capítulo único

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Marinette siempre ayudaba a sus amigas cuando la necesitaban y hacía todo por ellas, aun cuando no sabía como hacerlo bien, siendo esta vez el turno de ayudar a Zoé, con quien estaba reunida en su habitación.

-Oh mi señorita, yo en verdad lamentó haberme olvidado de que era alérgica a la nuez.- dijo Marinette en modo bastante dramático mientras leía un libreto que le enteró Zoé.

La rubia, antes de decir sus líneas, levantó su mano derecha levemente para salir un rato del personaje.

-Marinette, en verdad estoy agradecida de que me ayudes, pero ¿por qué llevas un traje de sirvienta?- preguntó la chica, viendo con curiosidad a su amiga.

La azabache, sonrió y dio una vuelta para que su amiga la vea bien.

-¿Te gusta? Como querías que actuemos como ama y sirvienta, me vestí así para entrar más en el papel y que te sientas cómoda.- respondió Marinette, siempre tan alegré.

Zoé, le mostró una sonrisa amable, para bajar su mano y poner cara de enojó, entrando en el papel de jefa malvada.

-¿Lo olvidaste?
¿Qué pasa si yo olvidó que soy una dama educada y te mato a golpes por casi provocar mi muerte.- dijo la rubia, acercándose a Marinette de manera intimidante.

La de cabello azul retrocedió, sorprendida por el nivel profesional que tenía su amiga, para luego leer su siguiente línea.

-Por favor señorita, perdóneme, no volveré a cometer ése error, grita mientras se arrodilla y súplica.- leyó Marinette.

Zoé, cerró los ojos por un segundo, intentando no salir del personaje para reírse.

Marinette, leyó ésa parte varias veces y se dio cuenta de que no tenía que leerlo todo, después del asterisco era una indicación de lo que debía hacer.

-¡Lo siento, mi error!
¿Lo podemos repetir?... otra vez.

Ya había metido la pata cerca de 4 veces en menos de 10 minutos, ése día estaba inspirada.

Zoé, sin darle atención a lo que le dijo, le quito el libreto y lo lanzó, para acercar su rostro al de su amiga, sonriendo de manera malvada.

-Como tu jefa, es mi deber castigarte para que no vuelvas a cometer el mismo error.

Marinette se encogió, abriendo sus ojos al máximo al casi rozar su nariz con la de Zoé.

Sus respiraciones no chocaban porque ella no estaba respirando de los nervios.

-Yo... no sé que decir sin el libreto.- dijo la de cabello azul, desviando la mirada.

-¡Silencio! ¡No te di permiso de hablar!- gritó Zoé, haciendo que Marinette se encoja todavía más y haga pucherito.

Zoé estaba actuando muy bien, tanto así que le estaba asustando.

-Zoé, ya no quiero jugar, me asustas.- dijo Marinette, pasando su mano por su ojo izquierdo, limpiando una lágrima traidora.

La rubia, sonrió de manera malvada y agarró a Marinette de sus muñecas, haciendo que se asuste.

-¿Jugar? Aquí nadie esta jugando sirvienta indisciplinada.
Soy tu ama y es mi deber enseñarle a tu cuerpo quien es la jefa.- susurro la rubia, acercando más y más su rostro al de Marinette.

Marinette, ya no estaba asustada, ahora estaba con el rostro rojo, sintiendo como la punta de la nariz de su amiga acariciaba la suya.

¡¿Por qué le excitaba éso?!

-No te vuelvas a equivocar.- susurro Zoé, antes de cerrar sus ojos y unir sus labios con los de Marinette.

Marinette, abrió sus ojos lo máximo que podía mientras sentía los suaves labios de su amiga sobre los suyos, en los cuales estaba haciendo fuerza por estar tan nerviosa.

Solo es una actuación  (Zoenette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora