Capítulo 13: Jayna de Daxam

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En algún lugar del espacio

Los ojos avellana observaban expectantes a la mujer a su lado, curiosa e intrigada por sus recientes palabras. Mil preguntas se formaban en su cabeza queriendo salir por su boca, pero tuvo que aguantarse las ganas al no querer agobiar a la pelirroja que recién estaba entrando en confianza.

—¿Tienes algún problema con eso? —dijo molesta la mujer de ojos vendados al escuchar la reacción de la capitana.

—No. Claro que no. Tengo un amigo daxamita —aclaró rápido temiendo haber perdido el progreso que había hecho con la invitada—. Es solo que me tomó desprevenida —Jayna volvió a recostarse contra la pared ya más calmada—. Creí que no quedaban más daxamitas.

—Quedan muchos —Alex abrió los ojos sorprendida de la declaración.

—¿Cómo sabes eso?

—Mis padres me lo dijeron —dijo levantando los hombros restándole importancia—. Muchos daxamitas sobrevivieron, incluso la familia real —la humana frunció el ceño al recordar la historia de Mon-El.

—No, el príncipe y su familia murieron con su planeta —la pelirroja de ojos vendados negó con la cabeza.

—Los reyes sobrevivieron, al igual que el príncipe Mon-El —los ojos avellana volvieron a abrirse—. Aunque no saben donde está, lo han estado buscando.

—¿Príncipe Mon-El?

—Sí.

—¿Mon-El? ¿Cabellos castaño, poca barba, torpe y escandaloso? ¿Ese Mon-El?

—Supongo, no lo recuerdo mucho —habló Jayna—. Solo lo vi algunas veces y yo era una niña en ese entonces. ¿Por qué? ¿Lo conoces?

—Eh, sí. Se podría decir eso.

La mente de Alex era un caos, comparaba la historia de Mon-El con la de Jayna y todo iba cobrando sentido. El daxamita había mentido, pero ¿por qué? Tal vez se avergonzaba de ello, aunque eso era lo que menos importaba. Lo más importante era si Kara sabía la verdad, y si es así, como lo tomó. Lo más seguro es que se enfurecería con él, y no es de extrañar, su hermana tiene una gran cosa con la verdad y las mentiras.

—¿Estás bien? —preguntó la daxamita al notar el silencio por parte de la pelirroja.

—¿Eh? Sí. Claro —dijo al salir de sus pensamientos—. Solo estaba pensando en cosas.

—Te incomodé, ¿cierto?

—No. Claro que no —respondió rápidamente al notarla un poco avergonzada—. ¿A ti te incomodaría que te preguntara algo?

—¿Cómo terminé aquí? —Alex comenzó a asentir y se detuvo al recordar que Jayna no podía verla, quería darse un golpe por su estupidez.

—Solo si quieres decírmelo. No hay problema si no te apetece.

—No. Está bien —aseguró la daxamita—. Supongo que no hará daño —tomó aire para luego soltarlo lentamente—. Mis padres pertenecían a la burguesía de Daxam, por eso llegué a conocer al príncipe Mon-El, también por ello pudimos escapar a tiempo. Evacuamos tan rápido que no tuvimos tiempo de llevarnos todos nuestros objetos de valor, solo unos pocos y algunos sirvientes. Mi padre tuvo que buscar negocios por donde fuéramos, pero no siempre encontraba, por eso también teníamos que vender nuestras cosas o a nuestros sirvientes, así fue durante los años —Alex trató de no molestarse con el hecho de que Jayna había sido parte de la venta de personas, quienes posiblemente terminaron en una situación como en la que se encontraba en este preciso momento—. Hace cinco años estábamos en la casa más reciente que habíamos logrado conseguir, nos mudábamos mucho teniendo en cuenta nuestra situación; el Circulo Blanco se metió mientras dormíamos, mataron a mis padres y me trajeron ante el capitán Nidolhorg —la pelirroja de ojos vendados volvió a tomar aire—. El fue quien me dio la "bienvenida" a su nave, luego hizo que el resto de la tripulación...

Danvers sisters (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora