Capítulo 38: Espada de sangre.

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¿Rey de los vampiros? — Titubeó la mamá de Renjun. Heechul asintió lentamente viéndolos con una mirada altanera y a la vez pacífica.

Hyunjin reprimió una sonrisa por primera vez en los últimos días al ver la cara de estupefacción de las Hadas viendo a su padre. Claro, ellos no esperaban tener que enfrentarse a una figura de autoridad más antigua y muchísimo más poderosa que ellos tres juntos. Ni siquiera sabían qué estaba haciendo él ahí, cosa que ahora Hyunjin se preguntaba, por lo que frunció el ceño

Y me parece una completa falta de respeto que trataran de echar a mis dos hijos de éste castillo por una acción que ellos no cometieron — Señaló, sus ojos destellaron viendo a los presentes, los cuales observaron atónitos a Hyunjin. Él los ignoró desviando su mirada a Lucas, que había creado unos patitos de hule alrededor de su cabeza viéndolos con una expresión de máxima felicidad —

¿Él es su hijo? — Preguntó Renjun asombrado, Heechul rodó los ojos —

Sí, mí hijo Hwang Hyunjin y su hermano Lee Felix — Contestó pasando una mano por su cabello largo. La respiración de Hyunjin se desestabilizó un poco, su padre nunca los llamaba por esos nombres, siempre era por los que él mismo les había puesto o por algún mote cariñoso — Ambos príncipes — Añadió —

Pero... — Comenzó Jeno, sus ojos blancos aún estaban clavados en el rostro poco visible de Hyunjin — ¿Por qué no lo dijeron antes? — Preguntó atónito —

Era divertido ver como se sentían superiores — Se encogió de hombros, y luego alzó las cejas — Uh, ninguno de nosotros asustó a nadie anoche, fue él — Señaló a Lucas, que no dejó de jugar con los patos mientras acariciaba la parte superior del bastón —

Renjun emitió un sonido de asco y enojo, Jeno frunció el ceño. Pero la de mejor reacción fue la de su madre, que se vio desprevenida unos segundos y luego se lanzó sobre Lucas con una mano alzada, su cara teniendo una mueca de ira inminente, buscando lastimar al más alto.

Pero antes de que siquiera se acercara, Lucas, sin apartar su vista cromática de los patitos, dio dos golpes con el bastón en el suelo y, envuelta en una nube de humo fucsia, la mujer desapareció.

¡¿Dónde está mi mama?! — Gritó Renjun aturdido y Jeno lo sostuvo también impactado para que no se acercara a Lucas. Jaemin seguía viendo a Lucas con sorpresa y curiosidad —

Ahí está — Dijo Hyunjin terriblemente divertido, pero contrario a su padre, él sí estaba aguantando la risa —

Cuando el humo fucsia desapareció lentamente, se dieron cuenta de la figurita verde y semitransparente de veinte centímetros de altura que se movía con dificultad en el suelo. ¡Era un osito de gomita! El oso que anteriormente había sido la madre de Renjun, veía con un gelatinoso ceño fruncido a Lucas, que apartó la mirada de los patos y se agachó a su lado con curiosidad

¡Diablos! — Aulló incrédulo — Estaba pensando en cómo sería el mundo si todos fueran osos de goma, ¡Y en eso se transformó! — Soltó una risita tocando la pancita del oso con fascinación —

¡¿Qué haces?! — Gritó Renjun completamente asustado, las escamas pintadas en su cuello adquirieron un extraño color verde y unas garras azules se afilaron en las puntas de tus dedos — ¡Devuélvela! — Gritó a Lucas, los guardias se mantenían lo suficientemente cercanos y apuntaban al peliverde con sus armas —

A mí me gusta más así — Murmuró Jaemin. Jeno lo fulminó con la mirada y Jaemin se vio bastante ofendido por eso. Al parecer ésa fue la razón de que no hiciera nada cuando Patito se acercó curioso al osito de gomita, extendiendo su hocico para olfatearlo. Renjun gruñó pateando el costado del animal bajo la ahora sorprendida mirada de Jaemin.

Breaking the Mask: The Damn Secret (Hyunknow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora