Por una copa de vino

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     Para poder verle el rostro tengo que alzar la Vista por lo alto que es. Su tez trigueña hace una combinación muy bonita con sus ojos grandes y oscuros, esa nariz tan perfilada encima de sus rosados labios conforman uno de los rostros más atractivos de la industria del cine. A pesar de ser delgado está muy bien definido,  eso lo sé porque cuando hicimos la escena pude notar esos detalles.

     Luca lleva puesta una camisa negra, con las Mangas recogidas por encima de los antebrazos que hace juego con un pantalón de tela del mismo color, y unos tenis blancos. Lo cierto es que a pesar de que son prendas muy caras son bastante sencillas, tal vez en otra persona luciera común y corriente,  pero en él se ve casual con un toque de elegancia.

    En la conferencia de prensa llevaba su pelo negro muy bien peinado hacia atrás, ahora lo lleva todo desordenado dándole un aspecto despreocupado.

     ―¿Vas a decirme algo?, ¿o también querías escapar de la fiesta? ―Me dice mientras se arrecuesta a la baranda y sorbe un trago de su vaso.

    Miro el camino por dónde vinimos y le sonrío nerviosa. Descanso mi espalda en la baranda frente a él, y noto cómo me mira directo a los ojos sin una gota de expresión en la cara.

    ―¿No es de locos la idea que tuvo Tina para traernos a la fiesta? ―Le digo.

    ―Ajá. Pero se nota que no te molesta. ¡Te ví muy a gusto antes!

    ―¿Cómo dices? ―Recuerdo cuándo estaba con la boca abrierta recibiendo un trago de Licor―. ¡Ahh!. ¿Lo dices por el trago de Bienvenida?.

    ―¡Lo que sea!, eres mucho más atrevida de lo que pensaba ―Me da una media sonrisa y vuelve a sorber del vaso.

    ―¡Oh por dios, no sé que voy a hacer con esto! ―Hago ademán refiriéndome a la botella que sostengo en las manos.

    Luca, que al parecer no había notado que la traía conmigo, relaja las apretadas expresiones que se cargaba consigo todo este tiempo.

     ―¿Vas a tomarte eso? ―Me pregunta apuntando el licor.

     ―¿Quieres tomarlo conmigo? ―Le saco una sonrisa con la oferta.

     ―La verdad no debería, pero supongo que por una noche no pasa nada ―Me va comentando mientras nos sentamos a un costado del puente.

     ―A mí no me gusta beber, pero me gustaría escapar un rato de mi realidad ―Dejo salir de mis labios, y él nota la profundidad de mis palabras.

     ―Cuando tenía 17 años estuve ingresado en una clínica rehabilitándome, sufrí de alcoholismo ―Añade Lucas mirando su vaso―. Han pasado 6 años desde entonces. Vivir toda una vida enfrente de las cámaras termina por pasarte factura, y más si no hay nadie que te guíe por el buen camino ya que están muy ocupados buscando maneras de sacarte más dinero.

    ―¡OH!. No sabía nada pero debe haber sido difícil superarlo.

    ―Te estoy contando esto para que sepas que los malos comentarios de personas que no te conocen, y todo tipo de críticas venenosas son lo menos que tendrás que enfrentar. Este mundo es un pozo de pudrición y de incertidumbre. Si quieres salir adelante en este camino, tendrás que acostumbrarte.

     Sus palabras me hacen pensar en todo el hate que he recibido. Ahora que lo pienso, la mayoría de artistas siempre están envueltos en polémicas.

    ¿Cuántos momentos difíciles ha de haber atravesado Luca como para haberse refugiado en el alcohol?. Lo más triste es que sólo tenía 17 años y nadie lo ayudó a no tocar fondo.

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