Estadía

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Dejé de buscar, dejé de esperar.

Las calles permanecen igual.

Nuevas personas siguen viejas rutinas:

empleo, estudios, matrimonio, hijos, una aventura.

Las calles están rotas y las personas también.


El bar que frecuentabas, ese ya no es el mismo.

Pues, ya no estas ahí tal cual una pieza del mobiliario.

Tomar el camino largo de la escuela a casa

con toda la intención de encontrarme frente al viejo bar,

esa era la rutina.


Manos temblorosas, falta de coordinación en ambas piernas.

Quería verte.  Tal vez de lejos,

tal vez de muy cerca ,tal vez por error,

tal vez por casualidad.

Nunca resultó, nunca fue posible.


Existe una rutina nueva.

Ya no están contemplados un bar, calles rotas

 o caminos largos que no tienen rumbo alguno 

que no sea el de prolongar la agonía.

Dejé de buscar, dejé de esperar.


Cuando las luces se apagan,

cuando la ciudad duerme,

cuando el único sonido que existe es el del silencio,

cuando ninguna idea reside en la cabeza,

cuando nadie responde. 


Cuando  es demasiado tarde para seguir despierto.

 Ahí estás, ahí te encuentras.

No hay necesidad tal de buscarte.

Sin buscarte, te encontré.

Dejé de buscar ,  apareciste.


Ya no te busco, porque siempre te encuentro.

Ya no te espero, porque nunca te fuiste.

Pero, que es la vida sí no ironía

a mí ya me viene pesando tu estadía.

EstadíaWhere stories live. Discover now