Capítulo 5

148 40 5
                                    

Louis:

El viernes cuando entré a casa de la chica todo fue un desastre, jamás en mi vida había cometido tal despiste, siempre he estado pendiente de la forma en la que me presento en la tierra porque si llegara a flechar a alguien estando en mi forma humana eso podría costarme muy caro si me llegaran a ver.

Como me puse tan nervioso le solté toda la información sin previo aviso y obviamente no me creyó, de hecho hubiera sido muy raro que lo hubiera hecho así que tuve que irme sin haber conseguido nada, me pasé todo el fin de semana pensando en que podría hacer.

El domingo me encontraba sentado fuera de mi casa distraído en mis pensamientos hasta que siento una voz.

—Louis, amigo—miré para arriba y me encontré a Henry parado frente a mí , él me sonreía y yo no hacía ni mínimo esfuerzo para disimular mi preocupación—¿Qué te tiene así? ¿Es el problema con la humana?

Le hice una señal para que bajara la voz ya que estabamos fuera de mi casa y mis padres podían escuchar, lo tomé del brazo y lo alejé un poco de donde estabamos para poder contarle todo.

—Estoy extremadamente preocupado, el otro día bajé a la tierra y me metí en su habitación a rebuscar pero se me olvidó que estaba en forma humana y me descubrió, me puse tan nervioso que le conté todo, no me creyó y me amenazó con llamar a la policía—Mientras le contaba todo, Henry me miraba con la boca abierta.

—Es que definitivamente estás mal de la cabeza, no puedes hacer eso, ni siquiera sé como se te ocurrió, es obvio que no te iba a creer—Hizo una pequeña pausa y continuó—Ahora escuchame, he estado investigando y no he encontrado ninguna manera de revertir un flechazo—mientras escuchaba sus palabras más crecía mi desesperación.

—¿Cómo es posible que si lo único que hacemos es flechar personas no haya una manera de revertir un flechazo?

—Tal vez porque ante la ley todo flechazo está bien y nunca ha habido nadie tan tonto como para flecharse a si mismo.

Sabía que tenía razón, hasta a mi me sorprendía haber sido tan torpe y estúpido, me siento demasiado atrapado, no quiero perder el don y convertirme en un marginado, sería la vergüenza de toda mi especie, no puedo permitirlo.

—¿Y qué hago?

—Ahora que ya le contaste todo no te queda de otra, tienes que ir y forzarla a que te escuche, tienes que hacerla entender la situación y mostrarle que ella también sale perjudicada.

Y eso hice.

Beverly:

Miré al chico que estaba sentado en mi sofá y me dedicaba una fingida sonrisa, la más falsa que he visto, nunca había visto un rostro que se viera tan claramente de mal humor pero que tuviera una sonrisa tan grande en él.

Definitivamente después de este fin de semana tan raro ya empezaba a creer en las palabras de este loco, así que había dos opciones, o era cierto todo lo que él decía y lo veía porque habían pruebas o yo estaba volviéndome igual de demente.

—No pienso preguntarte como entraste si yo cerré todas las ventanas porque si realmente eres un ser mágico y mitológico seguramente tendrás tus trucos y tus echizos—Estaba hablando lo más calmada que podía.

—De hecho no utilicé ninguna magia, entré por la puerta trasera que está abierta

Maldije mentalmente y estaba segura que no estaba mintiendo ya que tengo un gran problema de memoria cuando de cerrar esa puerta se trata.

—Ok, luego de resolver ese misterio diré que estoy dispuesta a escuchar lo que tengas que decir—probablemente luego me arrepentiría de esto,tal vez termine muerta, asesinada por este psicópata pero me da curiosidad saber que tiene que decir, la curiosidad mató al gato, pero murió sabiendo.

Fleché a Cupido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora