Destino o Casualidad

Cápitulo 33

Carol: Linda, ya estoy en casa, gracias por los momentos de hoy, te envío un beso.

No me demoró en responder.

Yo: Gracias a ti por ser especial para ti. Con gusto te devuelvo el beso.

En mi cama doy gracias a quien sea que me haya concedido un gran día y con una sonrisa quedó dormida.

Hoy es miércoles y el sábado es mi cumpleaños así que le diré a Rose sobre la fiesta de la cual no le he hablado, así aprovecho para que me acompañé en la tarde al salir de la universidad a comprar algún vestido, y así tal vez platiquemos un poco.

Me arreglo, tomo mis cosas y bajo para tomar algo antes de irme.

Los tres están en el comedor tomando algún licuado mientras hablan emocionados por alguna película de acción que saldrá en el cine. Y que por supuesto, no se perderán.

—Buenos días —saludo, dándoles un beso a cada uno.

—¿Cómo estás cariño? —mi madre pregunta, mientras me da un vaso con lo que se supone que toman ellos.

Y si es lo que imaginé, licuado de frutas, con yogur, arándanos y granola. Sin duda, algo que a mí me encanta.

—Estoy muy bien, siento que hoy será un gran día, tengo unos proyectos que entregar y cuánto antes sea mejor.

—Nos alegra mucho hija, hoy iremos tu madre y yo a arreglar unas cosas del lugar, nos dijiste que no lo querías tan grande pues hemos conseguido algo adecuado.

Es cierto, no quiero nada extravagante, es más, no se ni porque quieren hacer está tonta fiesta, pero no es algo que vaya a discutir ahora mismo.

Asiento sonriendo, no se me ocurre algo más que decir, así que me tomo el licuado sin más.

—Tu no te preocupes por nada, ya todo está, solo busca la ropa que llevarás, las zapatillas, el maquillaje y el peinado —mi hermana cuenta con los dedos las cosas que se supone que haré ese día.

Ruedo los ojos tomando mis cosas. Me despido de ellos y antes de salir les gritó sin mirarlos:

—ESTO ES RIDÍCULO COMPARÁNDO CON LOS AÑOS ANTERIORES EN LOS QUE NO SE ORGANIZARON EN HACERME NADA.

Ninguno responde y salgo apresurada hacía mí coche.

Conduzco todo el trayecto cantando canciones de mi agrado. Eso hace que se me pase el tiempo.

Siempre he pensado que me veo muy bien conduciendo, me da seguridad, pero me pone mal pensar que existen mujeres que tienen que esperar a que sus esposos se compadezcan de ellas para llevarlas al lugar que quieren.

Momentos después estacionó el auto, bajo mientras pongo seguro.

No veo a nadie conocido así que voy rumbo al salón donde tendré mi primera clase, pero alguien entra en mi visión y no sé quita.

—¿Se te ofrece algo? —me planto frente a Alex Flores esperando a que se a parte para que pueda llegar a mi salón.

La camisa color azul marino con franjas negras y pantalón negro le queda de maravillas, es un tipo sexy, pero a la distancia se ve que no es tan bella persona como hace creer.

—Tal vez —se encoje de hombros.

Ruedo los ojos, no estoy para sus niñeras, así que yo soy quien me hago un lado para no estorbar más a los demás alumnos. Cuando estoy a pocos pasos de entrar a mi clase toma mi brazo y me hace girar lentamente.

Alzó una ceja esperando a que hablé.

—Ponte tú mejor ropa para el sábado porque será una noche inolvidable —dice tan despacio que estoy segura que solo yo he escuchado sus palabras aún habiendo cientos de alumnos a mi alrededor.