Capítulo 31.

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Alexander Hosk.

Brent no ha dejado de ladear su cabeza en negación desde que ha empezado a escucharme. Caleb me observa con recelo como si ahora le resultase un desconocido o alguien a quien nunca podría entender las cosas que pasan por su mente. Brent se inclina sobre su asiento y deja el plato sobre su barriga, saborea la torta de naranja que Caleb le ha preparado y se queda en silencio, pensativo.

—Me están haciendo sentir como un imbécil —les digo, rompiendo el incómodo ambiente.

Caleb mira a Brent— ¿Crees que estos son los efectos por la droga de meses pasados?

Brent se ríe— Parece que hasta ahora vemos lo mal que la droga afectó a su cerebro.

Arrugo el entrecejo— ¿Desde cuándo han estado preparando esta confabulación para recordarme mis vicios?

—¿Desde cuándo te volviste tan coco rallado y vacío? —Caleb inquiere, muy serio— Digo, ¿desde cuándo no tienes nada en esa cabeza para no pensar bien?

—¿Yo soy un coco vacío? ¿Yo? ¿En serio? ¡Y me lo viene a decir el que pudiendo llevar buenos negocios solo está encerrado en su casa como un maldito loco! ¡Hablemos de cabezas vacías para no pensar bien!

Brent lanza un fuerte manotazo sobre la mesa— ¡Por un demonio ustedes dos, silencio ahora mismo, no se van a pelear y menos en mi casa!

—¿Cómo es que no quiere aceptar el negocio que los Loughty piensan financiar? —refunfuño.

Caleb me mira— ¿Cómo es que rechazas a la mujer que te gusta? —réplica— ¿Vos esperabas que ella y su familia me traten bien cuando mi mejor amigo la ha rechazado?

Me cruzo de hombros a la altura del pecho— No la he rechazado. Además, las cosas entre Erin y yo nunca han afectado a terceros y nunca lo harán.

Brent y Caleb cruzan miradas— Muchacho. —Brent empieza— En serio, ¿qué está pasando por tu cabeza ahora mismo?

—¿O es que no podés entender a las mujeres?

—¿De qué hablan?

Brent suspira— Según como nos contaste las cosas, parece que Erin ya sabía que tú no querías continuar, por ello ella fue la primera en hablar después del beso. Ella se sintió rechazada y tú ni siquiera lo notaste.

—Ayer le dije que lo hablaríamos, no la rechacé, solo necesitaba aclarar las cosas.

—¿Qué cosas?

—Pues esto, el nosotros, lo que somos. —me acomodo en la silla, no era mi intención contarles lo que pasó con Erin, pero quiero que ellos me ayuden con lo que tengo en mente— Ella y yo llevamos mucho tiempo siendo nada, me he cansado de eso. Ella tiene razón, más daño nos hacemos no intentándolo porque queremos estar juntos, pero tenemos que atravesar las barreras que nosotros mismos hemos puesto. Todo esto inició casi que, por diversión, pero ya no se trata de solo querer pasar el rato. Mi vida ha cambiado mucho desde que he estado saliendo con ella, ahora que estoy en Valeurs y siento tenerlo todo a excepción de ella que no es mía, pero... pero hay algo de ella en mí o de mí en ella, no lo sé.

Caleb está más sorprendido que Brent, el viejo solo está sonriendo como si todo le resultará demasiado obvio. Creo que Brent vio venir a lo que mi cercanía con Erin nos llevaría, creo que Brent es quien más sabe lo mucho que Erin significa para mí, lo ha sabido desde esa primera vez que le hablé de ella y lo confirmó cuando fue Erin quien me acompañó en el día que más débil volví a sentirme.

—¿Nos estás queriendo decir que...? —la voz de Caleb es apenas un susurro.

—Les estoy queriendo decir que no la rechacé porque no me guste, solo retrocedí porque no quiero volver a lo de antes, a eso dónde ella y yo no podemos explicar qué somos.

Mi vecino del RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora