Homicidio fallido//Zafiro

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Estaba en el coche rumbo al lugar
~Suena el móvil~
Aló, sí, voy para allá... ¿Cuándo he fallado?
Mh... Es un ensayo de boda ¡Que ridiculez! Dame la ubicación exacta, si entendí todo camerin izquierdo el chico más alto con traje azul intenso, te hablo al finalizar.

Esto más que trabajo era mi pasión, asesinar personas era lo mío y no me arrepiento de nada, con mis 27 años había matado a miles de personas, en la mayoría de las veces pasaba desapercibida por ser una chica, nadie sospecharia que bajo esa apariencia de niña se encontaba el final de sus vidas.

Estacioné el coche a seis cuadras del lugar en una casa humilde para no tener que lidiar con cámaras de seguridad que identificaran mi coche, me puse mi peluca y entré al salón por la puerta de servicio.

Todo era enorme, solo es un ensayo pero ya despilfarraron un montón de dinero. Me dirigí hacia los camerinos hasta que encontré el que buscaba, la ventana estaba abierta seria pan comido dispararle desde ahí. Pensando de esa manera me acerqué a la ventana, saque mi confiable CZ SP-01 apuntando directo a mi presa, puse el ojo en la mira telescópica marcando directo a su pecho pero no contaba con algo...

Comenzó a quitarse el saco, con cada botón que desabrochaba se ponía más interesante. Luego se quitó la camisa dejando ver su torso desnudo el cuál es  ancho, no tan trabajado pero si con la musculatura justa. Sin querer comencé a ver su rostro destacando cada detalle de su blanca tes, sus labios carnosos por abajo con pequeños lunares que me parecían fascinantes, su cabello castaño oscuro lleno de ondas y su mirada la cuál sorprendentemente transmitía tristeza, decepción.
En mi cabeza comenzó a rodar esa pregunta ¿Porque su mirada parece tan vacía siendo que estaba a horas de contraer matrimonio?

Entró un hombre a la habitación por sus fachas parecía ser un simple empleado, oía a personas acercándose había desperdiciado bastante tiempo, volví a apuntar pero me temblaba la mano. ¡Vamos! ¿Qué me pasa? Respiré profundo, necesitaba respuestas, jalé el gatillo la bala destrozo el rostro del empleado  dejando intacta a mi víctima.

Esto no podía quedar así, en cuanto mi jefe se entere habrá un caos tremendo, no hay tiempo para lamentarse pensé mientras miraba por la ventana.

¿Tú lo mataste? Preguntó el con un rostro de pánico. Sí, ahora pon todos tus documentos de identidad en su bolsillo respondí amenazandolo con mi arma.

Tranquila... Dijo haciendo lo que pedí. Bien ahora ven conmigo ordené. Él me siguió hasta mi coche una vez ahí me preguntó ¿esto es un secuestro?

-No, yo no secues... Sabes qué sí, es un secuestro ahora cállate. Bueno gruñona contestó con una bella sonrisa la cuál me cautivó.

Estábamos llegando cuando: Por cierto me llamo Jeremías Blackwood, aunque si te mandaron a secuestrarme de seguro ya lo sabes.

- Mh... No en realidad, digamos que soy nueva en esto.

JAJAJA ¡Puedo notarlo!, dijo confiado.

-¿Porqué? Pregunté inmediatamente.

He participado en muchos secuestros pero jamás me dejaron ver el camino hasta el lugar del secuestro, tampoco me habían dejado conservar el celular y menos sentarme en el asiento del acompañante jajajaja... Decía a carcajadas. 

-Bueno tal vez soy mala en ésto pero ¿porqué luces tan felíz?

Divagó la mirada un momento pero decidió contestar: cualquiera que haya evitado que me case con esa chica tiene mi agradecimiento.

-¿Es pesada?, uf... Muchísimo respondió él.

Así viajamos por la carretera sin conocernos y a la vez parecía que eramos amigos de toda la vida.

-Hogar dulce hogar.

Me agrada que esté apartado de todo, es como una cabaña dijo Jeremías admirando el lugar como un niño pequeño.

Me adelanté a la casa, abrí la puerta, me quite los lentes y la campera de cuero. Pasa grité desde adentro, él entró me miro por largo tiempo, era un tipo algo raro.

Bueno quédate aquí dije mientras le preparaba un cuarto, mi conciencia venía con todo: ¿Qué hiciste?, deberías acabar con él Zafiro, el jefe se dará cuenta de todas formas y los desaparecerá a ambos...

-Secuestradora, ¿puedo encender el televisor? gritó desde la sala desconcertandome por completo. Sí haslo, respondí.

Bueno debo deshacerme de él antes de encariñarme, lo haré esta noche mientras duerme. En eso escuché un alarmante grito de parte de Jeremías, mi mente solo pudo analizar una cosa; se dieron cuenta y vinieron a matarlo. Saqué mi arma entrando dramáticamente en vano.

-¿Estás loco?, ¿Porqué gritas así?

- La tele dice que estoy muerto 😌

¡DIABLOS!

Matame a besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora