"Tienes que recordar"
Escucho los susurros diciéndome aquello, estoy en una habitación, en la habitación de aquella chica. Las voces retumban en la habitación y siento el dolor insoportable en mi cabeza, siento la desesperación, cubro mis oídos tratando de no escuchar más esas voces, sin embargo parece que están dentro de mi. El escenario cambia y aparezco en un lugar completamente oscuro, solo se ve a lo lejos una puerta brillante, trato de caminar hasta la puerta pero cada paso que doy se aleja más.
Abro mis ojos y lo primero que veo es al idiota de Landon que está sentando en el sillón, me mira de una manera intensa, tiene un libro en la mano y parece un tanto nervioso, se levanta y se acerca a mi para sentarse en el borde de la cama. Me tocó el pecho con la respiración agitada por aquel sueño.
—¿Te encuentras bien? —pregunta Landon.
—Si, ¿Qué haces aquí viéndome de esa manera?
—Solo vengo a darte esto —dice dandome el libro que trae en sus manos.
—¿Un libro tuyo? —él asiente—. Tus libros son especiales.
—Un libro especial para una chica especial —dice acariciando mi mejilla.
Sonrió con agradecimiento y le doy un beso en la mejilla.
—Es un hermoso regalo.
—Los libros son nuestro vínculo desde que nos hicimos amigos.
Él entrelaza nuestras manos y bajo mi mirada para ver cómo encajan, no siento lo mismo que cuando Noah lo hace, pero creo que así funciona esto, puede que veces no sientas esa sensación en el estómago o que tu corazón comience a latir más de lo normal.
—Gracias por el regalo.
Salgo de la cama y me encierro en el baño para darme un ducha rápida y cambiarme para ir a la universidad. Veo mi reflejo en el espejo y pronto llegan los recuerdos cuando Abigail me golpeo con el látigo, aún hay golpes y algunas cicatrices. Con mi pulgar trazo el camino de mi cicatrices y siento como vuelve la furia, juro que voy a vengarme de esos malditos. La puerta se abre y aparece Landon, se coloca atrás y me da una sonrisa triste.
—Eres tan bella aún con esas cicatrices —susurra en mi oído.
Estoy apunto de contestarle cuando veo en el espejo a Noah que está de brazos cruzados.
—¿Interrumpo?
—Si —contesto.
Saco a ambos del baño para poder darme un ducha. Unos minutos después salgo del baño y me encuentro con Noah sentado en mi cama, camino hasta el armario y busco algo que ponerme, me quitó la toalla en frente de él y este me observa con detenimiento.
—¿Por qué no me has buscado?
—Tu error es pensar que te buscaré y estás equivocado, tengo mejores opciones que tú —digo de la manera más cruel—. Dejame en paz.
Él analiza mis palabras y no dice nada más, sale de la habitación dejándome sola y con esa opresión en el pecho por dejar que se vaya, él eligió a Ellie y yo debo aceptarlo de una buena manera. Luego de cambiarme salgo de la habitación y veo a Carter que está desayunando mientras teclea cosas en su celular, tiene un buen aspecto y luce feliz, por lo menos alguien es feliz.
—Hola, Anne —saluda al verme.
Me siento a su lado y coloco mi cabeza en su hombro para poder cerrar los ojos pero me es imposible porque mi amigo se levanta.
—Llegaremos tarde a la escuela —dice cogiendo sus libros.
Me levanto con pereza y lo sigo por los pasillos del edificio hasta el auto.
—¿Dónde estuviste ayer?
—Adam y su novia vinieron al departamento y me invitaron a una fiesta, te iba a invitar pero imaginé que no querrías ir.
—Okey, solo ten cuidado con ellos.
Él asiente y me abre la puerta del auto para que entre y vayamos a la universidad.
[...]
Los pasillos de la escuela están llenos de personas y entre esas personas está Noah con Ellie, los dos están juntos y Ellie le susurra cosas en el oído a él. Ruedo los ojos y sigo caminando por los pasillos hasta que me encuentro con Adam que está al lado de mi casillero, tiene la cabeza adentro de su casillero buscando algún libro, me giro caminando del lado contrario escapando del chico pero me detengo al escucharlo hablar.
—Anne, ¿Cómo has estado? —pregunta con una gran sonrisa.
—Estoy bien —contesto de la manera más cortante que puedo.
—Ayer fuimos al departamento para invitarte a ti y a Owen a una fiesta pero él dijo que quería que descansarás.
—Si.
—En un par de días habrá otra fiesta espero verte.
—A lo mejor vaya —digo fingiendo una sonrisa.
Me voy sin decir nada más y veo a Landon que está leyendo, me acerco a él y alza su cabeza para ver quien es la persona que arruina su lectura pero sus comisuras de los labios se levantan creando una bella sonrisa en cuanto me ve.
—¿Me puedes llevar al departamento?
—¿Te sientes mal?
—Estoy cansada.
No tengo ganas de ver a Noah y Ellie juntos, solos con verlos siento como se me revuelve el estómago. Landon asiente y me lleva al departamento sin protestar, al llegar escuchamos ruido en mi habitación y camino lento con un objeto en mi mano por si se trata de alguna de las personas de Caden, al abrirla me encuentro con Ellie que sale del baño.
—¿Qué haces aquí? —pregunto confundida.
—Yo vine... a cambiarme de ropa —dice un tanto nerviosa.
—¿Y por qué estás en mi habitación?
Ella se gira para ver la habitación y vuelve a mirarme mientras suelta un risa nerviosa.
—Me equivoqué —dice saliendo rápido de la habitación antes de que le vuelva hacer otra pregunta.
Landon se sienta en mi cama y saca un cigarrillo para empezar a fumar.
—Eso fue raro —dice mientras prende el cigarro.
—Si —respondo aún confundida.
Me siento a un lado de él para fumar, pronto la habitación se comienza a llenar de humo así que decido abrir la ventana, me acuesto sobre el regazo de Adrik y él al instante acaricia mi cabello.
—¿Te gustaría ver una película? —pregunta.
—Si, vayamos hacer las palomitas antes de poner la película —propongo.
Ambos salimos de la habitación para ir hacer las palomitas pero al final termino haciéndolas yo porque Landon ni siquiera sabe hacerlas y es por eso que el no intenta hacer de comer. Mientras preparo las palomitas escucho como Landon me plática sobre su nuevo libro.
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Lo que nunca seremos (Amores Deseados)
Teen FictionAnne y Noah tan parecidos que cuando se juntan crean destrucción a su paso atrayendo el peligro hacía ellos, nadie está preparado para enfrentar lo que se aproxima ni siquiera ellos mismos. Causaron el deseo y ahora solo queda luchar por no perderse...