"esa tarde era media incierta para todos en realidad. había varias misiones en revisión y estábamos todos listos para combatir, faltaba solamente que bajen la orden fragmentaria y nos digan quiénes. Primero habían alistado a Rafael y Augusto de nuestro grupo pero a última hora cambiaron el plantel. terminamos saliendo 4 A4B. dos convencionales y yo y Gabriel, respondiendo al indicativo Andes. despegamos para el Estrecho San Carlos a eso de las 1600. El tiempo era óptimo para ejecutar la misión. Tratando de evitar la detección de radares enemigos volamos a aproximadamente 10 metros del mar, muy picado por cierto. Pero el registro visual no me duró. A menos de mitad de camino se me llenaron las cámaras y parabrisas de sal. Le dije a Basille: "No veo casi nada. ¿Usted?". Y contestó "Por el lateral nomás y no pida mucho". En ese momento no pude deducir si realmente Cristian comprendía que los dos estábamos casi igual de ciegos, pero eso lo dejo para después. Hicimos un rodeo y encaramos el HMS London por el Norte. Todo se aceleró. Tiro la bomba, atraviesa la cubierta estropeando pertrechos y cae al mar. Mi piloto maniobra y esquiva un misil que derriba al #2. a esto, el #1 se estrelló con la fragata intentando alejarse(...) La PAC de Harrier venía motor a tope y con Gabriel no superábamos los 600 Km/h. entonces para minimizar el lastre Los pilotos pidieron soltar los tanques suplementarios y todo peso adicional. Entonces empezamos a dudar si llegaríamos al aeródromo sin la reserva extra de jugo, la verdad. De cualquier manera ese no era el momento adecuado de replicar nada. Véase que nos venían juntando la estela y el siguiente segundo era un "ya veremos". Pero entre intentarlo y un misil al motor obedecimos. Llegamos a casi 900 Km/h y literalmente nos íbamos a desarmar por límites estructurales. Ahí si les tuvimos que pedir que le aflojen un poco al acelerador, esta vez no solamente por el liquidómetro que movía números cada vez menores sino por la vibración excesiva. si se llegaba a soltar un solo remache nos condenábamos. Por esas latitudes atardecía temprano en esa época del año. Por tanto cuando estábamos volviendo apenas había luz solar. Nosotros no veíamos nada, nuestros pilotos tampoco, había que aterrizar de alguna forma y nos quedaba combustible apenas, palabras de Gabriel, "Para caernos en la pista". Encima a el una esquirlilla le había roto el anemómetro, venía sin visibilidad propia, del piloto y con algunos instrumentos inutilizados. Veníamos diciéndonos estas cosas y después nos dimos cuenta que los pilotos escucharon todo y los hicimos estresar como locos. Y aquí está lo más impresionante. Los Pucará estaban al lado de la pista y se ofrecieron a calcularnos el descenso. Fue Gabriel primero asistido por Emanuel, que le decía exactamente a cuántos metros estaba del terreno. Así logró tocar tierra, pero primero pensamos que se había estrellado porque Corbalán gritó entre un estruendo y se cortó la radio. Después fuimos yo y Basille, entre ayuda e instrumentos y con la última libra de combustible. Aunque Nos salimos de la pista de la BAM Malvinas Por suerte el procedimiento fue exitoso. después nos encontramos con Gabriel y Corbalán, los dos con ciertas averías. Hay una foto que ví unos días después de esa misión. Se lo ve a mi compañero con el anemómetro arrancado, castigado de esquirlillas y con la pista bajo la rueda encharcada de aceite por haberse despedazado los amortiguadores en el Touchdown, y al lado, sentado en un banquito de lona y caños, Corbalán limpiándose debajo del rostro lo que le caía de un tajo que le abarcaba verticalmente todo el costado derecho de la cara con una mano y en la otra le habían puesto una clase de funda azul"
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crónicas ficticias
Fiksi IlmiahTengo muchísimas cosas para contarte pero seguramente no me creas. Todo empezó el día que pensé por primera vez. Primero supe que era, después supe que estaba, Y todavía quiero saber quién soy