El Lord ‹Sonamy›

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— Aquí estoy, mi Señor. —Anunció suavemente, entrando al cuarto de él, mientras cerraba la puerta detrás suyo— ¿Para qué me ha llamado?

— ...¿Recuerda lo que le dije en el carruaje? —La chica asintió— Siéntese; por favor.

Ella obedeció. Algo le daba mala espina.

— ¿Qué sucede? Me está asustando...

— Tengo que contarte toda la verdad; Amy. —Levantó la vista hacia ella, inexpresivo.

— ¿Verdad? ¿Cuál verdad?

— Verá... Nos conocemos desde pequeños realmente. —La rosada abrió los ojos, sorprendida, pero él no dejó que ella hablara— Te conozco desde que tenías 7 años, y desde ahí supe que estoy enamorado de tí. —Sinceró, sin mirarla a los ojos.

— M-Mi señor...

— Déjame terminar. —Cortó.— Te conozco porque eres una hija extramatrimonial del rey anterior. Tu madre fue abusada por él, y naciste tú. Como era muy arriesgado hacer un aborto, y el rey realmente estaba enamorado de tu madre... Decidió tenerte. Pero siempre estuviste oculta. Hasta que nació Shadow; el príncipe que hace tan solo unos días luego de la muerte de su padre, se volvió el rey. El problema, es que tú eres la primera hija de la realeza, y por herencia, tú deberías ser la reina actualmente. Pero no eres de sangre, eres simplemente un error para esa familia; por eso te odian y odian tanto a tu madre. Y también por eso, luego de conocerme decidieron que lo mejor era borrarte la memoria y despedir a tu madre, dejando a ambas en la absoluta miseria. Es por esta operación en tu cerebro que repentinamente tienes dolores de cabeza.

Era demasiada información para el cerebro de la chica, la cual sintió justamente, un fuerte dolor de cabeza, que de no ser porque estaba sentada, hubiera caído al piso al perder el equilibrio.
Él se aseguró de sostenerla, esperando a que se sintiera mejor.

— Pero... Yo no... Yo no tengo el mismo apellido que el rey... —Cuestionó con una voz leve, negándose a que esa historia sea cierta.

— Usaron el segundo apellido del rey, casi desconocido para la gente. Apellido el cual no le dieron a Shadow, para que nadie jamás se entere de esto.

— Esto no... Esto no puede ser cierto... Digame que no es cierto; por favor... —Lloró, mientras sentía como él la envolvía con sus brazos.

Simplemente pensar en todo lo que su madre había tenido que soportar por ella, por ser una carga, la estaba quemando por dentro en tensión de segundos.
Prefería mil veces la historia que siempre había escuchado; que no tenían nada para comer debido a que el destino es cruel e injusto.

— Tranquila... Entiendo que estés así... —Dijo, comprensivo y compasivo, sintiendo como los suaves brazos de ella rodeaban su cuerpo, aceptando ese abrazo.

— E-Es todo mi culpa... Mi madre... E-Ella...

— Shh... no llores, por favor... odiaba verte llorar a los 9 años y odio verte llorar ahora... —Murmuró en voz alta, suavemente acariciando las púas de la rosada— Entiendo el sacrificio de tu madre y todo lo que tuvo que pasar. Ella es una persona verdaderamente increíble y fuerte, ¿No crees?

— ...es un ángel. —Afirmó, entre sollozos.

— Lo es, créeme que lo es...

Luego de unos minutos, mientras era reconfortada por él, junto con sus mimos y palabras de aliento, el erizo pensó que era tiempo de continuar.

— ...“Si un heredero al trono no reconocido se casa con alguien de alto cargo, automáticamente ese heredero recibirá el trono”.

— ¿Por qué dices eso?