Todo por una tortilla

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– Diana, por favor, espera, esta no es la solución– escucho las súplicas de mi hermano, aunque realmente no le doy importancia.

– Demasiado tarde, ya está hecho, abordaré ese avión e iré a un lugar donde pueda ser feliz y ni tú ni nadie podrán hacer nada al respecto.– respondo firme, de acuerdo, creo que llegué demasiado lejos pero, mi orgullo no me permite retractarme, dije que tomaría un vuelo y es lo que haré.

– ¿En serio haces esto solo porque se acabaron las tortillas?

– ¡Si!

¡Oh, dios!, si tan solo me hubiese conformado con la última tortilla, no estaría enojada, en el aeropuerto y, lo más importante, no tendría hambre.

Y si, todo esto empezó por culpa de una tortilla ¿Cómo?












3 horas antes•


Era hora de la comida, estábamos sentados al rededor de la mesa; mientras comíamos comenzamos a hablar de cosas triviales.

Todo iba bien, la comida estaba rica, la charla era entretenida, en fin, el ambiente era agradable.

Sin embargo, no todo en la vida es bello y este caso, no podía ser la excepción. Entre charlas, bromas y risas, se fueron acabando las tortillas y si no fuera suficiente desgracia, justo en ese momento, sonó mi teléfono, resignada, me levanté para tomar la llamada.

Me arrepentí al instante pues, resultó que la persona que llamaba se había equivocado. Después de colgar, volví a la mesa y, ante la mirada expectante de todos solo suspiré y dije – número equivocado– para luego volver mi atención a mi comida que para entonces ya estaba más fría que su corazón :(.

Volví a suspirar, esto no era tan malo así que retome la charla que mantenía con mi hermano. Me detuve en seco cuando ví que solo quedaba una tortilla, ¿En qué momento se habían acabado?

–¿Qué pasa?– cuestionó mi madre cuando notó que me había congelado por un momento.

Yo solo me quedé en el mismo lugar, pensando en por qué solo había una.

– No hay más tortillas,– contesté finalmente– creo que iré a buscar más.

Mi madre trató de detenerme, diciendo que aún quedaba una, pero yo no hice caso, solo tome las llaves y salí con rumbo a la tortillería más cercana. Al llegar ahí, me di cuenta que estaba cerrada, maldije, camine hasta la siguiente y también estaba cerrada, había una última, así que decidí ir pero, también cerrada, no me importó demasiado, en la tienda siempre tienen pero, mal suerte en su máximo esplendor, cuando llegué a la tienda me dijeron que se acababan de llevar las últimas.

«¿Por qué me pasan estas cosas?» pensé mientras caminaba hacia otra tienda, con la esperanza de encontrar algo, cerrada. Espera ¿por qué todos los lugares están cerrados?  Miré el calendario en el celular y entonces entendí todo, era 15 de septiembre, jamás encontraría nada en un día como este, maldición como pude olvidarlo.

– Traté de decírtelo – dijo mi mamá cuando me vió llegar, efectivamente, por no haberla escuchado terminé perdiendo demasiado tiempo, mi comida ahora sería un asco.

– Bueno, es todo, nos vemos – dije a mi familia antes de volver a salir, solo había vuelto para tomar una mochila y mi dinero.

Mi hermano me siguió. Cuando me alcanzó, yo ya estaba por subir a un taxi, realmente no iba a ir lejos, solo quería un pretexto para visitar a una amiga, pero al verlo todo desesperado por detenerme, se me ocurrió que podía divertirme un poco, subimos los dos al taxi y pedí que nos llevara al aeropuerto, la expresión de aquel que iba siguiéndome solo me dió más ganas de seguir con esto.

– ¿Estás loca?¿A qué diablos vas al aeropuerto?¿Que pretendes con esto? – cosas como esa fueron las que escuché durante todo el camino, por supuesto, solo lo ignoré.

Salí corriendo, dejando atrás al chico.

– ¡Diana! – se escucha por todo el lugar, ¡ay! esto es tan divertido

Actualidad•

– ¿En serio haces esto solo porque se acabaron las tortillas?

– ¡Si!

– Por favor, no te vallas, te compro un tamal pero, no te vallas

¡Oh, no! Me quiere comprar, este hijo de la guayaba.

– De acuerdo – digo al fin y veo como se le ilumina el rostro de la felicidad.
Solo sonrió y así, por fin salimos del aeropuerto.

La última tortillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora