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Era un día común para Yoonji, se levantó a duras penas con algunos gritos de su madre de por medio y apenas y le dió un sorbo a su juguito de mandarina para poder ir tranquila a clases .

Odiaba con toda su alma las mañanas, en especial las de los lunes, y para su mala suerte hoy era un lunes; uno que estaba empezando terriblemente mal.

Era una mañana brillante llena de sol y el cantar de los pajaritos, cosa que no molestaba a la pelinegra, a excepción del creciente calor que empezaba a hacer su presencia.

—Demonios, por qué no pude haber sido una roca en esta mediocre vida?— se lamentó la pelinegra abanicándose con su mano para después chasquear la lengua cuando las pocas personas que habían en las calles la miraron raro—. Deja de pensar en eso, no vale la pena.

Siguió caminando mientras reconsideraba las decisiones y de un momento a otro ya estaba en las instalaciones escolares.

—Maldita tortura obligatoria que tanto odio, ahí te voy— se dijo sarcastica a si misma esperando que su día no se arruinara más de lo que ya estaba.

Camino por un largo pasillo hasta llegar a su colorido salón, y justo cuando cruzó la puerta el profesor llegó.

—Buenos días, profesor Jung—saludaron todos.

—Buenos días, alumnos— sonrió mostrando sus hoyuelos que lo hacían ver de 16 cuando en realidad tenía unos 23 años—. Espero que hayan tenido un bonito fin de semana —miro alrededor del salón para ver varias caritas sonreír hasta que se topó con Yoonji quien aún no se sentaba—. Señorita Min, ¿me haría el favor de sentarse y sacar sus útiles escolares?

Un poco avergonzada, la nombrada busco un asiento con las mejillas rojas.

—Bien, quiero que ustedes saquen su libreta y pongan los datos referentes al día, la clase y el tema— ordenó Jung sacando una carpeta de su maletín.

—Cuál es el tema?— preguntó Irene quien estaba en una de las esquinas traseras del salón.

—Vamos a escribir una pequeña conclusión sobre lo que pensamos o nos hizo sentir la redacción de nuestros compañeros.

Todos volvieron a asentir e hicieron lo que les fue ordenado.

[...]

—Es por eso que creo que la vida es un privilegio, te da la experiencia de poder sentir amor y otras miles de emociones—terminó de decir Roseanne, a quien el profesor le asignó de tema la palabra privilegio.

Después de una extensa ronda de aplausos, Rosé regresó a su asiento y Jung volvió a hablar.

—Señorita Park, le toca exponer su escrito— anunció Jung, buscando con la mirada a la tímida pelirosa que nombró.

Con mucha pena, la pelirosa se levanto de su lugar y fue al frente del salón con la mirada baja y su redacción en sus pequeñas manos para quedarse así unos minutos.

—Jimin, aquí se respeta, no te vamos juzgar si te equivocas— dijo Ryujin y Yoonji mostró sus pulgares en señal de apoyo.

Jimin, suspiro un poco mirando al techo y regresó su mirada a un punto indefinido de una pared.

—Puede comenzar, señorita Park—indicó su maestro.

Un poco aterrada, la pequeña chica comenzó a exponer.

—Mi tema se basa en la palabra "Vida", mi escrito es corto porque no necesito escribir mil palabras para expresar algo tan especial—la pelirosa agradeció mentalmente no haber tartamudeado.

Al no recibir respuesta, volvió a hablar.

—Si me preguntas qué es lo que más me gusta de este hostil mundo...te respondería con un nombre —trago duro antes de continuar—. Yoonji.

Unos jadeos sorprendidos por parte de sus compañeros llenaron el salón, excepto la pelinegra quien parecía estar muy intrigada y embobada con Jimin.

—Por más que me importen otras cosas como mi familia, ella es lo único que tengo en mi mente— se atrevió a mirar a Yoonji—. "¿Por qué?" Me preguntarías al igual que yo cuando caí perdidamente enamorada de ella, a lo que yo responderé con un "¿Por qué no?".

Jimin sonrió un poco al darse cuenta de que la persona en la que su trabajo estaba centrado parecía estar feliz y no asqueada.

—Ella es muy imperfecta a decir verdad, eso es lo que tanto me gusta de ella, el poder estar a su lado sin sentir que tiene altas expectativas de ti— una risita se le escapó cuando miro al suelo—. Y no lo niego, ella da un poco de miedo con esa mirada felina que te atraviesa el alma y su forma tan obscura de vestir, pero en realidad es un bombón... a su manera.

Ryujin sonrió a Jimin, sabía que no era fácil leer una declaración indirecta en público.

—Siempre está ahí para ayudarme, incluso cuando ella también necesita ayuda— Jimin rodó los ojos cuando vio a Yoonji hacer una mueca—. Creo que es por eso que la apreció tanto, por el apoyo incondicional que me da—Roseanne suspiro deseando tener un pretendiente como su compañera—. Cada vez que estoy con ella, me siento llena de emoción.

Con el corazón en la boca, Jimin finalizó su exposición.

—Yo amo a Yoonji y gracias a eso puedo decir que Amar es vivir.

Una ronda de aplausos inundaron la habitación mientras que Yoonji se levantaba de su asiento para correr a Jimin.

—Señorita Min, por favor vaya a sen...— el docente quedó mudo cuando vio a la señorita Min besar a Jimin.

Cuando Yoonji se separó de Jimin, la última tenía la cara roja.

—Jimin, yo también te amo.

—Q-quieres ser mi novia?— pregunto un poco apendejada la pelirosa.

—Lo soy desde que te bese, pero te vuelvo a aceptar la propuesta—contesto coqueta la pelinegra .

Todos en el salón rieron ante las ocurrencias de ambas chicas, trayéndolas de nuevo a este mundo; recordándoles que no estaban solas.

Ambas se sentaron en sus lugares correspondientes, mientras que sus compañeros planeaban cómo propagar una exposición tan única.

 [...]

—Y así es cómo un mal lunes y un escrito hicieron que mi mamá se casara con mi mami— finalizó un pequeño e imperativo Woozi.

—Y por qué tu narración se llama el escrito de la señorita Park?— pregunto Somi con el ceño fruncido.

—Porque el escrito de mi mamá se volvió viral en todo el mundo y es por eso que ella es una famosa escritora—explicó orgulloso—.Sí recuerda la exposición de mi mamá Park?

—Claro que sí, pequeñín, fue una de las mejores exposiciones que presencie en mi carrera y una de las más emotivas— contestó Jung con emoción.

—Tú mamá me cae bien, Woozi— comentó Jisoo.

—¿Cuál de las dos?

—Yoonji— Woozi asintió.

—Me caes bien, Jisoo— le hizo una seña en forma de corazón—. Tú y yo podríamos ser buenos amigos.

—Hay algo más que quieras contarnos, Woozi?—cuestionó enternecido el maestro por la interacción de sus alumnos.

—Pues... eso fue todo— se encogió de hombros y se fue a su asiento—. Fin.

𝐅𝐈𝐍

N/A: Espero les haya gustado la historia, tengan un lindo día!!!

1161 palabras

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