Hasta la Eternidad (Kyojuro Rengoku xTú)

Mi todo...

—Pero ¿cómo sabe que su hijo me quiere mucho? —pregunté, mirándolo.
—Tn___—detuvo de nuevo el auto— Quizás no te has dado cuenta de lo que hace por ti.
—Bueno...—miré mis manos—eso es cierto.
—Cambiando de tema—empezó a andar de nuevo el auto.
—¿Dígame? —le miré.
—Se acerca el cumpleaños de Senjuro, ¿podrías preparar algo para él? —Miraba hacia enfrente— por el dinero no es problema, más tarde te doy una tarjeta de crédito.
— ¡Claro que sí! —le miré animada— Haré una fiesta muy divertida.

El camino siguió en silencio después de esa conversación, de verdad que el padre de los chicos era una buena persona, pero supongo que las cosas que han sucedido en su vida lo han hecho ser así. Y es triste, porque ellos esperan mucho de su padre.

Cuando llegamos a la casa, Shinjuro se bajó y se fue directamente hacia su despacho, diciéndome que yo hiciera lo que quisiera, pero, no estaba Senjuro para hacer algo con él, así que empecé a deambular por toda su casa.

Cuando llegué a mi habitación, saqué una pequeña nota para empezar preocuparme por la fiesta del pequeño Senjuro, ¿de qué temática llevaría la fiesta?

Me recosté en mi cama y escuché a lo lejos que Kyojuro me buscaba.

—¿Tn____? —escuchaba su voz.

No sé por qué quería evitarlo, pero siendo él, iba a ser imposible.

Así que decidí salir de mi habitación, para después toparme con él en la mitad del pasillo.

—Sucede algo...—me paré frente a él.
—Lo lamento—me tomó de los hombros—Lo de Yuri...
—Descuida—sonreí—Da igual, siempre lo hace—reí.
—Pero...—me miró.

Y no lo dejé terminar, porque mi mano se fue a su boca para que él no dijera nada, le sonreí y quité mi mano.

—Te dije que no importa—suspiré.

Él me regaló una sonrisa y yo se la devolví, unos minutos de silencio, lo interrumpí.

—El cumpleaños de Senjuro se acerca, tu padre me pidió hacer una fiesta para él—le miré—¿Qué le gusta a él?
—¡Lo había olvidado! —se tomó el mentón—Verás... a él le gustan los dinosaurios.
—¡Entonces será de eso! —le miré—Debemos ir comprando las cosas, solo tenemos una semana exactamente.
—Sí, Tn___—sus ojos se clavaron en mí.
—¿Sucede algo? —le miré también.
—Para nada.
—Está bien, entonces...Si ocupas algo, llámame, estaré en la cocina.
—Si, gracias—me miró extrañado.

Y me fui de ahí, no me sentía rara en lo absoluto, sin embargo, no sé por qué quería evitarlo. Tal vez la idea de Yuri siempre me hacía enojar. Llegué a la cocina, me puse a ver qué podía hacerles para comer. Siempre será así, aunque trate de alejarla, ella sabe cómo llegar a él—Pensé. Y seguí sacando cosas para hacer la comida.

Pensé en preparar fideos de arroz, con vegetales como champiñón, cebollín, zanahoria y de proteína carne de cerdo.

Y puse manos a la obra, picando todo, haciendo los fideos en el agua, para después mezclarlos, todo estaba bien. Creo que cuando me sentía enojada, podía cocinar mejor.

—¡Qué rico huele! —era Kyojuro, en la mesa.
—Ojalá sepa bien—volteé a verlo.
—Lástima que Senjuro y papá no estarán para comerlo—hizo puchero.
—¿Por qué? —lo miré exaltada.
—Papá se acaba de ir y Senjuro, volverá mañana de con mi familia.
—Qué triste...—me senté e hice puchero.

Esperé a que terminara de hervir y empecé a servir la comida para Kyojuro y yo...

Todo marchó perfectamente y Kyojuro no dejaba de elogiarme por la comida, aunque, a decir verdad, sí había salido muy bien, no lo esperaba de mí.