//Kisses//

346 11 4
                                    

Y bueno, yo... Yo te conozco desde hace un tiempo. Te había estado observando. Y creo que me he enamorado de ti.

¿Eso... Eso es verdad?

Estoy cuerdo, y tengo la certeza de lo que he dicho es verdad.

Harry... Yo... Yo no sé qué decir. Me has dejado sin palabras.

Creo que se cómo devolverte las palabras. Mis técnicas son muy efectivas.

¿Cómo lo harías?pregunté dudosa.

Tus labios sobre los míos. La mejor medicina.

Cuando Harry pronunció esas palabras, mi corazón se pasmó. Sus labios sobre los míos.

Mis pies aún se encontraban atados. Pero mis sentimientos ya estaban liberados.

Un día me había bastado para poder sentirme atraída hacia él. Y me encantaba.

Él caminó lentamente hacia mí, bajó hasta mi altura y me miró a los ojos, que al instante estuvieron conectados con los suyos. Desató el nudo que se encontraba sobre mis tobillos, y tomó mis manos, produciendo así, escalofríos en mí.

Cambió de opinión y optó por posar su mirada en mis labios. Me sentía acorralada, intimidada, aunque... Me gustaba.

El devolvió su mirada a mis ojos y pronunció en un susurro lo siguiente: "Quiero probarlos, Shan. Te necesito, desde hace meses lo he necesitado".

Yo quedé paralizada, y esperé a que el momento llegará. De un momento a otro, sentí unos labios cálidos y carnosos sobre los míos. Esto se sentía... Tan bien.

Aunque, aún no podía sacarme de la cabeza la idea de que en este momento estaba pasando "algo más" entre Harry y yo.

Seguía a merced de él, pero ninguna de las muchas razones que se estaban formulando en mi cabeza me podían alejar de la situación en la que me encontraba ahora.

Debía admitir que esto me encantaba. Él me besaba de una manera tan dulce, cálida. No podía describirlo. Esta era una de las sensacións que provocaban, terremotos y tsunamis en mi estómago.

Harry tenía ese "algo" que me volvía loca. Pocas horas fueron suficientes para que él pudiera provocar sentimientos indescriptibles sobre mí. Me había hecho algo, me tenía atada a él.

Él empezó a mover sus labios de una manera un poco más frenética, y sus brazos se posaron sobre mi espalda, mientras yo lo tomabá por su cuello. Era tan malditamente adictivo, que ni en milenios me separaría de sus labios.

Mientras nuestras respiraciones se entrelazaban y yo cerraba mis ojos, decidimos que era tiempo de parar aquel mágico beso.

Al separarnos, los dos nos sometimos a un rotundo arrepentimiento, mezclado con preocupación. ¿En verdad esto era tan malo?

[...]

Al pasar días (una semana, para ser exactos) de estar con él, mis sentimientos se encontraban confusos. Y yo estaba más confundida acerca de si lo amaba o no...

Agh... ¿¡Cómo pude ser tan tonto como para enamorarme de ti, Shan? Esto esta mal. Tú y yo... Es imposible... Pero...dijo Harry entrando a la pequeña cabaña donde había estado desde hace días.

Sé que esto está mal, y no será nada fácil tener algo contigo, Harry.

Pero yo sería capaz de sobrepasar todos los obstáculos para poder estar contigo. Eres simplemente la persona más cautivadora que he conocido.

«Stockholm Syndrome» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora