—¿Qué onda jefa?— un castaño bastante alborotado abría de forma estruendosa la puerta de su casa mientras me sostenía de la cintura sin vergüenza alguna— Ya traje a mi chavo pa' que lo conozcas— anunció con ese acento tan característico en él y me daba la indicación de entrar— Sobres mi güerito, pásate a lo barrido —
Con cierta timidez entre a su "hogar" si es que podemos llamarlo hogar, mis ojos recorrieron todo el lugar inspeccionando cada rincón de esa pequeña construcción y de repente algo captó mi atención, un cuadro de Oikawa cuando era un baby y se encontraba haciendo numerosos pucheros, pucheros que aún mantiene y que de vez en cuando me parecen adorables. A decir verdad su "humilde morada" no tiene mucho de lo que pueda presumir, es decir ¿Y la pantalla de setenta pulgadas? ¿La alberca? ¿La servidumbre? No hay nada de eso y realmente me desconcierta.
—Pasale mijo— la madre de Tooru me dió la bienvenida y me regalaba un abrazo algo efusivo —Tas' re chulo. Mi flaco se sacó la lotería contigo—
¿Cómo contestarle? Obviamente no soy cualquier persona, es evidente que estoy re chulo aunque esa palabra me resulta bastante folklórica.
—Gracias— no encontré otra forma de responder ese novedoso halago, sin embargo debo admitir que le entendí más que los piropos que casi siempre me lanza Oikawa, como la vez que me dijo "Quisiera ser frijol pa' embarrarme en tu tlacoyo" pero...
Wey ¿Qué es un frijol? ¿Tlacoyo? ¿A qué se refiere? Su idioma extraño siempre me confunde, pero eso en parte fue lo que me atrajo de él, esa forma de ser tan particular y peculiar me hace darme cuenta que hay mucho más que vacaciones en Bilbao o que ir de shopping a Gucci o Dolce Gabbana sino que existe Cuidado con el perro y pakas en el tianguis.
Y justo hoy y debido a mi poco conocimiento con respecto a su cultura popular sobre sus raros piropos me invitó a comer a su casa y a conocer a su madre. Su expresión cuando le dije que no tenía ni idea sobre lo que eran frijoles ni tlacoyos fue realmente sorprendente, me miró como si viniera de otro planeta y es irónico porque yo considero que Tooru es el que no es nativo de aquí.
—Bueno, voy a echar una firma en lo que tú y mi jefa se entienden — habló mi novio el chakal y se retiraba al baño para hacer sus necesidades.
El silencio entre mi suegra y yo se hizo presente ¿Que debía decir? ¿Cómo se inicia una conversación? Realmente no estoy acostumbrado a tratar con este nivel socioeconómico, pero yo tuve la culpa ¿No? Es decir, nadie me dijo que empezará a salir con un chakal, nadie me dijo que rompiera un compromiso con alguien de mi mismo nivel sólo porque alguien más me robó el corazón y el celular, pero me lo devolvió para pedirme mi número.
Qué extraña forma de iniciar una relación
—Tooru me contó que sueles tener un entremés así que preparé cabecitas antes de iniciar con el plato fuerte— me sonrió con amabilidad y mi mente trataba de atar cabos sobre lo que me acababan de decir
¿Las cabecitas se comen? ¿Y cabecitas de qué? Dios ¿Donde me vine a meter? Lo que uno hace por amor.
—No se moleste— traté de hablar con cortesía aunque sinceramente estaba muy sacado de onda con esta situación —No es necesario que cumplamos con la etiqueta del entremés— contesté tratando de evitar a toda costa el extravagante platillo que no en realidad no suena apetitoso
—Mi güerito siempre tan considerado— la voz de Oikawa a mis espaldas me asustó, pasó sus brazos por mis hombros y me dió un beso en la mejilla mientras me zarandeaba suavemente —Ps ya pasemos a lo que venimos ¿No? Cómo que ya está dura el hambre— dictaminó y me jalaba hacia la mesa de madera —Sientate mi rey que ahorita te damos servicio cinco estrellas— volvió a depositar un beso en mis cabellos y desapareció con su madre en la cocina y yo quedaba algo incómodo en mi lugar
Conocer a los padres de tu novio siempre significa un evento totalmente importante, pero en estás circunstancias no sé que impresión esté dando ¿La madre de Oikawa me aceptará como parte de su familia? ¿Estará de acuerdo? Espero que sí.
En ese momento ambos castaños salieron de la cocina con dos platos, Oikawa traía lo que parecía unas bolas de masa en un caldo oscuro y su madre llevaba con ella un plato con pequeñas tortillas algo gorditas
—¿Qué es?— no pude evitar preguntar con cierta curiosidad e inspeccionaba los platillos con suma atención
—Los Oikawa y sus talentos culinarios tenemos el placer de presentarte las Tlatapas y Tlacoyos— Tooru infló con superioridad su pecho casi como si se tratara de un chef orgulloso de su obra —Adelante, no seas penoso— me alentó a probar y con cautela sumergí mi cuchara en las famosas tlatapas.
Saboree cada sensación que me provocaba y era algo nuevo y aunque en un inicio tenía dudas de consumirlo pronto todas esas inseguridades desaparecieron al admitir que era un sabor agradable al gusto
—¿Rico?— preguntó y yo asenti con las mejillas llenas —¿Verdad que sí? La jefa tiene un sazón envidiable— afirmó con convicción y su madre me miraba enternecida. Creo que la misión impresionar a la suegra ha sido un éxito o eso creo.
Debo de admitir que indudablemente la presencia de Tooru puso de cabeza todo lo que yo creía correcto, fue como un huracán que cambió mi forma de ver al mundo y entre más lo conozco más conozco y mis perspectivas van cambiando
No sé cómo se dieron las cosas entre él y yo, no tengo idea de cómo llegamos hasta este punto después de unas cuantas palabras en unas calles de la ciudad y no tengo idea de cómo es que me conquistó y seguramente ustedes también tienen mil dudas así que...
¿Cómo empezar a describir mi vida? Acompañenme a ver esta extraña historia.
ESTÁS LEYENDO
Vamo' a portarnos mal
Fiksi Penggemar"Amor prohibido murmuran por las calles porque somos de distintas sociedades" A veces la vida puede dar un giro inesperado, o al menos esa era la única explicación que podría dar Sugawara cuando sus besties le cuestionaron sobre su relación con Oik...