Entre aquellos transeúntes se hallaba nuestra protagonista caminando lentamente bajo la luz de la luna, bajo aquella llovizna que poco a poco se iba convirtiendo en una gran tormenta.
Ella ya no le importaba nada, iba mojada, sus lágrimas se mezclaban junto a las gotas de lluvia. No le importaba enfermarse había salido sin antes mirar el pronóstico del tiempo, por consecuencia no se había traído el paraguas y tampoco se molestaría en comprarlo.
Ella se mostraba feliz, con una sonrisa pintada en el rostro cuando en verdad, en el fondo estaba rota, podrida y sin ganas de nada.Era fácil fingir estar bien, fingir una sonrisa e incluso fingir tus emociones.
Hacer creer que te encontrabas feliz mostrando una sonrisa, fingiendo ser feliz, cuando en el fondo muy fácilmente podrías estar destrozada, rota, con ansias de no seguir, sintiendo como te derrumbas lentamente, así es como se sentía la bella mujer mujer de hermosos rizos dorados que se movían ferozmente gracias al viento de aquella fría noche.Al mismo tiempo, no muy lejos de allí, en aquella misma calle, caminando en la otra acera a dirección de aquella mujer, un hombre de cabellos azabaches, al contrario de ella, él sí portaba consigo un paraguas.
Él, igual de roto, igual de destrozado que ella, ocultaba sus sentimientos en lo más hondo. Él estaba roto, pero por distintas razones a las de ella. No se mostraba débil ante nadie, tampoco dejaba que nadie lo conociera, que indague en él, tampoco iba fingiendo sonrisa, a pesar de todo lo que pasaba. Su lema de vida era que si no eras feliz no hacía falta fingir serlo para no preocupar a aquellos que te rodean, por que cuando más finges, más te los crees. Por eso prefería mostrarse tal cual era, infeliz, sin ansias de nada, no le importaba preocupar a nadie, ni preocuparse por nadie. Cuantas menos personas en su vida mejor, así nadie tendría el poder de hacerle daño. Era lo que diariamente se repetía a sí mismo aquel muchacho.A él no le importaba dañar a los demás, si eso implicaba no salir dañado él.
Ambos estaban rotos.
Ambos sin saberlo habían sufrido casi lo mismo, casi.
Ambos sin saberlo se encontrarían.
Ambos sin saberlo caerían por el otro.
Ambos sin saberlo eran iguales pero al mismo tiempo muy diferentes.
Y sin ellos saberlo, estaban destinados a estar juntos.
Y allí debajo de aquella tormenta, conectaron sus miradas, una corriente de electricidad recorrió sus anatomias y por un segundo todo desaparecio y solo quedaron ellos dos y un pequeño destello de luz en mitad de aquella oscuridad que los rodeaban.
Pero ambos siguieron sus caminos, sin dedicarse una sola mirada más y sin voltearse.
Pero lo que ellos no sabián es que se iban a reencontrar y que todo iba explotar entre ambos.
♡♡♡♡♡♡♡♡♡
N/A:
¡Holaa! ¿Como están?
Bueno creo que esta va a ser la tercera vez que publico este libro, pero esta vez me he propuesto terminarlo, tengo bastantes cosas planeadas para esta novela y quiero llevarlas a cabo.
Antes que nada posiblemente los capítulos sean cortos, bastante cortos, depende de cómo salgan.
Primero, yo se que no soy buena escribiendo, esto es sólo algo que se me ha venido a la mente y quise sacarlo de ahí, si queréis leerlo adelante os invitó a hacerlo, y por favor si veis algún fallo ortográfico o algún fallo en algo no dudéis en comentarlo, intentaré hacer de todo para darnos un producto de calidad.
¿Que os ha parecido este prólogo?
¿Os ha gustado?
Pd: el destello de luz que ellos vieron fue una farola, di no al romanticismo, ahre no.
Pd2: y la corriente de electricidad, no fue un rayo, no va a morir nadie en el libro (o sí, quien sabe)
Gracias por leer.
Yasmine<3