Akuma era un joven bastante feliz, siempre hacía lo que quería cuando quería, sus padres no se limitaban a la hora de complacerlo, desde su nacimiento, sus padres lo han malcriado para que sea un joven lleno de avaricia, deseos, sed de poder y sobre todo fortaleza para afrontar cualquier adversidad. Teniendo solo diecisiete años Akuma sabía lo que quería, quería todos los bienes de sus padres cuando tan solo cumpliera los dieciochos años, tenía metido en la cabeza que si hacían las cosas como tenía planeado la empresa podría simplemente de una forma esplendida aumentar las ganancias, subirían hasta los cielos y podrían expandirse hacía otros países.
Sus padres están orgullosos de la mente de Akuma, este teniendo memoria eidética, se le facilita aún más las cosas, después de haber durado dos años desde los quince leyendo todo lo que necesita una persona para ser un buen líder en una empresa e ir perfeccionándose mientras pasan los días, era algo asombroso en el pensar de sus padres, estaban tranquilos porque sabían que su legado estará en buenas manos.
-Hijo, ¿no vas a cenar? La cena ya se enfría, deja ese libro un momento, por favor... cariño- casi suplico su madre, siempre era lo mismo, nunca tenía apetito, era casi obligado a comer día tras día.
Akuma cerro su libro con algo de fuerza y lo puso en la mesita de color caoba que se situaba cerca del mueble con una pequeña lampara, se puso de pie para dirigirse al comedor, una vez frente a él, observo toda la comida sobre la mesa y sintió repulsión, ¿Por qué tanta comida? Si solo lo era para dos personas, su padre muy rara vez comía en casa, eso a él no le importaba mucho, pero lo llevaba pendiente.
Tomo asiento al lado de su madre y se dispuso a comer, su madre lo miraba encantada, amaba a su hijo con devoción, tanta que era casi toxico la forma en que lo hacía.
-Hijo, tengo algo que contarte...- empezó su madre a contar, se le veía algo nerviosa por la emoción de la noticia. -Tu padre y yo hemos decidido tener otro bebé, se que es algo inesperado, todo paso de repente, yo aún sigo sorprendida, hijo, cuando el doctor me informo porque sentía tanta fatiga y nauseas, me dijo que estaba esperando un bebé.
Un estruendo se escuchó por todo el comedor, de un cubierto al ser dejado caer en el plato, Akuma voltio lentamente su rostro para mirar su madre sin expresión alguna, Martha lo miro preocupada por su reacción, esperaba una más efusiva, una más alegre o una mirada comprensiva, pero recibió todo lo contrario. Siempre pensó que su hijo estaba solo, por eso decidió conservar el niño y darle un hermanito, un compañero, para que pudiera compartir con él y contar con él, mientras vida tengan.
-¿Lo dices de verdad madre?- pregunto de forma brusca, como si estuviera regañándola por tal noticia, pero si lo estaba haciendo, no quería un hermano fastidioso a su lado llamando la atención cada vez que quiera.
-No te gusta la idea de tener un hermanito cariño-. pregunto su madre, pero era más una confirmación al ver al niño respirando de forma pesada, mirándola con ojos oscuros, estaba enojado, su corazón se sintió romper al entender que realmente le desagrada tal noticia. -¿Por qué no te gustaría?-. pregunto temerosa de la respuesta, le hacía mucha ilusión tener otro bebé en sus brazos llenándolo de amor, hasta había pensado en su nombre.
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Akuma~
Historical Fiction¿No sean preguntado por qué suceden tantas tragedias? ¿Por qué muchas personas tienden a hacer tantas maldades? son muchas las preguntas sin respuestas que rondan en nuestras cabezas día a día, a veces tratamos de ignorarlo o solo dedicarse horas mu...