Aria
La alarma suena y eso quiere decir que un día nuevo ha empezado, aunque lleve despierta toda la noche por culpa de las pesadillas y por todo lo que paso ayer. Después de la conversación con Deiton, que a partir de ahora para mí es el innombrable porque no quiero saber nada más de él como ya le dije, llegué a mi casa y me encontré con mis padres, eso fue lo que me acabo de destrozar.
"Cierro la puerta que da al garaje detrás de mí y todavía viendo borroso por las lágrimas avanzo como puedo hacia el salón para irme a mi habitación y darme una larga ducha. Cuando llego al salón las luces están encendidas y veo a mis padres de pie observándome con unas caras de enfado y de decepción. No, no podía ser lo que creo que es.
-Aria, hija ven aquí.- me dice mi padre con frialdad en su voz y mi cuerpo empieza a temblar por el frío de la ropa mojada y por el nerviosismo.
-¿Qué pasa papá?.- le pregunto en un susurro.
-¡Se puede saber qué es esto!- me pregunta gritando mamá, oigo como papá le dice que se calme por lo bajo cogiéndola del brazo.- No, Peter no voy a calmarme.- vuelve a mirarme con una mirada que me deja sin aliento.- Como has podido hacer esto Aria es que no te hemos enseñado unos valores y lo peligroso que es que hagas estas cosas porque luego puede pasar lo que ha pasado.- me dice histérica y las lágrimas empiezan a resbalar por mis mejillas al darme cuenta a lo que se refiere, no puedo, no puedo con todo esto. Elevo la mirada como puedo hacia mis padres y veo que mamá tiene su teléfono apuntando en mi dirección y puedo apreciar mi foto en sujetador. Siento que voy a desmayarme en cualquier momento.
-Yo... lo...siento...- las piernas empiezan a temblarme al intentar avanzar hasta mis padres, pero antes de que pueda dar unos pasos más ceden y hacen que caiga de rodillas en medio del salón ahogándome en mi propio llanto.- Per...perdón...de...verdad.- digo como puedo y agacho la mirada no quiero ver la vergüenza en sus caras ahora mismo.
-Aria, vete a tu habitación, estás castigada.- me dice mamá pasando por mi lado sin darme ni siquiera una última mirada, como si no le importara lo que estuviera sintiendo ahora mismo.
-Vale.- digo con un hilo de voz.
Noto una mano que se apoya en mi hombro, elevo la mirada y papá me está mirando ahora con tristeza.
-Espero... que... Podáis perdonarme... por esto.-papá tira de mí ayudando a ponerme en pie. Me da un pequeño abrazo y me aferro a él como si fuera el último que nos íbamos a dar, lo necesitaba, lo necesitaba como al aire mismo.
-Somos tus padres sabes que lo haremos.-ahogo un pequeño suspiro en su cuello y él me da un suave beso en la cabeza como lo hacía cuando era pequeña.
-Gracias.- le digo mientras me separo de él aunque no quiera, pero tengo que irme a mi habitación antes de que mamá vuelva y me encuentre todavía en el salón.
Empiezo a subir las escaleras hasta que la pregunta de papá me detiene.
-Hija, sabes quien envió la foto?.- mi cuerpo vuelve a estremecerse y en mi mente aparece la cara de Deiton, cierro los ojos con fuerza y al abrirlos desaparece. Una pequeña voz, la cual he querido silenciar para siempre por lo sucedido hoy, hace que hable sin ser consciente de lo que digo.
-No, no lo sé.- miro a mi padre por encima del hombro y veo que él asiente, sigo mi camino hacia mi habitación y poder ducharme e irme a dormir.
Para así poder despertar de esta pesadilla de una vez."
Ahora mismo me siento, pero que como la mierda me siento como si me hubieran arrancado el corazón y lo hubieran roto a pedazos. El sentimiento de asfixia todavía sigue en mi pecho y el nudo de mi garganta todavía no ha desaparecido, ni creo que lo haga. Tengo ganas de gritar, de llorar, de golpear a alguien, me siento impotente, porque me tiene que pasar esto a mí.
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Sensaciones entrelazadas
Novela JuvenilUn accidente de coche cambió la vida de Deiton Anderson convirtiéndolo en un chico roto, sin sentimientos, cruel y con sed de vengarse de la culpable de la tragedia. Cada día Aria Wilson, una chica cobarde, insegura, confiada y muy enamoradiza, se o...