87. Una épica fiesta

688 41 19
                                    

Ryan

¿En qué momento quise asumir la responsabilidad? Estoy cagandome en los pantalones porque papá está esperando una respuesta y no sé qué decirle para que me crea. Mis hermanos no ayudan en nada riéndose a metros de mí, literalmente me empujaron al pasillo para que fuera a hablar.

- ¿Ryan, que está pasando hijo?

- Nada papá. Cosas de adolescentes, ya sabes...

- Me refiero a donde van, te lo he preguntado seis veces y sigues evadiendo la respuesta.

- Al parque. - levantó una ceja. - De diversiones, ese mismo.

- ¿Tienen dinero? Me hubieran pedido en casa. - me sentí culpable cuando sacó la billetera. - Cómprense algo para comer allá si quieren y esto es para las entradas.

- Gracias papá... - recibí el dinero.

- Si cambian de opinión la casa está disponible, dile a tus primos. Me avisan y yo les preparo algo, ¿bueno?

¿Por qué tiene que ser así ahora? Me duele el estómago y no es por nervios sino por culpa. Saludó de lejos a los chicos y se fue a ver a Emily que estaba en una tienda. No fue difícil pero tampoco lo mejor mentirle en su propia cara, por lo menos el alcohol alivia las penas y no se compra sin dinero.

Soy un insensible bipolar la puta madre.

- ¿Qué le inventaste? - Mateo casi lo gritó.

- ¡Silencio que nos escuchan!

- Ups.

- Le dije que íbamos al parque de diversiones, ese que queda cerca.

- ¿De verdad? - el menor se emocionó. - ¡Vámonos!

- ¿Qué parte por le "inventé" no entendiste hermano?

- Mejor no los acompaño... - todos se acercaron y confundidos le preguntamos el motivo. - No quiero, bueno, el castigo, ya saben.

- Si sabe que tu sabias igual estas frito, bro. - Liam puso una mueca. - En pocas palabras si te uniste es imposible irte, a menos que quieras que te lo den ahora.

- ¿Y si me sale delatarlos?

- Wow, espera hermanito. Quedamos en que se iba a quedar en secreto esto, nos traicionarías.

- Pues... - indeciso se le llenaron los ojos de lágrimas. - ¡Me van a castigar por su culpa!

- Sí y no. - quiso gritar de frustración pero se aguantó ya que había más gente alrededor.

- ¿Están listos? Según lo que comentan la junta está que arde. - Adriel se puso la mochila al hombro. - Y no se preocupen que sea de día, esa casa tiene una iluminación maravillosa.

- ¿Han ido antes?

- Si primo, miles de veces. Nos invitan cada año y es típica fiesta de niños ricos. - nadie dijo nada por lo que fuimos andando al lugar con los gemelos de guiándonos.

Cruzamos la calle mirando los celulares, si, totalmente irresponsable de nuestra parte diría papá. Nos adentramos a un lugar alejado del centro de la cuidad.

- Tienen que dar una buena fiesta porque de aquí no me voy hasta estar borracho. - Liam habló en broma entrando por la puerta de una casa inmensa y su celular habló por sí solo. - ¿Qué demonios...?

- ¿Llamaste por accidente? - me espanté. - ¡Liam habla!

- Es papá y quiere que nos vamos a casa. - un escalofrío recorrió mi espalda. - Me escuchó...

Pequeñas travesurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora