lo de las lagartijas no sea lo más extravagante que haya pasado por la mente de la pelinegra, pero es un buen ejemplo para hacerse una idea de cómo funciona su mente y de cómo su cerebro procesa la información que recibe durante el día.
El caso, que nuestra protagonista estaba durmiendo y ya era casi la una y media de la tarde. Digamos que no era una persona extremadamente madrugadora.
Por desgracia, algo, o mejor dicho alguien, tuvo la tan maravillosa idea de despertarla, y, cómo no, de la mejor manera posible: gritando con un megáfono y golpeando una sartén con una cuchara. Debido al ruido, Livie se despertó gritando y dando golpes al aire. No tengo muy claro el porqué.
- Idiota, no tenías una manera más ruidosa de despertarme, ¿cierto?- preguntó la joven malhumorada mientras se frotaba los ojos con el dorso de su mano.
- Nop. - respondió burlón el culpable de su actitud.
- Agh, no te aguanto.- gruñó la ojicastaña. -Enserio, ¿acaso tienes alguna experiencia traumática en tu infancia y por eso descargas todo tu odio en mí?
- Wow, ¿cómo supiste?- se rió Newt.
- ¡Aaah! ¡Déjame en paz! ¡Yo solo quiero dormir un ratito más!- protestó la más pequeña.
- Ya, un "ratito". Ambos sabemos que ese ratito tuyo fácilmente se convierte en unas horas. En serio, no sé cómo eres capaz de dormir durante tanto tiempo seguido sin cansarte, yo a las siete ya estoy más que levantado.
- Es imposible cansarte de dormir. Quiero decir, estás en un descanso constante, no puedes cansarte de descansar, no tiene sentido.
- Sí lo tiene, sólo que tu diminuto cerebro no es capaz de entenderlo.
- Si tú lo dices.
- Así me gusta, lo que yo digo es cierto y lo que tu dices no importa.
- ¡Oye!
- ¡¿Qué?!
- ¡Me ofendes!
- ¡Me da igual!
- ¡A mí también!
- ¡Bien!
- ¡Perfecto! ¡Fuera! ¡Quiero cambiarme!
- ¡Adiós!
- ¡Chao!
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