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Después de entrar a la residencia, aquella mujer mostró una mirada de desaprobación hacia la menor. Pero su enojo fue sustituido por completo al ver las heridas en las piernas de la chica de orbes violetas.
— ¡¿Qué sucedió allá afuera?! — la tomó de los hombros bruscamente, con una mano tomó su mentón examinando su rostro. —¿Te sientes bien? ¿Alguna herida en tu cuerpo además de la de tus piernas?
—No, oka-sama. Sólo son pequeños raspones. — explicó sin pizca de emoción
—Por todos los cielos, (T/N). — suspiró dándole un abrazo —Sabes perfectamente que debes evitar a toda costa los enfrentamientos con las maldiciones.
—Lo sé... pero esa maldición se nos atravesó cuando estábamos en camino.
— Gojo es realmente estúpido ¿cómo se atreve a llevarte al peligro? —se quejó comenzando a caminar.
— Él no es estúpido, oka-sama — refutó ella siguiéndole el paso. — Satoru y Geto-senpai me protegieron allá afuera, estuve más protegida con ellos que con cualquier otra persona.
—Llamalo por su apellido, (T/N) — la miró con desprecio — ¿Y quién es ese tal Geto? ¿Acaso el chico con el flequillo extraño y con perforaciones?
—Si, el es Geto-senpai. Y élfue quien me protegió de la maldición.
—Dudo mucho que sea capaz de cuidarte como lo haríamos nosotros. Además tiene apariencia de vago.
—¡Él no es un vago! — intentaba mantenerse a raya, pero aunque fuera su madre no tenía el derecho de criticar a Suguru de esa forma. Se detuvo captando la atención de su madre, (T/N) apretaba los puños mirándola a los ojos intentando no titubear.
La mujer la observó con detenimiento, a lo que sonrió con burla.
—¿No me digas que sientes afecto por ese joven? — interrogó con un tono burlón.
—¿Y qué si siento aprecio por él? — La confrontó, aunque estaba aterrada por la mirada en su rostro no se movió de su lugar.
—No me hagas reír, (T/N). Debes conocer tu posición, al igual que la de él. —Hizo una pausa señalándola — Túeres una noble, perteneces a uno de los clanes de hechiceros más fuertes; la próxima cabeza del clan... Y él, en cambio, es un humano ordinario sin valor.
—Estas equivocada. Él no es un humano ordinario. Él es realmente fuerte, un joven de corazón noble y cálido. — El enojo comenzaba a fluir y no iba a quedarse callada, no si se trataba de su amigo.
—Tu abuela te malcrió. —Soltó un suspiró retomando su camino. — Debes ir a cambiarte de inmediato, se nos hace tarde. — Se detuvo en seco antes de seguir hablando — ¿Sabes lo que significa la muerte de tu tío? ¿O debo recordártelo?
