Prólogo

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No entendía que tan cierto era la frase nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y desgraciadamente la tuve que entender de la peor manera, nunca me imaginé que todo este caos me fuera a pasar a mi.

Desde que era chica todo lo que me proponía lo cumplía sin ningún contratiempo o distracción. Tenía sueños, metas a futuro como toda adolescente, claro que cuando fui creciendo y pasé por situaciones de mierda las cosas fueron cambiando. Ese día, ese jodido día fue lo que me llevó a caer en un hoyo sin fin que lo único que hacía era ver cada vez más lejos la salida.

Mis padres siempre están en busca de mi bienestar, tanto que tuvieron la grandiosa idea de cambiarnos de ciudad para poder protegerme, pero mis demonios cada vez más me estaban consumiendo y con esa decisión no se dieron cuenta que estaban cometiendo un gran error al querer que me fuera por el "buen camino", todo eso solo provocó que las cosas empeoraran y terminé relacionándome con personas de mierda que al final detonaron todo lo que estaba conteniendo.

Llegue en un punto de que todo me valía un reverendo cacahuate, lo único bueno que salió del plan de mis padres fue que conocí a mi mejor amigo Zac, pero por mas bueno que el sea para mi sigo teniendo mis pesadillas sobre esa día, no se me olvida su amenaza, su forma de mirarme y su agarre en mi mentón transmitiendo su enojo, simplemente no lo puedo olvidar.

El día que le dije sobre el cambio fue la gota que derramó el vaso, enloqueció tanto que comenzó a destrozar todo lo que había a su alrededor llegando a lastimar a uno de sus vigilantes que permanecía en la puerta de su despacho. Yo comencé a sentir que me faltaba el aire pero me contuve porque no quería que el viera lo que estaba llegando a provocar su reacción en mi.

Fue inútil resistirme tanto ya que me tomó de los brazos llegando a lastimarme tanto que comencé a chillar de dolor.

-    Escucha bien lo que te voy a decir Alexa, nunca te vas a librar de mi. Te seguiré a donde quiera que vallas y si tratas de decirle a alguien lo que hago no sabes, ni te imaginas de lo que soy capaz de hacer. – sus ojos no dejaron de ver los míos en ningún momento tomándome del mentón para inmovilizarme. Se que estaba hablando enserio.

-    Te... juro... que no... diré nada, pero por favor ya déjame ir. – le dije con la voz entrecortada mientras lágrimas incontrolables salían de mis ojos.

-    Siempre serás mía, a donde quiera que vallas yo te estaré siguiendo así que mucho cuidado con lo qué haces. Nos estaremos viendo muy pronto amor. – dijo esa última palabra con ese tono burlón que tanto odio.

No dejo de pensar en eso y vivo con el miedo de que el pueda llegar a lastimar a los que quiero, esas son mis consecuencias con las que debo lidiar hoy en día por a ver creído que el sería mi salvación cuando terminó siendo todo lo contrario llegando a ser Mi Maldita Perdición.




Nota: Estoy muy emocionada por compartir esta nueva historia con todos ustedes, espero y la disfruten tanto como yo lo hago al momento de escribirla, las actualizaciones quedarán los días viernes, puede que llegue actualizar hasta dos veces por semana.

Gracias por el tiempo que dan al leerme y por acompañarme en este nuevo viaje.

Nos vemos la próxima semana.
Besos.

Maldita Perdición #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora