25. La fiesta

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Ahora Blaze y yo volvemos a ser amigos. Bueno, no amigos pero sí podemos contar el uno con el otro. Después de llegar a la conclusión de que yo ya le avisé de lo que sucedería, volvimos a la caseta para que se lavase la cara. Al poco tiempo llegó Nathan y los dejé solos porque me llamó Danel y nos fuimos a pasear.

—Summer, hoy te tienes que poner más guapa que nunca —dice mi amiga mientras yo me peino y ella se maquilla con un rímel que se compró ayer para la fiesta de hoy.

—No entiendo para qué.

—Tía, hoy es la fiesta.

— ¿Y? —pregunto.

—Querrás que algún chico te saque a bailar. No te sacarán si vas fea.

—Quiero que me saques tú a bailar, guapa —vacilo.

Me saca la lengua a través del espejo.

—Yo te sacaré si te pones guapa —chantajea.

—Entonces no me saques.

Pone los ojos en blanco. No es muy común verla hacer eso.

Como siempre, tengo unos tirones que no puedo con ellos, Mica lo advierte y sonríe de medio lado. Coge su bolsita de aseo y me tiende un producto.

—Toma, lo compré ayer también. Sabía que no ibas a hacer nada por evitar tus tirones para salir hoy.

—Gra-gracias, no hacía... falta —agradezco con dificultad—. No tenías por qué comprarme nada.

—Ya, pero me preocupo por tu belleza y no ha sido molestia —como le he cogido el bote verde cuando me lo ha ofrecido, ahora me lo arrebata y empieza a agitarlo. Creo que ya conoce las instrucciones—. Anda, ven aquí que te voy a dejar el pelo peinadísimo.

Me señala la tapa del váter para que me siente y pueda peinarme mejor. Saca la tapa del chisme ese y comienza a echarme por todo el pelo. Cuando pasa el cepillo, hay mucha menos dificultad que antes.

—Listo —acaba—. ¿Estás segura de que te has echado mascarilla cuando te has duchado? —pregunta.

—No me quedaba casi, así que me he echado lo que me quedaba —explico.

—Haberme pedido —señala.

Va al espejo a terminar de echarse rímel y me vuelve a mirar.

— ¿Qué ropa piensas ponerte? —me pregunta.

—Tenía pensado ir con unos simples vaqueros, pero como quieres que vaya guapa, tendrás que dejarme algo porque la ropa que me he traído no es muy bonita.

Sonríe porque ha logrado que piense que tengo que ir guapa.

—Así me gusta Summer.

Espero un rato hasta que queda satisfecha con sus ojos y me hace un gesto para que la siga hasta su maleta.

Tengo miedo de que nada suyo me valga y tenga que ponerme lo que tenía pensado. Soy unos centímetros más alta que ella. Espero que eso no dé muchos problemas.

Saca un vestido amarillo de su maleta y una falda negra que puede ir conjuntada con cualquier top corto que tenga.

—Tengo estas dos cositas si quieres —dice.

La única que no está lista soy yo. Ella ya está vestida, lleva una falda corta de color azul marino y una camiseta de tirantes blanca corta. Le queda genial. Además, se ha dejado el pelo liso suelto, que le queda demasiado bien.

—Mientras eliges qué ponerte, me voy pintando los labios —me deja a solas con esas dos cosas que me ha dado a elegir.

¿Qué me pongo?

93 días de Verano ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora