Amistad asesina

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¡Diablos, le amo sin medida!

Pero su sonrisa deja caer en otros,
mientras mis manos sufren mil heridas,
levantando de su corazón los trozos.

Anhelo ser motivo de sus huidas,
sin embargo, su radar de amores,
no detecta mis nobles colores,
ni vistiéndome en tonos suicidas.

¡Demonios!
¿Por qué?

¿Por qué no me atrevo a confesar mis amores?
¿Cómo es que me conformo con secar su llanto?
Sí sé que conmigo no habría dolores
Su corazón permanecería intacto.

¡Estoy harto!

Hoy se termina el mediocre canto,
me haré el guardián que merece,
seré su arlequín, seré su pecado,
la honraré como a un santo;
seré calma si es que enfurece.

¡¿Qué, no puede ser cierto?!

Ahora que de valor me armé,
mi lengua ya está podrida.
El hombro que recogía sus lágrimas,
de los gusanos ya es comida.

¡ESTOY MUERTO PARA SER PRECISO!

Se me ofreció el paraíso o reencarnar siendo narciso,
pero hasta la más bella morada se torna infernal,
con tan solo imaginar en verle en brazos de un ser desleal.

¿Y ahora qué hago?

No podré dejar este mundo banal,
vagaré todos los minutos del reloj
en su sombra, en una planta, en un animal.
Seré su fantasma de la protección.

¡Rayos aún muerto le amo!

Me quedaré a verle triunfar, crecer, conocer.
Y por cada lágrima que su ojo deje caer;
sin importar el proceder, me acercaré más a su ser,
pero me alejaré más y más del edén.

Cuando duerma en sueños la buscaré,
para escucharla como siempre lo hice,
como siempre quise, como siempre lo haré.

Poemas Escritos por un Poeta sin PoesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora