La decisión.
¿Tendré que salvarle el culo ahora a la princesa Diana?
¿Qué mierda le costaba solo acatar lo que le dije?
Ahora me encuentro en este círculo donde esta Rebecca que aunque intenta ser "buena persona" su verdadera naturaleza es ser una víbora y en el mejor momento cuando piensas que todo marcha bien te mordera y te inyectará su veneno, así es ella, una perra sorprendente. Se que ahora usará este momento para sobornarme con cualquier estupidez que se le ocurra.
¿Por qué mejor no me vio Nicol, o Esteban? Tuvo que ser ella, ¡Dios! Esto tiene que ser una pesadilla.
Provoca arrancarle los ojos a Diana por necia y hacerlo en guiso y luego hacer que se lo coma.
— Eres muy estúpida, ¿lo sabías?— le dije a Diana, mientras yo prendía un rollo.
Nos fuimos del bar para ir al apartamento de Steven, me traje a Diana conmigo y obviamente se nos pego Rebecca. Steven está con nosotras también, dijo que no dejaría a tres locas en su apartamento ya que no quiere vivir en la calle si nos deja sola.
Exagera
— ¿Qué haremos con ella?— pregunta Rebecca mientras explota la burbuja de su chicle.
Steven está arrecostado en el mesón de su cocina con los brazos cruzados, Diana está sentada en el sofá muy relajada como si nada hubiera pasado, yo estoy sentada en frente de ella y Rebecca en el otro sofá quedando en medio de las dos.
— Haremos, suena a poliedro. — la miro seria— Tú no harás nada porque esto no te incumbe.
— Sabes que sí, y es mejor que no me retes.
— No lo estoy haciendo, solo harás más caos si sueltas la lengua.
Se encoje de hombros restandole importancia— Solo me divierto.
Pongo los ojos en blanco, aveces me cae mal.
— Yo sigo aquí—. Dice Diana.
La ignoro y me volteó a ver a Steven.
— ¿Tú qué piensas? — suspira y se mete las manos en los bolsillos de su pantalón.
— Deberías de matarla y así nos ahorramos miles de problemas.
Se que es la opción peroooo, no quiero.
— Opino lo mismo que el Roquero— dice Rebecca.
— No pueden hablar como si yo no estuviera aquí—. Vuelve a comentar Diana.
La vuelvo a ignorar. Me paso las manos por la cara y me levanto.
¿Por qué simplemente no la puedo matar y ya?
¿Por qué me puso en esta situación?
Quizás no puedo hacerlo porque la conozco desde hace cuatro años por la universidad, estudiamos juntas, no puedo.
— No la mataré.
La observo y noto como sus hombros se relajan.
— Pues lo hago yo—. Comenta Rebecca sin tartamudear.
— No, no lo harás. Es mi decisión.
— Sabes que Mars, no le gustan que hayan cabos sueltos, y después de lo que le hiciste a Matías no esta muy feliz contigo que digamos. Ahórrate los problemas y acaba con esto.
Lo sé, se que me estoy arriesgando, pero soy humana, no puedo simplemente acabar con la vida de ella, o sea, si puedo, simplemente no quiero.
— ¿Tú por qué no hablas, o no estás llorando de miedo?— le pregunto a Diana.
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Latidos infernales [Completa]
De TodoVerónica Rausell, una chica de 22 años que busca la manera de saciar su rabia y toda las desgracias que a su vida le ha pasado matando gente. Sus demonios despertaron desde que su mejor amiga se fue, era su única fuente de fe y ahora que ella y ni s...