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Era el momento de mayor oscuridad antes del alba.
꧁ UNA BREVE CITACIÓN DE LA MUERTE ꧂
Créeme, el mundo es una fábrica. El sol lo remueve, los humanos lo gobiernan y yo soy la que persevera. Me los llevo.Lo recuerdo con toda claridad.
Esta vez yo había ido por una mujer de unos veinticinco años.
Estaba tumbada en el suelo, con múltiples apuñaladas en el rostro, pero antes de eso, ya no era una persona común, entre el amasijo de carne y sangre, lágrimas caían sobre ella.
Estaba a punto de irme hasta que la ví allí, arrodillada.
La pálida y famélica niña estaba a unos centímetros apartada del cuerpo inerte, sentía como el mundo se hundía bajo el peso de sus pensamientos.
El clima se sentía tan gélido e inconfortable
Sus lágrimas se habían helado sobre el rostro de Meiling Rockwell.
Por encima de todo, la niña de sonrisa peculiar ansiaba volver al salón de clases, a cantar villancicos y leer versículos de la Biblia una vez más. Se moría de ganas de reencontrar esa seguridad, ese hogar, pero era incapaz de moverse. Además, la escuela ya no existía. Era parte del paisaje devastado.
Por favor, insisto, créeme.
Tuve ganas de detenerme y agacharme a su lado.Tuve ganas de decirle: «Lo siento, pequeña».
No me agaché. No dije nada.
Porque ella no me habría notado.Me quedé mirándola un rato y, cuando se movió, la seguí.
En cuanto a Meiling Rockwell, tuvo que hacer frente a la rigidez de sus movimientos y a la embestida de sus pensamientos desconcertados.
No está pasando. No puede estar pasando.
Hasta que fue por su bolso, mientras temblaba, en estos momentos, su corazón parecía escurrirse, estaba acalorado y latía muy fuerte, muy, muy fuerte.
Sacó de ahí, lentamente, un pistola desgastada, las balas yacían perfectamente alineadas encima del cartucho, ella lo analizó sin saber que hacer.
Lo miró detenidamente, presa del pánico. Sus ojos reflejaban ese pequeño brillo agonizante, de repente, una exhalación se abrió paso hasta sus labios.
Y se puso de pie.
Sus ojos se dirigieron hacía abajo, tenia un pequeño cinturón de cuero en su cintura.
Y se lo colocó, mientras levantaba la cabeza.
Ese sería el comienzo de su carrera.
Conservo su historia para recordarle una y otra vez. Es una más de la pequeña legión que llevo conmigo, cada una de ellas extraordinarias a su modo. Todas son un intento, un extraordinario intento de demostrarme que vosotros, y la existencia humana, valen la pena.
Aquí está. Una más entre tantas.
Meiling Rockwell.
Un asentamiento de sheriffs perdidos, maniáticos, calles, hombres ballesteros, cazadores, coreanos corredores, científicos, un líder con un revólver, granjas, niños disparados, graneros, hombres asesinos, mujeres infieles, parejas separadas, prisiones, reclusos, sangre, lágrimas, disparos, llantos, bebés, hombres inestables, mujeres perdidas, hombres tuertos, bates de béisbols, prófugos, máscaras, comunidades.
Todo lo que puede haber en un apocalipsis, en donde los caminantes no solo son las amenazas, si no también, los supervivientes.
Y aquella niña menuda, de ojos azules y cabello rubio, con labios resecos y unos brazos de perchero y pantorrillas esqueléticas.
Meiling no era capaz de intimidar a nadie, de hecho era inofensiva. Sus pequeños ojos entrometidos miraban a su alrededor, como si fuera algo automático, esa sonrisa en donde reflejaba la falta de un diente, sus pies se movían casi solos.
Su ropa se movía en torno al viento, haciéndolo revoletear.
Entonces, ven si te apetece.
Te enseñaré algo.Una introducción. Un comienzo.
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⊱ Hug me, i'm scared ┊ Carl Grimes ࿐
Fanfictionhug me, i'm scared | carl grimes the walking dead ━ s1 . . . s11 el mundo, la vida cotidiana, esas dos cosas ya no serían lo misma desde que los muertos empezaron a caminar, los muertos interiormente tuvieron familiares, amigos, colegas pero ahora e...