Irina Luke es la hija de una prestigiosa familia aristócrata.
Ella es una reencarnada, y al llegar poco sabe de lo que le rodea, así que trata de recordar.
Solo cuando conoce al aterrador niño Wyatt Brooks, logra recordar que está en una Novela Gore...
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Ese mismo día, Wyatt se fue sin más, sin previo aviso, se esfumó de mi habitación como si fuera un holograma.
No es que me sintiera mal, al contrario, un problema menos.
Al día siguiente, me desperté con el cuerpo adolorido.
Ayer usé mi magia en 4 personas, y el exceso de magia a una corta edad es notoriamente agotador.
(Por si se preguntan como se ve la magia de Irina, son hilos color morado que rodean a la persona, los ojos de esta se ponen blancos. Su magia es invisible, pero algunas personas son capaces de verlos muy tenuemente. Wyatt entre ellos. La magia en este mundo es como un musculo, cuanto más la usas más fuerte es, por eso, por ahora Irina solo puede manipular personas.)
Las criadas notaron inmediatamente que estaba mal. Lo cual agradezco.
Mi madre se enteró de ello y vino preocupada.
-¡Irina! Irina cariño, ¿estas bien?-dijo apenas abrió la puerta.
-Estoy bien, solo me duele la cabeza.
Como mi madre confía en mi me creyó al instante, no es que fuera mentira, solo que a veces miento y ella aún así me cree.
Detrás de mi madre, pude vislumbrar a Biana, mi hermana mayor.
Me miraba con resentimiento, naturalmente. Estaba robando la atención.
-Ella seguramente usó su magia.-dijo ella.
Mi madre se volteó para mirarla.
-¿Porqué lo dices?
-Irina aún es una niña y seguramente usó su magia para convencer a los Brooks de casarlos. Puede tener caprichos.
No sabía si reírme, llorar, o tirarme hacia su cuello.
-Irina tiene caprichos... Pero aun es muy pequeña para querer comprometerse. ¿Verdad cariño? Aparte de que los Brooks ya estaban interesados incluso antes de verla, muchos saben que Irina es una niña inteligente.
"Boom Bitch, en tu cara."
-Pero...
-Biana, deja de decir cosas sin sentido, Irina es una niña buena, jamás tendría propósitos ocultos.
"Pero no puedes negar que tus hijos gemelos son unos demonios." pensé.
Biana bajó la vista y me fulminó con la mirada antes de darse la vuelta. Mi madre la detuvo y le pidió que estuviera conmigo hasta que regresara con unas criadas que me prepararan un té.
"Madre, te quiero, pero me gustaría que pudieras leer la situación. Sin tan solo tu poder fuera ese y no belleza eterna..."
