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KUROO TETSURO

Sentí un cuerpo moverse al lado mío, estaba en un colchón grande, pero quien sea que estaba a mi lado no paraba de moverse, abrí los ojos al recordar que Hiroko me había invitado a su habitación al verme durmiendo en el suelo de la sala.

Mire a mi costado y la vi sentada en la orilla de su lado de la cama con las manos en la cabeza, como si le doliese. -¿Hiroko? - Carraspee, ella no respondió a mi llamado. -Ey. - Volví a llamar, al ver que seguía ignorándome me senté en mi lugar y alargue el brazo hasta llegar a su hombro, le toque el hombro en busca de que me haga caso.

Estaba temblando, su cuerpo temblaba y seguía tomándose la cabeza con las manos.

Deslicé mi cuerpo fuera de la cama despidiéndome de la comodidad del colchón y me dirigí hacia su lado de la cama, no podía ver bien su rostro, pero algo me decía que se había quedado dormida en esa posición ya que a pesar de que su cuerpo temblaba se encontraba quieta en su lugar.

Suspire cansado y volví hacia mi lado del colchón, enterrándome y escondiéndome entre las sabanas, estaba por cerrar los ojos una vez ya acomodado cuando escuche un jadeo de cansancio de su parte, o tal vez de dolor, vaya a saber uno. -Mi conciencia me está matando. – Mascullo en un murmuro Hiroko, abrí nuevamente mis ojos, seguía en la misma posición.

-¿Tu crees que sea una mala persona? – Pregunto girándose hacia mí. -Eh... bueno, no. – Confesé sin saber a que venia la pregunta. -Ya, claro. – Murmuro arrastrando su cuerpo hasta fuera del colchón. -¿Qué haces? Aún es de madrugada, duerme. – Ordené dándole a entender que vuelva a la cama.

-Ya, es que dormir en la misma cama que cierto chico con pareja me esta volviendo loca, más de lo que ya estoy. – Aclaro sonriendo de forma burlona.

¿Por qué nunca había visto esa sonrisa tan bonita?

¡Concentración, soldado!

-A Aiko no le molestara, créeme, ella es muy pasiva. – Explique sentándome en la cama nuevamente para poder verla bien, la luz de la noche que entraba por la ventana la hacia lucir mil veces más preciosa.

Hizo una expresión que no supe descifrar correctamente.

-A ver... - Suspiro por quinta vez y se sento en la orilla de la cama sin darme la espalda, viéndome de forma fija. -Planteemos la siguiente situación. – Tomo una pausa. – Si Aiko se quedase a dormir en casa de un amigo y durmiera en la misma puta cama que él, con él, a ti te molestaría ¿Verdad? – Cuestiono mirándome como si fuese obvio.

No respondí.

-Ahí está, ¿Ves? – Espeto en respuesta a mi silencio y seguidamente volvió a levantarse y abrir la puerta de la habitación para luego abandonar la habitación.

Me cago en la puta.

Venga, soldado, eres más fuerte que esta tentación.

Venga...

Tú puedes...

...

¡Claro que no!

Salí de la cama y segundos luego de la habitación, fui hasta la sala con el temor de encontrármela entre los brazos del imbécil que se encontraba roncando como un lobo marino cuando quiere comida, por suerte me la encontré en la cocina, con la luz apagada, estaba tomando un vaso de lo que parecía ser agua, al menos a simple vista.

-Hiroko... - Había que susurrar para no despertar a la ballena fuera del estanque que se encontraba durmiendo en el sofá, puesto a que desde la sala se podía escuchar completamente lo que ocurría en la cocina.

𝐹𝐴𝐾𝐸 𝐿𝑂𝑉𝐸𝑅, 𝐼 𝐿𝑂𝑉𝐸 𝑌𝑂𝑈. ( Tetsurō Kuroo & Lectora).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora