Portales y Reliquias

Capítulo 05: Historias del pasado

De regreso al año 83DK...

La joven agente de Tenebris lucía una figura delgada y un largo cabello rojizo que resaltaba más de lo normal debido a su reluciente tez blanca. Su miraba era imperturbable mientras observaba cada una de las reacciones de Neil con sus afilados ojos. Él forzó una sonrisa en su rostro y, manteniendo la entereza, dijo:

—Usted debe ser la agente de Tenebris que solicitó reunirse conmigo, me temo que tendrá que esperar hasta mi regreso para que podamos tener una reunión más apropiada, ya que tengo una misión extremadamente importante que cumplir ahora y debo partir de inmediato.

—Lo sé —afirmó la mujer de vestimenta oscura—. Me encontraba en la cercanía, finalizando una inspección oficial, cuando recibí la solicitud de asistencia inmediata y luego cabalgué sin parar hasta aquí a toda prisa para encontrarme con usted. Pero no se preocupe, ya me han informado lo que debemos hacer con exactitud y soy buena trabajando bajo presión, incluso si es con un desconocido.

Neil estaba atónito. A pesar de su juventud aparente, la chica era muy hábil con las palabras y los gestos.

—Espero que podamos hacer un rápido plan en conjunto y formemos un equipo funcional que nos permita cumplir de forma eficiente con esta sorpresiva e importante misión—, sentenció la joven con una delicada sonrisa.

Si no fuera porque ya sabía de antemano que esto era una trampa tendida para él, sin duda, creería que estaba recibiendo el genuino apoyo de una agente de Tenebris que pasaba por la zona y fue contactada desde la central para reasignarla en esta misión de soporte.

«Si sospecha de mí, todo podría volverse caótico... e incluso si tiene malas intenciones, sería una pésima idea intentar silenciarla dentro de la ciudadela», analizó Neil sabiendo que la otra parte probablemente estaría pensando en lo mismo que él. Tomando las riendas de su rinoment, preguntó:

—¿Sabes el código de la orden?

En el Imperio Kalan todas las ordenes militares importantes dictadas desde la capital tenían un código de orden. Esto tenía varias funciones y reglas, que estaban relacionadas con La Tejedora, pero la principal era jamás compartir detalles sobre tu misión con alguien que no supiera el código de la misma.

—Su terminación es XVI. —respondió con soltura la muchacha.

Neil asintió con la cabeza y afirmó:

—Date prisa y busca tu montura, su majestad imperial recalcó la urgencia en su carta y no debemos perder más tiempo.

La agente se quedó estática, mostrando algo de sorpresa en su rostro por alguna razón, pero solo duró un instante antes de recuperar la compostura y dirigirse directo hacia un corcel negro que reposaba al fondo del establo.

«Seguramente ella no tenía idea sobre quien movía los hilos detrás de su misión actual, al menos hasta que mencioné a su majestad recién», supuso Neil con perspicacia al captar el breve momento de conmoción de la agente. Aunque se decía que todo Tenebris trabajaba bajo el mandato directo del Khalan, en realidad, la mayoría de sus agentes activos jamás se habían comunicado con él directamente y, en su lugar, recibían todas las órdenes por parte de cierto noble de confianza del emperador que dirigía la organización en su nombre.

El dúo partió al galope, ante la confundida mirada de los centinelas de la ciudadela que fueron informados de la partida de su máxima autoridad del lugar con tan solo unas breves palabras simplonas que terminaron en un "volveré pronto". Palabras sin valor que jamás serían ciertas.

En realidad, Neil jamás estuvo dispuesto a explayarse demasiado con sus hombres, ya que, bajo la astuta mirada de la agente Tenebris, esto solo complicaría más las cosas. Pero, oculto bajo su falsa sonrisa confiada, había un sentimiento de angustia que comenzaba a molestarle. Había luchado codo a codo con estas personas durante años y entendía que probablemente jamás volvería a verlos otra vez, pero ni siquiera podía despedirse apropiadamente ahora. Maldiciendo al emperador y a su sequito de insensibles en silencio, Neil se alejó a toda velocidad de la ciudadela.