Capítulo Siete.

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Skylar no podía negar que sentía un poco de nervios, sin embargo no estaban asociados a salir con el hombre que la estuvo persiguiendo —por qué no hay una mejor manera de describir todo lo que sucedió — estaba nerviosa porque él serviría de conejillo de indias para los bombones que quería comenzar a producir.

Quería una opinión completamente imparcial y que mejor que un desconocido para esta tarea.

Aunque, el nudo que sentía en su estómago podria no estar completamente relacionado con esos bombones de chocolate y más con uno de carne y hueso. Bien, estaba ligeramente nerviosa por salir con ese hombre, que irónicamente seguía sin saber su nombre y que además le había hecho pasar unos cuanto malos tragos. No pudo evitar pensar mientras iba en camino para encontrarse con él, la razón por la que estaba haciendo esto.

Ella no tenía tiempo para una relación, puede sonar repetitivo pero esa era la verdad, antes de comenzar con Tasty Sky ella salía más a menudo y tuvo su buena dosis de relaciones, fracasadas, pero igual contaban ¿cierto? Sus amigas decían que ella era una persona muy cerrada y algo perfeccionista, pero eso no era necesariamente algo malo, además iba con su naturaleza.

Desde pequeña siempre protegía a los más pequeños, desde los animales hasta los niños en la guardería que necesitaban ayuda, además desde muy temprano durante su adolescencia aprendió que realmente era mejor protegerse uno mismo que dejar a los demás dañarte y ella prefería ahorrarse todo el sufrimiento y llevar las cosas por sí misma.

Es por eso que prefería dejar las cosas claras desde un principio, un par de citas, si las cosas salían bien quizás, pasar la noche y luego: Adiós. Sin sufrimiento y sin más. Pero nada de eso explicaba porque estaba haciendo esto. Salir con un completo extraño. Quizá pasar tanto tiempo en la cocina la volvió loca. ¿Era eso posible?

Caminando por el parque, dejo que el aire enfriara sus nervios.

Aunque se intentara engañar Sky sabía que en el fondo esto lo hacía porque sentía curiosidad y una atracción por ese desconocido, luego de que el oficial Joshua diera su visto bueno se sintió más cómoda de salir con él y ver si todos los desastres que ocurrían cuando estaba cerca, tanto verbales como físicos, eran pura coincidencia y no porque él fuera una especie de psicópata acosador.

—Si un oficial de policía te dice que es bueno por algo será, Sky. Pero ¿y si trabajan juntos? ¿Podrá ser este una especie de plan? —Sabía que las posibilidades de eso eran mínimas, por no decir cero, pero una chica podía dudar.

Estaba exagerando, pero cuando lo vio en la distancia no pudo evitar que todas las dudas, hasta las más absurdas cobraran vida en su mente, incluso su mente —en situaciones de nervios como esta— solía perder contacto con su filtro y decir las cosas en voz alta y solía meterse en problemas por eso, en teoría era culpa de los demás por meterse en los temas que no les conciernen, sin embargo cuando su boca no se ponía de acuerdo con su mente las cosas que decía la ponían en evidencia y como resultado siempre se avergonzaba. Pero no era algo por lo que sufriera mucho, a decir verdad, su amiga Elizabeth decía que era su chispa personal.

Ella podía estar de acuerdo con eso.

Ay Dios mío y reyes del chocolate, esa sonrisa tiene que ser ilegal. Solo una corta distancia la separaba del desconocido y por la reacción de su cuerpo ante su sonrisa estaba considerando seriamente huir. Ese hombre si en un principio le dio desconfianza por cómo se conocieron, ahora podía ver que era peligro con mayúsculas.

—Si viniste. Por un momento creí que no te vería.

—Sí, bien. Cumplo con mis promesas.

Estaban parados frente a frente, tuvo que levantar la barbilla para poder mirar sus ojos grises.

La amenaza más dulce.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora