Capitulo 49

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UN JUEGO DEL DESTINO
DEL ODIO AL AMOR 💘

CAPITULO  49

El platinado le dio un beso en la frente y salió de la habitación, pensando en las palabras de Rin, unos minutos bastaron, para que el médico estuviera revisandola.

Médico:
Parece estar muy bien, trata de no esforzarte, estarás unos días más en el hospital, para mirar tú evolución.

Sesshomaru:
Gracias doctor.

Médico:
Es un milagro, que haya regresado.

Rin:
Gracias doctor por salvarme.

El médico hizo una reverencia, para salir de la habitación.

Un par de días pasaron volando, Sesshomaru estaba feliz por saber fuera de peligro a Rin, todos los días el platinado llegaba, después de ir una o dos horas a la empresa para supervisar que todo estuviera en orden, mientras que todo el día y la noche permanecía al lado de su esposa, por otro lado Rin ya se veía mucho más recuperada, después de haber estado al borde de la muerte y estar sumida por tantos meses en aquel sueño, del que no podía despertar, la castaña se maravillaba viendo a su esposo dormir, en una cama que había mandado a instalar en su habitación del hospital, le había insistido que por las noches regresara a casa para que descansará bien, pero el platinado se negó rotundamente, hasta que ella decidió, no decirle nada.

La luna se había adueñado ya del cielo, Rin, miraba por la gran ventana que estaba al lado de su cama, la luz de aquel bello satélite bañaba su rostro niveo, aún un poco pálido, Sesshomaru entró de pronto en la habitación, cerrando la puerta con seguro tras de sí, como todas las noches llevaba un café en la mano y un sobre amarillo, probablemente un poco de trabajo, que debía revisar.

Rin:
Hola.
(Saludo la castaña)
Has cenado ya ❓

Cuestionó acomodándose, para quedar sentada, con las almohadas detrás de la espalda.

Sesshomaru:
Si, vengo de la cafetería.

Sesshomaru se sentó en el incómodo reposet negro, que habían acomodado en la esquina de la habitación.

Sesshomaru:
La enfermera me dijo que no quisiste terminar tu cena, porque ❓

Se notaba un poco molesto por tal motivo, el hombre quería que su esposa se alimentará adecuadamente, para que sanará mucho más rápido y así poder llevársela a su casa.

Rin:
Porque la comida de aquí sabe horrible, o al menos lo que me trajeron hoy, la sopa no sabía bien y al pescado le faltaba sal.

Como si se tratase de una niña pequeña, Rin se cruzó de brazos, haciendo un hermoso puchero, que no pasó desapercibido por el apuesto hombre.

Rin:
Ya quiero irme a casa.

Sesshomaru:
Ya lo sé, yo también deseo que salgas de aquí, pero si no te alimentas como se debe, entonces sólo retrasaras tú salida.

El café y el sobre, fueron dejados sobre la mesa, que se acomoda a los pies de la cama de Rin, se quitó la chaqueta negra que tanto le gustaba a la joven, versela puesta.

Sesshomaru:
Es hora de tu ducha, te llevaré al baño.

Consumo cuidado, aunque a decir verdad, ya no era tan necesario, la tomo entre sus brazos, cargándola como si fueran recién casados.

Rin:
Oye.
(Dijo de repente la castaña)
Bañemonos juntos.

Hundió su hermoso rostro en el cuello tibio del platinado, él sólo pudo estremecerse, cuando sintió la respiración de su mujer, sobre su piel.

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