Uno

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Los días estaban siendo caóticos para él. Su cabeza dolía más de lo normal, y constantemente tenía a personas solicitándole su ayuda, el trabajo lo estaba estresando demasiado, ser el capitán en aquellos días venía siendo duro. Pero sabía que había alguien que la estaba pasando aún peor, y debía estar para él.
"¿Hange ha ido a verlo? , ¿cómo está?" preguntaba por los pasillos del cuartel apenas pudo liberarse, dándose cuenta de que no habían podido ir a chequear al comandante en todo el día. "Hange está muy ocupada para eso, de seguro irá en la noche" le respondían.
Supo que si no se hacía cargo de aquello como es debido, nadie lo haría. Sabía que él sufríría estando sólo en aquella habitación, sin nadie con quien hablar y solo recibiendo visitas para comprobar su estado de salud. Él ni siquiera podía moverse adecuadamente ya que estaba muy débil, necesitaba ayuda.
Estuvo a punto de abrir la puerta, ya iba a comenzar a disculparse por no haber podido ir en casi todo el día, tenía planeado pasar un tiempo con él y ayudarlo en lo que le hiciera falta, hacerle de aquella compañía que sabía que el comandante tanto necesitaba.
Hoyó un golpe seco contra la madera del suelo y fue en ese instante que abrió la puerta rápidamente. La imagen que vio lo entristeció, enseguida dejó en el suelo la bandeja con comida que llevaba en sus manos, y se dirigió hacia Erwin, que yacía en el suelo, quejándose.
"¡Erwin! ¿Estás bien?" preguntó preocupado. El otro se reía de una forma triste y vergonzosa, estaba levemente sonrojado, ya que se sentía humillado al darse cuenta de que ni siquiera podía levantarse de la cama por su propia cuenta.
Lo tomó por detrás ayudándolo a levantarse, el otro hacia fuerza con sus piernas para que Levi no tenga que hacer tanto esfuerzo al levantarlo. Se sentía débil y miserable.
-Lo siento Levi, creí que podría caminar, yo...
-Erwin no seas idiota. Debes de pedir ayuda. ¿Estás bien, te lastimaste? - preguntó revoleando sus ojos por todo el cuerpo del comandante, buscando algún posible golpe debido a la caída.
-Sí,estoy bien... lo siento.
-¿Qué necesitabas?
-Quería tomar unas navajas para afeitarme...-su voz que siempre era tan grave e intimidante, sonaba suave e insegura esta vez.
-Nunca más intentes hacer eso. ¿Qué tal si te caes con las navajas en la mano y te lastimas?
Erwin miró hacia otro lado, sus ojos estaban caídos y tristes, su mirada era melancólica.
-Es difícil, ¿sabes? No quiero tener que llamar a un enfermero para que me cuide. Simplemente quiero aprender a hacer las cosas sólo y de a poco pero...es complicado. Es humillante para mí tener que necesitar ayuda hasta para ponerme de pie. No quiero molestar a nadie.
Levi se conmovió ante lo que su comandante decía. Se le oía totalmente destrozado.
-Hey, Erwin. Lo entiendo. Pero un titan te arrancó el brazo y perdiste mucha sangre. Es normal que tu recuperación sea lenta. Y por ahora vas a necesitar ayuda, de ayuda.
El otro se quedó callado, continuó sin mirarlo. Su labio inferior temblaba casi imperceptiblemente, como si quisiera largar algo, tal vez una palabra, un suspiro, o quizás un llanto.
El capitán reconoció enseguida que había sido demasiado rudo con sus palabras.
-Perdón por decirlo así.
-Está bien. Siempre eres tú quien me hace caer en la realidad...- le reconoció.
-Será mejor que hagamos algo con esa barba-dijo poniéndose de pie y cambiando de tema. - Mientras preparo las cosas, puedes ir comiendo lo que te traje.
Erwin le agradeció con un gesto para que después el otro pusiera sobre su regazo la bandeja con pan, agua y algunos artículos más, que no le llevarían mucho tiempo comer.
Camino un metro hacia la puerta del baño. Buscó las navajas, tomó un paño y lo humedeció con agua y jabón, para que la piel no estuviera seca al rasurar. También buscó tijeras. Al entrar en ese baño, que para su sorpresa estaba bastante limpio, cayó en la cuenta de que también debería ser él quien limpiara la habitación de Erwin.
-Quítate la camisa. - Le aconsejó casi en un tono de orden. El otro estaba apenas terminando su comida. Dejó la bandeja a un lado e hizo caso. Desprendió los botones poco a poco y con algo de dificultad, después quito las mangas,dejando ver su cuerpo que estaba decorado con marcas y cicatrices, tantos años de servicio le habían dejado muchos recuerdos en la piel. Levi se acercó, y estando de pie, le tomó el rostro con total naturalidad. Comenzó a humedecerlo con el paño, y a pasar la navaja muy cuidadosa y prolijamente, cuidando de no causarle ningún corte. Erwin, por su parte, no sabía hacia dónde mirar, sus ojos perdidos se habían enfocado en un punto de la pared, pero muy cada tanto se desviavan hacia los ojos grises y concentrados de su compañero, que lo afeitaba con suavidad y cautela,se sentía mucho mejor que hacérselo él mismo. Teniendo tan de cerca el rostro de Levi, supuso que a él no le crecería barba, ya que su quijada era perfectamente lampiña y sin ningún detalle, como la piel de un bebé. No como la suya, que era como un cuero.
-Listo. - pronunció,para después alcanzarle una toalla seca y que Erwin mismo se secara el rostro.
-Gracias...
-Voy a seguir con tu cabello.
Mismo proceso. Le rasuró la nuca y la parte baja de sus hilos rubios con cuidado. Sus manos se sentían frías, pero inexplicablemente la sensación era reconfortante para él. Por su cabeza se cruzó la idea de querer que Levi lo acicalara de esa forma recurrentemente, pero enseguida sintió culpa por aquel pensamiento pasajero,ya que de seguro el otro no pensaba lo mismo.
-Levi, perdón. Siento mucho que tengas que hacer todo esto.
El sonido de las tijeras se detuvo por un segundo.
-Erwin... ¿cuando perderás ese orgullo? acepta mi ayuda de una vez. Porque no dejaré de hacerlo. -Le respondió con aquella misma naturalidad. Le parecía absurdo que el otro se sintiera tan culpable, pero a la vez le causaba una ternura que lo conmovía.
Cuando terminó, se encargó de limpiar y lavar todo lo que había ensuciado. Ayudó a Erwin a hacer el esfuerzo de levantarse una vez más de la cama, para poder sentarse en una silla y hacia él podía cambiarle las sábanas por unas nuevas y limpias. Luego lo ayudaría a volver a recostarse.
-Sé que suena estúpido,porque no he hecho nada, pero estoy agotado... - Suspiró una vez se encontró recostado en la cama. Las sábanas estaban suaves y perfumadas, el, se sentía fresco. Levi lo había hecho sentir como nuevo.
-Entiendo, aún estás muy débil. Prueba dormir un poco. Volveré en la noche.
-Ya no hace falta que vuelvas Levi. Puedes venir mañana, estaré bie...
-Voy a dormir aquí. Nos vemos.
No lo dejó terminar de hablar, y salió por la puerta como si nada.
Erwin se quedó extrañado un momento, pero no por mucho, ya que enseguida se quedó dormido.

Día a día (Erwin&Levi) EruriWhere stories live. Discover now