El plan sale mal en mil maneras

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Perdimos a Berk de vista y nos vimos rodeadas de océano, volamos lo más rápido posible para llegar a Lanret y planificar nuestra estrategia, pasaron varias horas, veíamos el sol subir, cuando empezó a descender llegamos a Lanret, nos escondimos en el bosque.


—¿Eso dijo Hoff? —preguntó Altina algo confundida—. Pero al norte se encuentra Haraldsen, un lugar peor.

—Podríamos perderlos en las montañas, ir a la antigua Berk y partir a la isla.


—Hmm —dijo poniendo reposando su mano en su mentón—, hay mil maneras en que pueda ir mal.


—Sé que es arriesgado, pero no creo que todos puedan aguantar un vuelo hacía Berk sin descansar.


—De acuerdo, los perderemos por las montañas —dijo Altina cerrando el mapa—. Luna es la mayor prioridad aquí, si es capturada perderemos demasiado.


—No dejaré que eso le suceda, lo juro, debemos descansar, el campamento es una pequeña isla al sur.


—Deathwind y yo haremos reconocimiento de terreno.


Altina se subió a su dragón y se elevaron, yo me senté junto a Luna.


—La última vez que estuvimos aquí, estábamos yendo a Berk, ¿recuerdas?


Miré por el bosque a la ciudad mercante, tenía ganas e ir, pero no podía ir vestida con armadura, sería quemada en la noche si me atreviera a verme así, saqué unas provisiones para Altina y yo, nada elegante, lo que trajimos, ella llegó una hora después.

—¿No te vieron?


—Tranquila, seguimos a salvo, pero no es agradable lo que te voy a contar.

Anocheció, la hora del ataque, ambas repasamos el plan y nos montamos en nuestros dragones, me puse mi casco para no ser reconocida, era una pequeña isla con una cueva, en aquella cueva estaban todos los dragones, no me gustaba eso, en una nos encerraban y el plan se acababa, aterrizamos en un pequeño bosque donde no había cazadores, Luna emitió un rugido, la cual era una orden para los dragones, Altina y yo entramos a la fortaleza por la sombra, tal como lo ideamos, a nuestra buena suerte, la mayoría de los guardias estaban borrachos.


—Podría ser una trampa.


—Esperemos que no —dije entrando a la cueva con mi espada.


Me hubiera gustado asistir a una lección de como saber si un lugar es una trampa, pero solo bajé por un lugar totalmente abandonado, los dragones estaban en silencio gracias a la orden de Luna, jamás había visto estos dragones, pensaba que un grupo sería quince, no treinta, eso complicaba todo.


—Bien, empecemos.


Rompí las cadenas y el primer dragón salió, no se movió, comencé a abrir las celdas y los dragones se prepararon para salir, corrí de celda en celda, el lugar se empezó a llenar, escuché una piedra caer y eso ahuyentó a todos los dragones, se me acabó el tiempo así que corrí liberando a todos los dragones, todos fueron liberados y volaron a libertad, corrí detrás de ellos y la jaula comenzó a cerrarse, el último salió, pero llegué demasiado tarde y choque con la jaula.

—¡Kaysa! —gritó Altina jalando la reja pensando que podría romperlo—. No, no, no.

—Son demasiados, llévalos directamente a Berk, es muy peligroso pasar cerca de Haraldsen.


—¡Debo sacarte de aquí!


—Es contra dragones, ¡Vete!


Cazadores bajaron del techo, me vi arrinconada.


—Dile a Pelt... que lo lamento.


Me voltee con mi espada afuera, lista para perder, todos los dragones despegaron, Luna los guiaba, me miró desde lejo y desapareció volando guiando a treinta dragones.


—¡Ahora si!


Luché contra los que pude, pero eran demasiados, le clavé la espada en el abdomen al menos a cinco, me sorprendía lo bien que luchaba, hasta que terminé rodeada, y un golpe con el mango en mi cabeza, me hizo caer al suelo inconsciente.


Cadenas de metal estaban atadas a mis manos, mi casco todavía seguía puesto, estaba ahora en un calabozo, miraba el suelo, no sabía cuanto tiempo había pasado desde que Altina huyó, espero que haya llegado a Berk, y espero que no haya sido seguida, unos guardias entraron acompañados de un hombre, seguro el que me iba a asesinar o algo por el estilo.


—Veo que por fin viene alguien —dije mirando el suelo, el casco hacía que mi voz se escuchara algo masculina.


—Este es el intruso que liberó a todos los dragones.


—¿Quién eres? —no... no podía ser él, la peor persona en el peor momento.


Levanté la cabeza para mirarlo. Mis ojos se encontraban llenos de furia, miré sus ojos azules de tal manera que él los abrió en sorpresa absoluta.


—No puede ser —me quitó el casco mostrando mi rostro, los guardias tenían una combinación de miedo y sorpresa.

—Kaysa.

—¿Qué tal, Lord Haraldsen? —dije molesta—. Hace tiempo que no nos vemos, Olav.

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⏰ Last updated: Aug 12, 2021 ⏰

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El regreso de la bestiaWhere stories live. Discover now