-Viene conmigo.
Repasé al chico otra vez, ¿si era aquel que vi al salir del trabajo o era mi mente traicionándome? Sea quien sea agradecía que me sacara de esa escena de control que Gian quería tener.
-¿Y tú eres? Porque no es cómo que Jane tenga muchos amigos, - recalcando la última palabra. Okay eso sí me dolió- lárgate y déjanos solos.
-Me iré hasta que ella me lo pida.
Al terminar su oración pude sentir sus dedos rozando en mi mano, consiguiendo un agarre fuerte, al cuál yo no me opuse. No estaba pensando, realmente mi cuerpo era el único presente en ese momento, si el estúpido de mi exnovio fuera otra persona intentando molestarme quizá no estuviera tan tensa y hubiera reaccionado a la primera, pero... me hacía sentir tan débil. Volviendo a aquel, estoy convencida que es el chico del trabajo; la contextura de su cuerpo, su cabello, eran las mismas características.
No sabía si debía confiar él, es decir, pudiera ser cualquier otro chico con malas intenciones aprovechándose de una situación como esa, intentando ser el "bueno", pero sabía que sí me quedaba ahí Gian podría aprovecharse y volver a tocarme. No me gusta arriesgarme, pero en cualquiera opción soy vulnerable. A la mierda.
-No vuelvas buscarme nunca, por favor. -declaré con un nudo en la garganta mientras solté la mano de aquel chico que me sacó de esa incómoda y peligrosa situación, dando la vuelta para dirigirme directo a la salida de aquel lugar lleno de luces y música a todo volumen.
Noté que me seguían el paso y volteé por encima de mi hombro. Gracias al mundo era el chico que me ayudó. Apresuré mi paso y logré salir, me sentía tan atónita por todo lo que había sucedido en esos eternos minutos para mí.
-¿Te encuentras bien?- preguntó acelerando su paso para alcanzarme.
-Sí... sólo... no debería seguir aquí -dije negando con la cabeza, la cual tocaba con mi mano- gracias por entrometer...-iba continuar pero me interrumpió el hecho de que soltó una pequeña risa que hizo que cayera en cuenta de que quizá utilice la palabra incorrecta.
Dios. Jane, acaba de salvarte de ese imbécil y tú le dices que se entrometió, la imbécil eres tú.
-No, no, no quise decir es...-ahora me interrumpí a mí misma- yo... de verdad, gracias.
-No pasa nada, no podía permitirme sólo ver que te forcejeaba sin hacer nada. -dijo esbozando media sonrisa, tocando su brazo cubierto de tatuajes con su mano, como si estuviera nervioso, acto que me lleno de mucha tranquilidad. - Me llamo Josh.
Así que eres tú, Josh.
-Jane. -respondí devolviéndole la media sonrisa, él estrecho su mano y la tomé como si fuera un cordial saludo entre dos civiles.
-¿Quieres que pida un auto por ti? Es decir, me ofrecería a llevarte pero, creo que lo que menos necesitas es más testosterona a tu alrededor -replicó- no quiero hacerte sentir incomoda.
-No, sólo...esperaré a que salgan mis hermanos.
Estoy tan acostumbrada a Isa y Thom que no recuerdo la ultima vez que los presenté como mis primos.
Levanté más la mirada para poder escanear su cara. Maldición. Tenía un rostro tan fino. Sus ojos eran verdes. Su nariz recta y definida. Sus labios eran de un tono rosa palo, gruesos y carnosos. Su mandíbula estaba marcada y parecía tener un tipo de marca de nacimiento cerca de ésta; me gustaría no haber supuesto que tal vez la consiguió en alguna pelea callejera, es decir, su aspecto era de alguien rudo cuando lo molestan. Era muy atractivo, tanto que no logré despegar mi mirada de él hasta que lo vi frunciendo el ceño.
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Cerca de ti
RomanceJane Bricken ha dedicado más de la mitad de su vida a leer novelas románticas, deseando experimentar esa montaña rusa de constantes emociones. Josh Carter, deseando dejar de pensar en el cruel pasado que tuvo, decidió darle sentido a su vida vivien...