Entre susurros

Hoy es una noche común, si común para cualquiera...

Pero no para mí, el cielo está nublado, caen pequeñas gotas de manera sutil, tan sutil que parece solo una caricia de humedad en mi rostro, pero es tan fría, es helada, como congelada se siente mi alma.

Te extraño, vaya que si. Idiota, ¿porqué te has ido así de mi?; está maldita distancia imperturbable me está asfixiando, como lo hace esta caricia helada, de esta noche fría, oscura y nublada.

¡Tengo frío!

No lo puedo negar, te amo, pero no te veo, ni me atrevo, te necesito, ¡diablos!, te anhelo.

Pero no estás, siento el abismo entre nosotros, palpable y siniestro. Miro el cielo jajaja se ve tan oscuro, tan negro, infinito y terroríficamente ajeno, así como tú corazón, que está tan lejos de pertenecerme como antes. ¿Quién lo diría? Estoy aquí otra vez anhelando tu compañía, tu sonrisa, tu estúpida alegría. Mi niña, mi amiga, mi mejor compañía.

Estúpido y absurdo momento en que decidí hacerte a un lado por alguien más, alguien que ni siquiera formaba parte de nuestros planes o de nuestra vida.

Perdón cariño, perdón, a ti mi único amor, por dejarte en segundo plano cuando ser mi prioridad era mi única misión.

Te dañe, te fui infiel, te engañe, rompí todas y cada una de mis promesas contigo. Nuestros planes, nuestras metas, todo lo que teníamos construido.

¿Y todo para qué?
¿Todo por quién?
¿A cambio de qué?

Todo para nada.
Por un espejismo.
A cambio de romper tu confianza.

Que difícil es mirarte a la cara, no puedo hacerlo... Que difícil mirarte a los ojos, la culpa, la decepción, el enojo es lo único que veo en tu mirada.

Es tanta la vergüenza que siento al defraudarte, que he cubierto todos los espejos de la casa, no puedo mirarte, no puedo mirarme... Por una fantasía traicione al amor de mi vida.

ME TRAICIONE A MI MISMA.