Megumi

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Mai y Miranda peleaban con gran destreza y agilidad, patadas, puñetazos, jalones de pelo y una que otra mordida ninguna de las dos se daría por vencida, Miranda tomo una escopeta que tenia guardada, Mai la miro aterrada por su mente paso rápidamente un flash back de su vida, sus padres, sus miserables empleos, cuando conocio a Joey y finalmente cuando su bebita aparecio en su vida, esa mirada de ternura que ambas ponían... Esa bebé era su hija y nada ni nadie las separaría.

-MEGUMI!!!-

Grito Mai al momento que desenfundaba sus pistolas con sus ultimas 5 balas, las cuales llovieron como granizo en el cuerpo de Miranda, la sangre tiñó las paredes el olor a muerte inundaba en aquella mansión, Isis enfurecida se puso frente a Mai y cuando estaba por golpearla aparecio Ra.

El dios egipcio principal y deidad de deidades, quien con el toque de su cruz hizo polvo a Isis.

-Ningún dios debe de interferir con los asuntos de los hijos de los hombres, por tu buen juicio serás recompensada Bastet, haz hecho una noble acción.-

-Solo pido una cosa... Que Mai conserve mi bendición y mi fuerza, lo ha ganado, no es hija de Egipto pero tiene esa chispa en sus ojos Ra...-

-Asi sera Bastet... Dulce humana hay algo que podamos hacer para recompensarte?-

-Si... Regresenme a mi Joey a ese que juro amarme.-

Una luz brillante apareció y Mai se desvaneció, al despertar estaba en la mansión Kaiba. Joey estaba a su lado y la pequeña estaba en los brazos de Yami, quien la alimentaba mientras le cantaba en árabe.

-Mai se que tal vez me porte como un idiota, pero la verdad no recuerdo nada de lo que paso.-

-Olvidarlo creo que fue lo mejor hay muchas cosas que quisiera olvidar.-

-Y aunque quieras no podrás mira tu brazo derecho Mai.-

Interrumpió Yami, Mai miro su brazo y vio una marca roja en su brazo, era como un lunar con la forma de la cara de una leona de perfil.

-¿Que es esto?-

-Una marca de nacimiento, y mira esto! Tu bebé también la tiene, esto quiere decir que cuando tu la alimentaste con tu leche materna, la hiciste tu hija, no la diste a luz pero tiene tu ADN, esa es la bendición de Bastet, la bendición de la maternidad y el amor. Es raro que alguien como tu haya sido amadrinada por una diosa, es decir no eres hija de Egipto, ella te escogió por una razón, lo más seguro es que ahora si puedas dar a luz.

-Pero no tengo matris-

-Para una diosa no hay imposibles...-

Yami dejo a la bebe en una cuna que tenía cerca mientras se descubría su abdomen el cual estaba ligeramente abultado.

-No hay imposibles para una diosa, estoy en cinta y soy hombre, cuánta más razón tu por ser mujer creadora de vida, eso sin contar que es la diosa de las madres por excelencia. Por cierto... ¿Por que gritaste Megumi?-

-Ah pues por que es el nombre de mi hija... Ella es una bendición en mi vida, cuando vi esa escopeta frente a mi, recorde en segundo lo infeliz que era, hasta que la conocí... Ella y Joey son lo único que necesito en mi vida para ser realmente felíz, Yami.-

-Te entiendo Mai... Y también porque te estimo y mucho mi Seto acaba de contratar a Joey en la corporación, y le ayudo a hacerse de una casa. Es de dos pisos, tiene dos baños completos, una sala, comedor, cocina integral, tiene un patio trasero y una cochera para dos carros, cuatro cuartos, ah y en la sala hay una chimenea, también hay una terraza y el cuarto de arriba tiene un balcón, esta amueblada y lista para usarse. Y tienen un carro a la puerta, voy a extrañar tenerte en la casa pero los novios deben vivir juntos.-

-Yami gracias pero no era necesario que...-

-En la ciudad es muy caro rentar una casa, tomalo como un regalo de bodas.-

-Boda? Pero nisiquiera soy la novia de Joey, no me lo ah pedido mucho menos me pediría matrimonio Yami.-

-Bueno si no quieres vivir con él, no hay problema igual será tu casa... Seamos sinceros mi querida Mai, necesitas un lugar dónde quedarte, no te estoy corriendo pero no hay como tener tu privacidad, asi si te dan ganas de andar en calzones por toda la casa ni quien te diga nada.-

Mai agradecio el detalle abrazando fuertemente a Yami.

Unos días más tarde, Mai le pondría el nombre de Megumi a su bebita a quien llamaba cariñosamente Meg, se mudo a su nueva casa viviendo en unión libre con Joey...

[Dos años después]

En una pequeña iglesia en la ciudad Domino se llevaba a cabo una boda doble, Mai se casaba con Joey y Yami se casaba con Seto.

Megumi repartía pétalos de rosas por dónde pasarían Mai y Yami. Mientras que Mokuba cargaba en un cojín de terciopelo azul marino los anillos.

Joey y Seto se vieron de frente aunque se odiaran, su enojo tendria que esperar ya que el motivo de sus desvelos estaban acercándose lentamente hacia ellos. Mai llevaba un vestido hermoso de satín blanco, la parte de arriba era un escote de corazón, con la espalda descubierta, la parte de abajo era estilo sirena rematando en una hermosa y discreta cola. Usando zapatillas blancas con correa en el tobillo, el tacón no era ni alto ni bajo era lo suficiente como para bailar toda la noche, oculta bajo su falda en su pierna derecha había un ligero rosa con encaje blanco, su cabello recogido en un chongo alto con un pendedor azul en el cabello y en sus manos estaba un ramo de rosas rojas.

Yami por su parte uso una toga como lo hubiera hecho en sus años como faraón, un pectoral de oro era parte del atuendo, una capa blanca que era agarrada firmemente por Sethy el hijo que había tenido con Seto, sus antebrazos eran cubiertos por unos brazaletes de oro y en sus manos estaba un ramo de rosas azules y blancas.

La ceremonia se llevo a cabo con mucha tranquilidad, los presentes aplaudieron emocionados cuando ambas parejas se besaron ya que con ese beso no solamente cellaban una promesa, si no que sus corazones se entregaban a sus respectivas parejas.

Las parejitas celebraron la unión con una fiesta en la mansión Kaiba, los fuegos artificiales alumbraban el cielo, la música invitaba a los presentes a bailar. No había dicha más grande para Kaiba que tener a su Yami a su lado, asi cómo Joey se sentía con Mai, por una noche olvidaron sus rencores y festejaban en grande estar con sus amores. Brindaron por el amor la salud y la amistad, Mai y Joey se besaron asi como Yami era besado por Seto, la luna brillaba con intensidad siendo testigo fiel de que el amor que se profesaban sería eterno.

FIN






Agradecimiento especial a mi lectora Little_Rabbit_32 por sugerir el nombre de Megumi. Y muchas gracias a todos y todas mis lectores, gracias a ustedes sigo creando historias por que me motivan, mil gracias por su apoyo, nos leeremos pronto bay bay...

Yami_Kaiba

Helado corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora