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Habían mirado al menos tres películas antes de que James lograra quedarse dormido. Gilbert había notado que James estaba cansado, pero al parecer no quería pegar un ojo. No fué hasta que Gilbert lo rodeó con su brazo, mientras ambos estaban sentados en el sofá, y lo recostó en su hombro, que James se perdió en aquel sueño profundo. Gilbert no pudo evitar suspirar. Quería que James durmiera, pero ahora era él quien no podía dormir y no sabía qué hacer, no faltaba mucho para que amaneciera en realidad. Tomó el control remoto de la televisión y la apagó, para luego recostar con cuidado a James en el sofá y abrigarlo con una manta. Suspiro nuevamente y luego salió a fumar un cigarro. "No hay otra manera de matar el tiempo" pensó mientras salía de la casa. Estuvo unos pocos minutos allí, sentado fumando en el pórtico, hasta que notó algunos movimientos a lo lejos. Estaban en una casa algo alejada de las demás, nadie solía ir por allí, y menos a esa hora.
— Hey — Dijo poniéndose de pié. Al no recibir respuesta arrojó su cigarrillo al suelo y lo apagó con su pié. Antes de que pudiera decir algo más notó tres pares de ojos brillantes a lo lejos— Esto definitivamente no es normal...
Decidió acercarse, manteniéndose alerta. Cuando estuvo más cerca logró divisar a tres mujeres... Pero ellas no se veían como cualquier otra mujer normal. Una de ellas le sonrió con amabilidad para luego voltear y comenzar a caminar, junto con las otras dos mujeres, como si quisieran que Gilbert las siguiera. Gilbert no era alguien que se tomaba un momento para pesar las cosas, él simplemente actuaba, guiándose por una corazonada o su impulso, así que comenzó a caminar detrás de ellas. "Podrían ser un peligro" Pensó, intentando convencerse de que las seguía por eso, pero en realidad lo hacía por pura curiosidad.
No se había dado cuenta de lo lejos que estaba de la casa de James hasta que las tres mujeres se detuvieron. Él se paró frente a ellas, manteniendo algo de distancia, y se tomó un momento para procesar lo que estaba viendo.
Cuando era niño, Luca, el padre de James, le contó a él y a James una historia. Para ellos era normal, pues los brujos solían contar esa clase de historias, pero aun asi lo escucho con total atención. "Desde hace mucho tiempo existe una historia que ha pasado de generación en generación entre los brujos, quienes poco a poco hicieron que cualquier ser mágico la conociera. Ésta trata sobre una bruja, un dios y tres hermanas" Había dicho Luca, como si estuviera emocionado por contar aquella historia.
Cuenta una vieja leyenda que, hace mucho tiempo atrás, existía una bruja llamada Adalis. Había escuchado que varios brujos decían ver el pasado y predecir el futuro, ella no creía que fuera posible, pero con el tiempo sintió envidia y quiso hacerlo también, así que decidió rogarle al Dios del tiempo, a quien los brujos llamamos Tempus, y pedirle que le brindara aquel don. Lo hizo una y otra vez, todos los días, durante un mes, pero parecía no funcionar, así que simplemente se rindió y decidió fingir ante los demás brujos que ella realmente podía predecir el futuro y hurgar en el pasado. Un día, una joven llegó a su casa rogándole que predijera el futuro para ella. La joven estaba por casarse con el hombre que amaba, pero ella tenía un deseo, y no estaba segura de si su futuro esposo podría cumplirlo. "¿Qué es lo que quieres saber, querida? ¿Y por qué me elijes a mi de entre todos los brujos y brujas?" Preguntó Adalis, a lo que la joven respondió " Voy a casarme en tan sólo unos días. Mi futuro esposo es maravilloso, es todo lo que pude haber soñado, pero, como cualquier otra persona, tengo un deseo. Quiero hijos, y alguien me dijo una vez que mi prometido no podía dármelos. La elijo a usted porque los demás brujos son una farsa, y usted no lo es. Por favor, necesito que me diga si tendré una vida feliz con él y si podremos formar una familia. Le pagaré bien". Adalis se detuvo a pensarlo un momento. Ella no tenía aquel don, ella también era una farsa, pero la joven parecía desesperada, y ella sólo quería tranquilizarla. Cerró sus ojos un momento y suspiro, pero luego abrirlos y mirar a los ojos a la joven frente a ella. Dudó por un segundo, pero luego puso una expresión seria y habló, "Tú y tu prometido tendrán una larga y feliz vida juntos. Formarán una hermosa familia, así que relájate. Tu deseo se cumplirá". La joven le agradeció y le dió una pequeña bolsa con monedas de oro, para luego ir en busca de su amado bastante emocionada y feliz. Esa misma noche Tempus se hizo presente en la casa de la bruja. "Engañaste aquella joven" Acusó con enojo, " Dijiste que su vida junto aquel hombre sería larga y feliz. Le hiciste creer que formarían una familia. La pobre llegó a su casa y apenas poner un pié en ella, su prometido le dijo que amaba a otra mujer y que no podían casarse". Adalis se sintió apenada y avergonzada, " Lo lamento, no fué mi intención... Pero esto es tu culpa por no haberme escuchado cuando te pedí todo los días, durante un mes, que me brindaras tal don" intentó defenderse ella, " Nadie que desee este don para fines y beneficios propios se lo merece. Me he dado cuenta de que nadie de esta tierra se lo merece, por eso, dejaré a cargo a alguien más de tal trabajo. Pero no seguirás tu vida sin un castigo por lo que hiciste. Volveré pronto para informarte de tu castigo". Durante una semana la bruja esperó, nerviosa por el horrible castigo que el Dios le pondría. Cuando finalmente Tempus apareció nuevamente en la casa de la mujer, con una expresión seria, dió a conocer el castigo de Adalis, " Te encargaras de cuidar a mi hijas hasta que sean suficientemente mayores y crea que has enmendado tu error. Debes cuidarlas con tu vida, porque las tres niñas serán las encargadas de manejar el don que tú has fingido tener. Cuando sean lo suficientemente maduras regresaré por ellas, hasta entonces, tú no puedes sacarles el ojo de encima. Espero que sepas educarlas bien" fué lo último que dijo Tempus, para luego desaparecer por varios largos años, dejando con la bruja a sus tres jóvenes hijas. Adalis no creyó que su castigo fuera algo difícil de cumplir, se imaginaba un castigo más severo, pero, conforme pasó el tiempo, se dió cuenta de que estaba completamente equivocada. Las tres niñas tenían personalidades completamente diferentes, y dos de ellas, Praeterium y Present, peleaban todo el tiempo. Por otro lado, Futurum era una niña tranquila y amable. Adalis se había encariñado rápidamente con ellas, a pesar de los problemas que podían darle. Los años pasaron rápido y las tres niñas se volvieron jóvenes inteligentes, maduras y hermosas, y Tempus regresó por ellas. Adalis le rogó que las dejara quedarse, ya que se había encariñado con ellas, y las tres jóvenes eran todo lo que tenía, ya que realmente no tenía familia. Tempus accedió con una condición, ella se encargaría de que sus hijas no cometieran el error de hacer mal uso de su don. Adalis prometió que eso no ocurriría, ya sabía cómo manejar ese tipo de cosas y las jóvenes habían aprendido bien a no usar su poderes a menos que su padre se los permita. Pocos días después la promesa de Adalis se rompió, Praeterium y Present creyeron que no era mala idea responder todas las preguntas que las personas que las buscaban les hacían, aunque se sentían celosas de que Futurum era la más buscada, ya que las personas deseaban más conocimiento sobre el futuro, y Futurum era la unica que podria darles ese conocimiento. "¿Por que a ella le diste algo mejor que a nosotras? " preguntaban ambas al cielo, esperando alguna respuesta de su padre, pero esta nunca llegaba. Al actuar sin pensar, revelando secretos del pasado y el presente, causaron un gran desastre, así que su padre decidió castigarlas, a ellas y, nuevamente, a Adalis. Futurum se interpuso, "Yo cuidaré de ellas" dijo enfrentándose a su padre, "Les enseñare lo que deben y no deben hacer, me haré responsable de sus acciones". Tempus dudó un momento, y luego miró a su hija a los ojos y dijo " Te harás cargo de ellas, pero de ahora en adelante tú no podrás usar tu don, no hasta que yo lo diga". Desde aquel momento las tres hermanas permanecieron juntas, haciendo su trabajo como debía ser, usando su don con quienes realmente debían usarlo. Futurum viendo el futuro, Present viendo el presente y Praeterium viendo el pasado. En cuanto a Adalis, nadie supo de ella luego de eso, pero se rumorea que Tempus le brindó vida eterna para que pudiera estar siempre que las jóvenes la necesitaran. Se dice que ella está en un lugar completamente aislado de las demás personas, y, aunque intentaron encontrarla, nadie descubrió rastro alguno de ella. Se dice también que luego de eso Tempus brindó el don de las visiones a todos los brujos, creyendo que esta vez podría confiar en ellos. Algunos tenían visiones más claras y otros no, pero éstas, sin importar la persona, no eran del todo exactas y sucedían de forma al azar, ya que Tempus aún no creía del todo correcto que los brujos tuvieran tal poder.
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𝙔𝙊 𝙈𝘼𝙏𝘼𝙍𝙀 𝙈𝙊𝙉𝙎𝙏𝙍𝙐𝙊𝙎 𝙋𝙊𝙍 𝙏𝙄
Fantasía" 𝘋𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘴𝘢𝘣𝘳á𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘮𝘢𝘴 𝘤𝘭𝘢𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘭𝘰 𝘤𝘳𝘶𝘦𝘭 𝘺 𝘮𝘢𝘳𝘢𝘷𝘪𝘭𝘭𝘰𝘴𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴 𝘦𝘭 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰. 𝘚𝘢𝘣𝘳á𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘢𝘨𝘪𝘢, 𝘭𝘢 𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘮𝘪𝘵𝘢𝘥 𝘢𝘯𝘪𝘮𝘢𝘭, 𝘭𝘰𝘴 𝘮𝘰𝘯𝘴𝘵𝘳𝘶𝘰𝘴 𝘺 𝘵𝘰�...