𝑪𝒉𝒂𝒑𝒊𝒕𝒓𝒆 𝒗𝒊𝒏𝒈𝒕 𝒄𝒊𝒏𝒒.

38 3 0
                                    

Butterfly.🦋

Regreso a un momento silencioso, antes de esta noche. Una noche normal, semanas antes, cuando no está pasando nada. Me siento en la ventana del cuarto de JiMin.

Una araña teje una telaraña en el blanco resplandor de los focos. Observo su trabajo, las mariposas aletean en su telaraña. Algunas son demasiado grandes para que se las coma o no son de su agrado. Están en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Pero yo no. No hay nada accidental de mi presencia en este lugar, en este momento. Me he filtrado a través de las horas. He planeado sobre Boksakkot y por debajo en sus lugares oscuros, por lo que he hecho y lo que necesito expiar.

Tengo miedo de saber qué es y de no querer saberlo.

La luz de luna en esta noche, semanas antes, es hermosa. La gente que amo todavía está viva. Hay demasiada paz aquí.

Me quiero quedar aquí para siempre. Pero el tiempo me lleva hacia delante.

Una llave está enterrada en la tierra debajo las escaleras principales de la casa de Boksakkot. Lleva grabada la palabra Subaru en letras descoloridas.

Si todavía respirara aire, inhalaría una bocanada.

・ ˖ ·🦋· ˖ ・

JungKook camina por el sendero de nieve con sus botas negras de invierno, se dirige a la casa de los Kim. Mira al cardenal que parece seguirlo de árbol en árbol. Ha estado nevando una hora, pero sólo un poco, y de vez en cuando pedazos del atardecer se filtran a través de las nubes y los árboles.

Camina a la casa, toca y espera. Mira el campo vacío y ve la silueta débil de las huellas de TaeHyung, extrañamente cruzadas y desordenadas. Vuelve a tocar.

JungKook junta los pies uno con el otro y se frota los guantes, después se da la vuelta y regresa al borde de Boksakkot. Debe pensar que se ha ido a pasear o a su casa, directo por el bosque, y no se encontraron en el camino. Busca entre los árboles con el deseo de encontrar a Van.

Suspira. Empieza a caminar de nuevo en dirección a su casa.

Mientras camina de regreso sobre Boksakkot, mira el campo más allá de la cerca, contempla el rastro cruzado. Escucha el silencio y ve el depósito en la distancia. Después sigue caminando. Está casi en el límite de la cerca cuando se detiene y retrocede unos cuantos pasos, mirando algo. Bajo el refugio de siempreviva que cuelga por encima de la cerca, donde sólo una hay una luz espolvoreada de nieve porque está lleno de ramas, hay gotas rojas. Sangre.

Al principio cree que se trata de un animal. JungKook mira a su alrededor y después se detiene en las huellas. Lo que haya sido, ha marcado una huella definida. El rastro, un profundo surco en la nieve, lleva hacia el granero.

Camina a través de un montón de siemprevivas, y el sendero se abre hacia el claro, y desde ahí el rastro lleva directo hacia la puerta del granero, la cual está abierta.

Los ojos de JungKook lloran de miedo, se los limpia con los guantes. No es un animal.

Avanza despacio, tenso. Se detiene en el umbral y se asoma en la sombría oscuridad del granero.

Sólo tiene que empujar la puerta un poco más lejos para que la última luz de la tarde entre y pueda ver la silueta. Está enroscada en la cima de una pila de granos. Se revuelve y se agita. Su respiración es pesada.

La figura tiene una voz. Lo llama por su nombre.


JiMin está de pie frente al espejo de cuerpo completo en su recámara, probándose su camisa verde. Le llega arriba de las rodillas, a él le gusta cómo cuelga en sus caderas y acentúa sus curvas. Pero no puede negar que de todas maneras es una camisa fea.

Imaginó a su papá entrar en la tienda para comprarla e intentar mirarla desde otra perspectiva, esperando que mágicamente él cambiara de opinión.

Se preguntó si su mamá se dio cuenta, tan pronto vio la camisa, de que estaba todo mal. Empezaba a desabrocharla cuando un crujido metálico ahogado llamó su atención en la ventana. Del otro lado del jardín distinguió la silueta de JungKook en el asiento delantero de su viejo auto, trataba de encenderlo. JiMin se preguntó distraído adónde quería llegar con ese clima enloquecido. El auto tenía llantas contra nevadas pero eso no significaba que pudiera arar su camino a través de medio metro de nieve. Volteó hacia su vestidor y volvió a abrocharse la camisa. Quizá si se la quedaba puesta le empezaría a gustar.

Unos momentos después, fuera del rabillo de su ojo, notó la forma oscura de JungKook cruzando el campo nevado entre sus casas corriendo vacilante, como si estuviera tropezando en la nieve. JiMin recargó la frente contra la ventana por la curiosidad de la carrera de JungKook hacia su pórtico.

Escuchó el timbre y luego el vapuleo en la puerta, el alto staccato del puño de JungKook.

JiMin fue al pasillo, después dudó. Había algo que JungKook quería decirle con urgencia. O algo que quería hacer de inmediato y no podía esperar. Cualquier cosa que fuera, terminaría girando en torno de JungKook. El corazón de JiMin le palpitó con ira y rabia. Si hubiera tenido aceite hirviendo en ese momento, como el que tenían en las paredes de los castillos en la Edad Media, lo habría vertido por la ventana.

Volteó hacia su espejo. Alisó los bordes de la camisa con las manos. Decidió que, sin importar qué tan fuerte tocara JungKook, no abriría la puerta.

・ ˖ ·೫✤೫· ˖ ・

Si encuentran algún error ortográfico, por favor háganmelo saber, y lo tomaré en cuenta a la hora de corregir.

Hola.~

Dejo notita rápida para recordarles que estamos cerca del final, y también para decirles que les juro que sufro más yo escribiendo cada capitulo.:')

También les recuerdo que tengo otras historias publicadas, por si gustan pasar a darles un vistazo.

Siendo todo de mi parte,
gracias por leer.

~𝙶𝚊𝚋𝚜.

Kim Seok.

⌜𝑀𝐼𝑆𝑆𝐼𝑁𝐺 | 𝑉𝑀𝐼𝑁𝐾𝑂𝑂𝐾⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora