Perfect Love 3: The Last Day (Tokio Hotel Twc)

Capítulo 2: Matrimonio

Notas de MizukyChan: He notado que pese a que actualizo dos veces por semana, ustedes solo leen los fines de semana. Tal vez sea mejor que solo actualice los sábado. ¿Qué opinan?

Perfect Love 3: The Last Day

Capítulo 2: Matrimonio

Bill había terminado de aplicarse sombra oscura en los párpados, mientras Tom lo observaba sentado en la cama, maravillado por el enorme cambio que producía ese simple efecto en las facciones de su amado. Sin ese tinte alrededor de sus ojos, Bill se veía joven y tierno, pese a ser un hombre respetado en todo el pueblo, pero con la sombra, parecía alguien completamente diferente, se veía fiero y astuto, no que no lo fuera, pero ese detalle peculiar lo hacía visible.

—Te ves muy sexy —dijo el trenzado y sin poder resistirse más, lo tomó por la cintura desde atrás—. Creo que mejor no dejo que nadie más te vea. Te podrían secuestrar. —Sonrió ante el espejo, notando la enorme sonrisa de su pareja.

—No seas bobo, jamás me perdonaría faltar a un acontecimiento tan importante como la boda de mi mejor amigo. Ni siquiera por un secuestro.

Bill giró en el abrazo, enrollando sus brazos en el cuello del lobo y se acercó hasta rozar sus narices. Tom estiró los labios, buscando un beso, pero le fue negado con una carcajada.

—Nada de besos, o no llegaremos a la fiesta. Te conozco, Tom. —El pelinegro le dio un guiño y procedió a alejarse para ponerse la gruesa chaqueta negra.

—Esta noche Gustav no será el único en tener una luna de miel. —Afirmó el de trenzas.

—¿Lo prometes?

—Puedes apostar lo que quieras.

Bajaron tomados de la mano y se despidieron de sus hijos y las mujeres de la casa, pero en el momento de subir a sus caballos, Bill se llevó una mano al pecho y se congeló.

—¿Bill, estás bien? —En un segundo, Tom se situó a su lado—. ¿Es una visión?

—No, es un mal presentimiento.

—¿Los ataques?

—No, creo que algo pasará esta noche, le harán algo a Gustav. Démonos prisa. —Pidió y, sujetando firmemente las riendas, emprendieron el galope.

&

En un sector privado de la iglesia, el padre Tannen sostenía las manos de Nuray, la novia de Gustav, ella lo miraba con sus hermosos ojos brillantes.

—No tienes que hacer esto, Nuray. El matrimonio religioso no tiene nada que ver con tus raíces y con tus creencias. Además, tendré que bautizarte y no quiero pasar a llevar tu libre albedrío con ello. No quiero insultar a tu pueblo.

—Padre, usted es uno de los pocos sacerdotes que realmente vive su fe —respondió ella, sin perder la sonrisa—. Y pese a que debería odiar a toda los cristianos por perseguir y asesinar a mi pueblo, he aprendido que los dioses no tienen partido en estas guerras.

—Cierto, mi niña. Estas son guerras de hombres, por cosas tan banales, que yo mismo me lamento por ello.

—Gustav me ha explicado que si hacemos esto, estaré protegida aquí en la ciudad.

—Tu marido es un hombre sabio. —El padre sabía que la pareja se consideraba “casada” porque compartían una casa—. Si la mala suerte nos golpea y tenemos visita de los inquisidores, buscarán primeramente a las personas de tribus como la tuya. Por eso, si recibes las ordenanzas religiosas, estarás libre de una posible ejecución.