José Javier Esparza
La gran aventura del Reino de Asturias
Así comenzo la ReconquistaSinopsis
El nacimiento del reino de Asturias bajo la España musulmana fue una empresa titánica de resistencia y supervivencia. Una de las aventuras más fascinantes no sólo de la Historia de España, sino de la historia universal. Aunque resulta inconcebible que un puñado de rebeldes cristianos consiguiera formar en el norte de la Península un reino independiente frente al mayor poder de su tiempo y, después, extenderlo hacia el sur en una tenaz labor de repoblación, eso es lo que ocurrió en torno a Covadonga, entre Asturias y Cantabria, a partir del año 722. ¿Cómo fue posible semejante proeza? ¿Quiénes fueron sus autores? ¿Cómo se llamaban los heroicos pioneros que empezaron a ganar tierras hacia el sur, gracias a sus azadas más que a sus espadas? Una visión patriotera, parcial, y muy católica de lo que fue la Reconquista. A pesar de todo es una lectura entretenida para leer con ojos muy críticos y contrastar con otras obras más objetivas. El nacimiento del reino de Asturias bajo la España musulmana fue una empresa titánica de resistencia y supervivencia. Una de las aventuras más fascinantes no sólo de la Historia de España, sino de la historia universal. Aunque resulta inconcebible que un puñado de rebeldes cristianos consiguiera formar en el norte de la Península un reino independiente frente al mayor poder de su tiempo y, después, extenderlo hacia el sur en una tenaz labor de repoblación, eso es lo que ocurrió en torno a Covadonga, entre Asturias y Cantabria, a partir del año 722. ¿Cómo fue posible semejante proeza? ¿Quiénes fueron sus autores? ¿Cómo se llamaban los heroicos pioneros que empezaron a ganar tierras hacia el sur, gracias a sus azadas más que a sus espadas?
Para mis hijos.
Prólogo
Pese a quien pese, la Reconquista es uno de los procesos más fascinantes de la historia universal. Ningún territorio ocupado por el islam tras su prodigiosa expansión en los siglos VII y VIII fue capaz de expulsar a los invasores. Ninguno salvo la Península Ibérica. Naturalmente, puede discutirse la cualidad exacta de esa «reconquista», incluso la propiedad del término, pero el proceso histórico fue el que fue: a partir de 711, y como consecuencia de una invasión exterior, España se islamizó; después de varios siglos de avance cristiano, en un clima general de guerra y con pocos lapsos de paz, el islam terminaría siendo expulsado en 1492. Eso fue la Reconquista.
¿Cómo empezó todo? ¿Dónde? ¿Por qué? Todo empezó en un pequeño rincón del norte de España, en torno a Cangas de Onís, en Asturias. A partir de un minúsculo núcleo de resistencia rural, limitado a unos pocos clanes campesinos y guerreros —«asnos salvajes», les llamaron despectivamente las crónicas musulmanas—, se constituyó un espacio político precario, pero decidido a sobrevivir. Ese espacio, convertido en reino, se amplió inmediatamente a Cantabria y enseguida a Galicia. Así nació el reino de Asturias, sin otro motor que la voluntad de no doblegarse ante el poder musulmán y sin más elemento de cohesión que la cruz.
Lo que este libro se propone contar es eso, cómo empezó todo. Se trata de narrar la vida del reino de Asturias. Doscientos años desde la batalla de Covadonga, en 722, hasta su transformación en reino de León en la segunda década del siglo X. Es una historia que se ha contado muchas veces y que ha ocupado a algunas de las mejores cabezas de la historiografía española, desde Sánchez Albornoz hasta Luis Suárez, pasando por Menéndez Pidal y Julio Valdeón, por reducir a cuatro nombres una nómina que, en justicia, debería ser mucho más amplia. Se ha contado muchas veces, sí, pero parece que hoy se ha olvidado, particularmente por las generaciones más jóvenes. Por eso vale la pena contarlo todo otra vez. Como éste es un libro de divulgación, y no de investigación, quede sentado desde ahora el agradecimiento del autor a todos los que en el ámbito universitario se han inclinado sobre este periodo de la historia de España. Sin su trabajo, los divulgadores no tendríamos nada que contar.
Y bien, ¿qué contar? Todo cuanto sea posible. La peripecia del reino de Asturias es una hazaña asombrosa. Aquella gente, encerrada en un minúsculo enclave de poder militar escaso y economía rudimentaria, tuvo que hacer frente a un enemigo extraordinariamente poderoso, cuya voluntad de dominación se apoyaba en unos recursos abundantes y en una determinación religiosa inapelable. A los rebeldes cristianos del norte les esperaban tiempos trágicos, durísimos, sometidos una y otra vez a las campañas de saqueo musulmanas (las aceifas) que asolaban los campos y sembraban la esclavitud y la muerte, y eso un año tras otro, sin apenas tregua. Es objetivamente inconcebible que, pese a su clara inferioridad, el reino de Asturias lograra sobrevivir, pero lo hizo. Y no sólo logró sobrevivir, sino que, poco a poco, fue incorporando a los otros pueblos cristianos de la cornisa cantábrica. Y no sólo eso, sino que, después, empezó a aventurarse al sur de la cordillera para repoblar las tierras llanas. Y tampoco sólo eso, sino que, más tarde, consiguió mantener a raya al enemigo musulmán e incluso infligirle pérdidas serias. ¿Cómo fue posible semejante prodigio? Eso es lo que aquí explicaremos.
Es muy interesante tratar de meterse en la cabeza de los grandes personajes de aquel tiempo, los reyes y los condes y los obispos, que iban dejando su nombre en el amanecer de la Reconquista. La historiografía tradicional ha puesto a cada uno en su sitio y nos brinda hoy un fresco especialmente vivo de esos dos siglos de aventura y tragedia. Pero en aquel tiempo y en aquel lugar no había sólo reyes, condes y obispos, sino también un pueblo que escribía la historia con el surco profundo de sus arados. La vida de ese pueblo nos resulta más oscura, porque las fuentes históricas siempre se fijan más en los grandes nombres que en los pequeños. Pero hay indicios suficientes para reconstruir su peripecia en aquellos siglos del origen, y lo que podemos adivinar es estremecedor.
Los indicios son, a saber: diplomas de remotas fundaciones monacales que nos hablan de pioneros en valles expuestos al peligro moro, testimonios del favor regio para premiar el heroísmo de tal o cual colono, fueros que organizaron por primera vez la vida de los repobladores como hombres libres en un espacio nuevo, rústicas iglesias que oscuros clérigos construyeron con sus propias manos, decenas de cadáveres emparedados en una cueva del Pirineo, documentos que nos hablan de litigios y pleitos por tierras y montes… Y además, lo que las crónicas —cristianas y moras— nos cuentan.
Hay muchas formas posibles de contar la vida del reino de Asturias, el principio de la Reconquista, pero, de todas ellas, quizá la más sugestiva es inclinarse sobre la vida de aquellas gentes, los pequeños nombres. ¿Quién sería Cristuévalo, el de Brañosera? ¿Cómo murieron los desdichados cuyos cuerpos se hallaron en la cueva de la Foradada? Los nombres de estas personas han sobrevivido a la escasez de fuentes directas y por eso tienen valor de ejemplo. A partir de su huella en la historia podemos reconstruir un esquema general, del mismo modo que unos pocos fósiles nos permiten recomponer la anatomía de un saurio. Y una vez reconstruido el objeto, lo que descubrimos es fascinante. Resumámoslo así: por encima y por debajo de reyes y batallas, en realidad la Reconquista fue una gigantesca aventura popular, un enorme movimiento de gentes de a pie que buscaron en las tierras del sur una nueva vida más libre, y que desafiaron todos los peligros para conquistarla. Después —sólo después— los reyes y los condes sancionarían aquella expansión hacia el sur, incorporando las nuevas tierras al espacio político de la corona. Pero el impulso inicial fue, siempre, obra de personas singulares.
Esas personas son las verdaderas protagonistas de ese proceso asombroso que se llama Reconquista. Y en ellas hay que pensar cuando se escribe la crónica de dos siglos de aventura, de supervivencia, de resistencia y, al final, de victoria. Sus sacrificios, su sudor y su sangre permitieron construir una comunidad política.
Honrarás a tu padre y a tu madre. Al fin y al cabo, de no ser por aquella gente, aquellos «asnos salvajes», nosotros no existiríamos hoy.
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La gran aventura del reino de Asturias
Historical FictionEl nacimiento del reino de Asturias bajo la España musulmana fue una empresa titánica de resistencia y supervivencia. Una de las aventuras más fascinantes no sólo de la Historia de España, sino de la historia universal. Aunque resulta inconcebible q...