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Después de mandar el reporte a la oficina, lo único que teníamos que hacer ahora era regresar a casa y esperas hasta mañana a que nos dieran una respuesta.

Como siempre, llegué a casa, dejé el auto enfrente y tomé mis cosas para bajar. Me acerqué a la puerta y mientras intentaba abrir una sensación de que alguien me estuviera viendo en la oscuridad de la noche me recorrió por todo el cuerpo. Namjoon había salido antes y su auto ya estaba frente a su casa así que seguramente él ya este dormido o algo así.

La mirada podía sentirla del otro lado de la calle así que como si mi teléfono hubiera sonado, fingí buscarlo para contestar, pero en realidad estaba buscando mi arma y desocupando un poco mis manos para poder pelear y mientras lo hacía, escuche como unas pisadas se acercaban cada vez a mí. Para cuando las sentí a nada de mí, me giré de un brinco con el arma apuntando a esa persona.

-Wow –Namjoon dio un salto hacia atrás, sorprendido y con las manos a los lados de su cabeza –Lo siento si te tomé por sorpresa

-¿Eras tú?

-¿Qué cosa?

-¿Me has estado viendo desde hace rato?

-¿Tu también?

Parecía sorprendido y me sorprendió a mi aún más cuando dejó en el suelo las bolsas que llevaba en las manos y sacó el arma de su pantalón al mismo tiempo que miraba por todos lados.

-¿Qué está sucediendo? –pregunté

-Hace un tiempo, sentí lo mismo que tú, pensé que estaba cansado, pero que tú lo sientas ahora, no me parece coincidencia

-Entremos

Tomé las bolsas de Namjoon y mis cosas al mismo tiempo que corría a abrir la puerta mientras Namjoon me daba la espalda y vigilaba los alrededores. Una vez dentro de casa él me ordeno que cerrara las puertas y las ventanas mientras él permanecía cerca de la ventana que hay cerca de mi puerta vigilando un poco más.

-Listo –dije

-¿Es la primera vez que te pasa?

-Sí ¿Qué hay de ti?

-Solo lo he sentido una vez, pero no encontré a nadie

-¿Un acosador?

-Más bien, alguien que quiere que no encontremos algo –dijo

Dio una última mirada sin encontrar nada y por fin guardó su arma.

-Lo sentí cuando recién nos hicimos cargo del caso del hombre sin nombre –me miró

-¿Crees que sea alguien que nos quiera hacer callar sobre ese caso?

-Probablemente

Suspiré un tanto frustrada mientras cerraba los ojos y me masajeaba un poco el cuello. Odio cuando pasa esto, no es la primera vez que me pasa, pero tampoco es muy seguido que alguien nos quiera silenciar sobre un caso, son gajes del oficio, pero, aun así, es frustrante porque solo entorpecen nuestro trabajo y lo hacen más pesado.

-No te preocupes –dijo con una voz más calmada –de ahora en adelante te acompañaré a casa, hasta la puerta –sonrió

-Gracias... pero ¿Qué hacías en mi propiedad? ¿Y con bolsas? –sonreí

-Ah... bueno... mamá vino a casa hace unos días y me dejó un montón de comida, no puedo con toda, así que pensé que sería bueno y me ayudabas un poco –tomó las bolsas que había dejado por las prisas de cerrar todo en el piso. Caminó a la isla de mi cocina y las dejó encima para comenzar a sacar la comida

-Increíble ¿Cómo pudo cargar todo eso ella sola?

-Y hay más en casa –sonrió

También tomé una de las bolsas y saqué la comida.

-¿Por qué no te das un baño? En lo que yo caliento y sirvo todo

-¿Quieres que me dé un baño cuando acabamos de tener una amenaza de un asechador? –sonreí

-No te preocupes, yo estoy aquí. Date un baño tranquilamente

-Bien, confiare en ti

Caminé hasta mi habitación.

-¡Puedes pedirle a Alexa que ponga la música que quieras! –le grité antes de entrar a mi habitación

-¡Bien!

Mientras conseguía mi ropa de mis cajones, escuché como él le ordenaba a Alexa que pusiera la última canción que escuché.

Entré al baño y me di una rápida ducha. Cuando salí me puse unos pants negros con una franja blanca a cada lado y una camiseta blanca tan grande que, si le ponía un cinturón, fácilmente me quedaría como un vestido muy encima de las rodillas, me puse unos calcetines y unas pantuflas negras.

Para cuando salí de mi habitación el olor a la comida cliente hizo que mi estómago gruñera un poco. Tenía demasiada hambre y si no mal recuerdo, la madre de Namjoon era una excelente cocinera.

Me acerqué a la isla de la cocina y me senté en uno de los bancos mientras miraba la espalda de Nam quien estaba calentando la comida.

-¿No tienes artistas favoritos? –pregunté ya que la música era toda de mi playlist

-Quería saber qué tan mal gusto tenías

-Si es tan malo ¿Por qué no lo quitas?

-Porque no tienes mal gusto –me miró con una sonrisa mientras me deslizaba mi plato con la comida deliciosa y humeante

Dejó el suyo también sobre la isla de la cocina y se sentó en uno de los bancos frente a mí.

-¿Tus padres están bien? –pregunté

-Sí, mamá se sorprendió cuando le dije que trabajaba contigo

-¿Sabe que trabajamos juntos? –lo miré sorprendida

-Claro que sí –sonrió -¿No debía decir eso?

-No, claro que no...solo .... Me sorprendió que se lo dijeras

-¿Por qué?

-Porque soy la ex de su hijo

-¿Y qué? Mamá te amaba

-¿Lo sigue haciendo? –pregunté

-Sí, creo que mis padres te aman más que a mi

Sonreí y él igual.

-Mis padres también te aman –dije

-¿En serio? Pensé que tu padre quería matarme

-Quiere, pero, aun así, te quiere

Me levanté por unos vasos y al refrigerador para sacar un jugo de uva verde que había comprado hace unos días.

-¿Lo has pensado? –preguntó cuándo yo aún estaba sirviendo los vasos

-¿Qué cosa?

-Nosotros

-¿Nosotros? –lo miré y él solo aceptó con la cabeza

-...Un poco

-¿Qué has pensado?

-Pues... -le di su vaso y volvía a sentarme –pensando en aquella Isabela que no tenía ni idea de lo que quería y pensando en la de ahora que sabe lo que quiere... me agradaría que nos diéramos una segunda oportunidad

-¿En serio? –sonrió

-Sí ¿No querías eso?

-Claro que sí 

El hombre sin nombre (KimNamJoon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora