4 Desahogo

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—Hola Benji, cariño— me saludó una Sahara exhausta a las ocho de la noche.—Ven conmigo— ordenó jalándome del brazo hasta la bodega.

—Auch... De acuerdo, de acuerdo— dije quejándome del agarre. Ya me imaginaba el motivo de su enfado, pero esperaba mi castigo o despido hasta mañana.

—¿Qué sucedió con Derek?— me cuestionó Sahara y yo no pude más, la abracé y lloré en su hombro.—Lo siento cariño.

Sahara me abrazó hasta que lloré lo suficiente. Con la visita de victor se me había olvidado lo qué pasó en la tarde.

—Perdón Sahara— me separé del abrazo y limpié mis ojos de lagrimas. Yo nunca le había dicho mucho a Sahara, aunque ella me preguntaba, yo le decía lo básico pero nunca nuestra relación había sido tan cercana y no quería que ella pensara que no era profesional.

—No, no te disculpes— dijo ella comprensiva y me abrazó de nuevo.—Puedes contarme.
—Siento que ya no conozco a Derek— dije entre sollozos.—El no era así, el era amable y divertido, incapaz de hacerle daño a alguien.

—Mylo me contó lo de Tosh— mi cara era de sorpresa y duda.—No te enojes, ellos pasaron a verme a la otra sucursal. Están muy preocupados por ti.

—Lo sé— dije sonriendo.

Después de contarle todo y un vaso de agua, los últimos clientes se iban yendo de la cafetería y mientras estábamos recogiendo las mesas con how deep is your love de fondo. Sahara preguntó sobre Victor:

—¿De casualidad no vino un chico por el puesto de barista? Un chico alto, moreno y muy guapo. Me pregunto cuál será su rutina facial, su piel parece ser tan suave— yo sólo reí un poco al recordar el momento incómodo que tuvimos en la tarde.

—No creo que este interesado Sahara— dije tallando la superficie de la última mesa que quedaba por limpiar.

—Ya me había hecho ilusiones— reprochó con frustración.—Nadie más va a aceptar el trabajo y lo sabes.


—La verdad es que la demostración salió un poco mal. Digamos que la leche batida se le derramó— dije estallando a carcajadas. Sahara me lanzó una franela.—¿Por qué tanta violencia?
—Esto te lo digo como jefa— dijo conteniendo la risa.—Vas a hablarle al chico y ojalá que acepte por el bien de ambos— ordenó.—¡¿Qué haces?, ya es tarde. Llámalo ahora!

—Ok Jefe— le mostré mi mejor saludo militar como muestra de que había entendido y me alejé para llamar en privado.

Tengo que confesar que en cuanto Victor se fue registré su número con la intención de marcarle; en el fondo yo quería que Victor se quedara con el trabajo, la verdad es que siento una conexión especial con el y me encantaría compartir mis tardes en la cafetería con el. Mientras el teléfono sonaba, mi corazón pareció detenerse y perdí el aliento un segundo.

—Hola


—Victor, soy Benji. Perdón, es tarde ¿No te desperté?— definitivamente estaba nervioso.
—No, no para nada— uff es un alivio no ser inoportuno.—¿Qué sucede?

—Mira sé que las lecciones de barista del día de hoy no salieron del todo bien pero...— por dentro estoy rogando a que se quede con el puesto.—Como ninguno de los chicos de aquí busca trabajo, eres el único candidato— por dentro me castigué por eso último; acaso soy un idiota. Por favor que no lo tome a mal pensé.— así que el trabajo es tuyo.

—mmm— dijo dudoso Victor y con eso mis esperanzas se esfumaron, pero tal vez podíamos ser amigos.


—Si lo quieres— aclaré.

—Si, gracias— contestó amablemente, como la última vez que le hice un comentario sobre sus tennis Nike.

—Pues, te veo mañana— dije un poco más tranquilo.—Y diario después de clases, hasta el fin del mundo— dije sonriendo como un bobo, feliz de que tendría compañía en el trabajo y feliz de que ese compañero será Victor Salazar.—Pasaremos mucho tiempo juntos.

—Cool, está bien.

Y sin mas colgué la llamada. La verdad no me esperaba que Victor aceptara el trabajo, pero me alegro porque a partir de mañana mis jornadas laborales serán distintas.

—¿Y?— preguntó Sahara.

—Va a empezar mañana.

—Gracias al cielo y a tu encanto Benji— Sahara no dudo en correr y abrazarme de felicidad. La verdad es que nosotros dos no nos damos abasto y Félix atendía la sucursal más pequeña de la empresa.

Más tarde llegué a casa y fui directo a la cocina para prepararme un atún de cena y agradecí que mis papás no estuvieran en la planta baja porque verdaderamente no tenía ganas de hablar. Salí a la terraza y tomé mi guitarra acústica, tenía ganas de desahogarme tocando, cantando:

I'm in my bed
And you're not here
And there's no one to blame
But the drink and my wandering hands
Forget what I said
It's not what I meant
And I can't take it back
I can't unpack the baggage you left
What am I now?
What am I now?
What if I'm someone I don't want around?
I'm falling again
I'm falling again
I'm falling...
What if I'm down?
What if I'm out?
What if I'm someone you won't talk about?
I'm falling again
I'm falling again
I'm falling...
You said you cared
And you missed me too
And I'm well aware
I write too many songs about you
And the coffee's out
At the Beachwood Cafe
And it kills me because I know
We've run out of things we can say

Hermoso— dijo aplaudiendo mi mamá  mientras abría la puerta corrediza. Yo me limpiaba las lágrimas de los ojos.

—Me alegra que te guste— mi voz estaba quebrada y esquivé la mirada de mi mamá.

—¿Qué pasa campeón?— preguntó revolviendo mi cabello como cuando era niño y eso bastó para que me lanzara a sus brazos como un niño pequeño.—Aquí estoy. Puedes hablar conmigo cuando estés listo.

—¿Gracias ma.

—Mira que buena foto te saqué mientras cantabas— papá me pasó su celular (foto del inicio del capítulo).—Esta va directo para Instagram— debo admitir que me sacó una buena sonrisa y en cuanto me mandó esa foto, la publiqué.—Es hora de dormir, debes cuidarte porque si no, te van a salir ojeras en tu lindo rostro.— dijo mi madre con sus clásicos comentarios de belleza y ambos nos metimos a la casa y nos deseamos buenas noches.

Mientras me ponía mi pijama de Patricio estrella, porque si, aunque no lo parezca me encanta Bob esponja desde Niño. Mientras me lavaba los dientes, mi celular se llenaba de notificaciones de Instagram por la foto que había subido; es sorprendente como hay tanta gente despierta a las dos de la mañana y en redes sociales.

Cuando me acosté en mi cama, no tenía sueño todavía y decidí checar las notificaciones:

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Y un mensaje de Derek: ¿Podemos hablar Benji?
Derek: la cagué, merezco que me odies, soy una basura.
Derek: Pero aun te amo ❤️

Mi corazón estaba a punto de cometer el error de contestar los mensajes de Derek y en estas circunstancias lo único que podía hacer era llamar a Susan: nuestro código no escrito de mejores amigos, dicta que cuando uno sienta tentación por volver con un ex, debemos llamar a nuestro mejor amigo sin importar la hora y el lugar.

—¿Hola?— contestó una adormilada Susan.

—Es Benji. Siento el impulso de perdonar a Derek después de que golpeó a Tosh.

—Espera— dijo Susan ahora más despierta y yo reí al saber que mi mejor amiga literalmente vive del chisme.—Benjamin Campbell, cuéntamelo todo.

Y así fue como me dormí a las tres de la mañana, después de contarle todo mi día y mis problemas amorosos a mi mejor amiga, pero saben qué, valió la pena.

Hasta aquí el capítulo de hoy, espero les haya gustado. Coméntenme ¿Qué cosas les gustaría ver en esta historia?

Love, BenjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora