Familia

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Harry no fue más apegado a su hermano desde entonces solo porque no podía serlo más de lo que ya lo había estado siendo. Remus y Sirius sí podían, y ser más sobreprotectores también. Lo habían conseguido mediante solicitudes formales con motivo de apoyo emocional ante la estresante situación de su nuevo hijo adoptivo, reforzamiento del vínculo afectivo en construcción y protección de posibles influencias externas hacia dos mellizos, apenas unos niños con mucha fama por leyendas urbanas, sumado a una solicitud de discreción para ahorrar problemas. Con un mínimo esfuerzo convencieron al director, que se sentía culpable, para obtener la autorización.  Acto seguido, negociaron con la Junta Escolar; movieron unas alianzas por aquí, establecieron otras nuevas por allá, añadieron galeones en los lugares justos... Y estaban en Hogwarts, alternadamente, los pares de días faltantes para las vacaciones de navidad. 

La amistad de los mellizos con Draco había sido propicia para todo ello también. El señor Malfoy había empatizado con ellos, después de cartearse con su hijo, que lo había manipulado un poco, del mismo modo que hizo algo de berrinche para que se cumpliera la petición de Hulderic, que no quería que nadie terminara en un mal lugar por culpa suya. Aunque todos intentaron explicarle que no sería su responsabilidad, él insistió. 

Fue gracioso cómo, posteriormente, el que se encaprichó fue Sirius, en una charla a solas con Harry y Remus, en un cambio de turnos entre los adultos, después que fue seguro que Hulderic dormía, tranquilamente... De momento. Porque habían descubierto que solía tener pesadillas y nunca iba a por nadie cuando las tenía; todavía no hablaba sobre ellas, pero por lo menos si alguien dormía con él podrían consolarlo. Yendo al punto; Sirius, de alguna forma, había llegado a la conclusión que "un rubio sangre pura como ese, solo podía hacer algo así" (ayudar) "si estaba interesado en él", ¡y no quería a nadie interesado en su bebé! Es  decir, no el bebé bebé, su otro bebé, el mellizo.

La cuestión era que había desarrollado un fuerte instinto por el doncel. En principio, como lo habló con las sesiones quincenales con la psicóloga, pues a él, a diferencia de Remus, todavía no le había dado el alta, se originó por empatía a raíz de su hijo menor, el biológico, intersexual también. Pero ese último par de semanas ya había comenzado a ser por verlo plenamente como su hijo doncel de once. La psicóloga recomendaba que no se fuera por las ramas con los celos o la sobreprotección, pero él de momento la estaba ignorando y de hecho, ella lo había entendido, debido al fuerte incidente, había dicho ella, "era entendible y un instinto de cualquier padre con intuición". Ni siquiera a Remus le había hecho caso cuando dijo "¿No te parece que podrías o nos podríamos estar pasando un poquitín?"

Todavía no olvidaba cuando, en su primera sesión familiar, ese viernes por la tarde, Eric preguntó "¿Por qué se preocupaban tanto?" La especialista inquirió más al respecto y había resultado ser que "mi padre [James], nunca se habría preocupado así, me hubiera dicho que me defendiera". Le había roto el corazón y aumentado su resentimiento contra su amigo de la adolescencia. Agradeció a Remus interiormente (y posteriormente en la cama, pero ese es otro tema) cuando tomó la palabra por él, porque a sí mismo se le hubiera quebrado la voz. 

El hombre lobo había dicho: "Porque eso hacen las familias, Hul". La sesión cerró poco después, con un abrazo familiar grupal, con Phoenix, que también estaría presente en las sesiones porque sus padres no creían seguro dejarlo en Hogwarts a su edad y no confiaban en nadie fuera de allí, y la psicóloga creía que era bueno para el  bebé que desde ahora fuera testigo que podía dialogar las cosas y sería oído sin castigos ni opresiones. Además, el bebé era muy feroz y era muy difícil alejarlo de sus hermanos. Aunque después de la sesión tuvieron que hacerlo; aquel fin de semana sería el último y junto a la psicóloga vieron conveniente darle ese par de días. De todas maneras, los llenaron a besos y consejos. 

"Y recuerda, Harry," comenzó Sirius "no debes dejar que nadie se le acerque". Sonrió satisfecho cuando el niño afirmó muy serio, y sacudió sus cabellos. Remus negó en silencio moviendo la cabeza de lado a lado, sonriendo. 

"Pueden cartearnos o llamar por flú ante cualquier cosa". Harry se abstuvo de rodar los ojos solo por Hulderic; a él ya se lo habían dicho antes de despedirse en el Expreso. "Por favor, Hulderic, cualquier cosa", habló bajo y despacio pero claro y enfatizando, agachándose, sujetando sus hombros y viéndolo a los ojos. Él niño, indeciso, afirmó. Remus suspiró y lo abrazó, llevándolo hacia su pecho, rodeándolo con fuerza medida. Besó sus cabellos y se fueron por la chimenea, con Sirius sujetando a Phoenix, que estaba llorando con fuerza.

¿Qué tanto podría acontecer en solo dos días?

N/A: de hecho, tengo un capítulo más en borrador, pero todavía no sé si lo dejaré y haré oficial lo que ahí pasa o si lo borraré y ya. En caso que fuera lo primero... Bueno, quisiera reservármelo para publicarlo entre el lunes y el viernes próximos (si lo llego a borrar no sé) porque no creo tener tiempo de sentarme a escribir esto hasta dentro de unos diez días.

Reencarnaciones y mellizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora