Introducción

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Corria despavorida por el frío invierno mientras la gente del pueblo me perseguían con lanzas y antorchas mientras me llamaban...

- ¡Bruja!.

¿Pero en qué mierda me e metido?.

Corri asta llegar a lo que parecía ser la entrada de un castillo, la gente dejo de seguirme asta acá y simplemente se dedicaron a maldecirme a lo lejos. Supongo que aquí estaba a salvo.

- ¡Jodanse! - dije levantando el dedo medio en dirección de la multitud furiosa.

Sin pensarlo más me adentro al enorme castillo y para mí buena suerte era bastante hermoso y elegante.

Suspire con cansancio y me senté en un escalón.

Me dispuse a revisar mis heridas y quemaduras - Hijos de puta - saco un ungüento casero de entre mi túnica negra para así sanar mis heridas.

Una vez recuperadas mis fuerzas me levanto y doy un paseo por el elegante castillo con múltiples adornos y reliquias valiosas. Me detengo en un espejo para admirar mi belleza.

- Ja humanos realmente nunca entenderán la verdadera importancia de la juventud eterna - me burló mientras arreglo mis largos rizos negros alborotados y retoco un poco mi maquillaje.

- ¿Pero quién te a dado permiso de entrar? - un montón de moscas de manifestaron asta adquirir la forma de tres mujeres vestidas con capuchas negras.

- Por un demonio lo que faltaba - mal dije en voz alta.

- ¿Que tenemos aquí? - dijo una chica pelirroja.

- ¿Acaso es una de las doncellas vírgenes que se a escapado del calabozo? - dijo la rubia.

- Vírgen, ¿enserio? - rio.

- Para nada eres virgen, asta acá huelo el aroma a sangre rancia - se burla la castaña.

Quizá deba correr aún no tengo suficientes fuerzas para pelear.

Pero como si las tres supieran mis intenciones se aproximan a mi a gran velocidad desintegrándose en forma de moscas que me rodean causandome más daño.

- ¡Mierda! - me quejo.

- ¿Por que hay tanto alboroto? - depronto la voz firme un seductora de una mujer se hace presente.

Los ataques se detienen lo que me da tiempo de voltear en dirección de una mujer gigante y atractiva, sus curvas resaltaban bajo ese elegante vestido blanco. He de admitir que se veía deslumbrante.

Toda mi vida había sido hetero pero justo está mujer aparece depronto y me hace dudar, tiene que ser una broma.

- Madre es una intrusa - dijeron las chicas.

- Quiero verla - soy arrojada sin ningún tipo de delicadeza a los pies de la enorme mujer - ¿Quien eres? - levanto la mirada para verla a los ojos, parece asombrarse tanto como yo al contemplarme de cercas.

- Meribeth Borst para ti mi señora - digo besando sus elegantes tacones para después mirarla de forma picarona.

Cosa que no parece agradarle.

- ¿Agg pero quién te has creido niñita? - dice apartandose de mi - Suficiente llevenla al calabozo junto con las demás.

- ¡No!, espera no fue mi intención... - veo a la mujer alejarse con una risa maliciosa mientras mi vista es nublada por la nube de moscas que comienza a rodearme nuevamente.

Entonces soy arrastrada...

Nota: Borst significa tetona en holandés...

Ave Del ParaísoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora