Blaise Zabini

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Capitulo I: No todas las historias de amor terminan con un final feliz.

-Señorita Greengrass.

Daphne salió de sus pensamientos al escuchar la voz de su psicomaga.

- Disculpe. ¿Qué decía?

-Como le decía señorita Greengrass – contestó amablemente- Le preguntaba cuál fue el motivo para retomar sus sesiones.

-No lo sé.

Y en verdad no lo sabía, había dejado de ir con su psicomaga, desde hace más de  un año, pues se suponía que se encontraba mejor o al menos eso quiso creer.

No creía en la psicomagia de todas formas, pero no la podían juzgar, toda su vida había pensando que los problemas mentales eran una forma elegante de decir que estabas loco,  pero desde su último episodio, Daphne estaba tan desesperada por encontrar ayuda de verdad.

-¿Te gustaría hablar de ello?

Hermione Granger, héroe de guerra y una excelente bruja, muchos creerían que al finalizar la guerra, Granger se convertirá en una trabajadora por excelencia del Ministerio de Magia, hasta llegar a ser la próxima ministra de magia, en cambio la chica nacida de muggles término ejerciendo una carrera en psicomagia para ayudar a la población mágica a superar la guerra, era ridículo si le preguntaban pues sabía que nadie se recupera de una tragedia como esa, el mundo mágico no volvería a ser el mismo. Sus amigos eran prueba de ello.

Era de las pocas profesionales, con un verdadero interés en ayudar a encontrar tranquilidad a los hijos de mortifagos.

La mayoría de la gente olvida que incluso los hijos de mortifagos sufrieron las consecuencias de la guerra, nadie estaba a salvo.

-No realmente. Pero tengo que hacerlo.

-Bien empecemos.

Un año antes.

Los bailes de máscaras eran conocidos por ser de las tradiciones más antiguas entre magos sangre puras. Para Daphne solo era una excusa más para presumir el estatus, dinero y poder entre magos del mismo estatus social.

Para una niña de 9 años, la perfecta  definición para describir ese tipo de eventos era, aburrido. Siempre eran lo mismo, sus padres se despegaba de ella y su hermana Astoria, para convivir con otros magos ricos y petulantes que hacían lo que fuera para quedar bien y entablar lazos de entre familias poderosas que traerán beneficio para el futuro.

Siempre servían la misma comida  y ponían la misma música, si no fuera por Tori, Daphne no hubiera soportado ninguna de las fiestas a las que fue obligada a ir desde que tenía cinco años. Ellas eran inseparables siempre las veían juntas, Tori era su única amiga.

- Daph – llamó Astoria, mientras jalaba el vestido de su hermana – Mira por ahí, hay otros niños.

Daphne, a pesar de estar cansada, no pudo ignorar los pequeños saltos de alegría que daba su hermana al descubrir que había otros niños de su edad en el baile. Daphne pudo visualizar del otro lado del salón, a otros cuatros niños, todos en particular, lucían como se supone que un hijo sangre pura debe lucir, impecables, elegantes y sofisticados, sin embargo había algo en particular en esos niños que le llamaban su atención.

Ella no tenía otros amigos, a parte de su hermana, sus padres no las dejaban juntarse con otros niños de su entorno social. Nunca le dijeron la razón.

Así que, desobedeciendo a sus padres por primera vez en su vida, Daphne se acercó a aquellos niños.

-Hola- dijo- Soy Daphne y esta es mi hermana Astoria. - saludo la rubia, señalando a su hermana para que se presentará. Los otros niños se miraron entre sí y correspondieron el saludo.

Issues (Drarry, Blairon, Theoneville) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora